Entrevista a Federico Luppi en su homenaje en el Festival de Biarritz

octubre 4, 2006 ENTREVISTAS, UNIVERSO DEL CINE

Entrevista a Federico Luppi 15 Festival de Cine de Biarritz

Festival de Biarritz
El actor argentino radicado en España, Federico Luppi recibió el reconocimiento a toda su carrera en la 15 edición del Festival de Cine y Culturas de América Latina de Biarritz (Francia). En la ciudad del país vasco francés Luppi atendió a Cinestel/Garcy Prensa Noticias.
Respecto al último estreno de «La distancia», del director debutante Iñaki Dorronsoro, último filme en el que ha participado, Luppi explicó que «el guión que leí me parecía y me sigue pareciendo realmente bueno, muy vigoroso y bien planteado y mi personaje está muy bien escrito».

«Es un personaje que aparece por ahí como despojado de toda referencia familiar, si está casado, si lo han echado, si está solo, divorciado y eso me parece muy bueno porque después fortifica y espesa la relación de él con el gimnasio, con los pupilos a los que les enseña el mundo del boxeo y con el personaje protagonista que hace Miguel Ángel Silvestre, el personaje de Dani.

Es un paternalista que coloca ahí seguramente su capacidad afectiva y emocional. A veces tiene una actitud un poco cabrona porque es excesivamente rígido, pero me gustaba mucho esa idea de un señor que enseña, aparte de la técnica del boxeo, esta condición moral del deportista donde lo importante no es tanto solazarse con la victoria del otro, sino vivir la victoria propia».

– Desde que te instalaste en España, ¿sigues yendo por Argentina?

Sí, tengo la suerte de vez en cuando, si aparecen proyectos para mi edad pues me suelen llamar. Cuando eso ocurre voy con mucho gusto. Ahora, después del zarandeo político-económico me siento mucho más relajado, lo disfruto con más amplitud».

– Has trabajado mucho con Adolfo Aristaráin, ¿qué se sabe acerca de nuevos proyectos suyos?

Estuve con él hace poco en Buenos Aires porque hicimos un encuentro español-argentino respecto del cine. Él esta ahí seguramente a la espera de algo que se le ocurra y es muy riguroso consigo mismo. Le cuesta trabajo dar por aceptada alguna cosa que le parezca que está redonda pero no del todo, entonces esa exigencia le lleva a dedicarle mucho tiempo a los libros.

Ocurre que si trabajamos juntos será por varios motivos, entre ellos que le guste a él y en lo que yo pueda caber».

– ¿Te han ofrecido nuevos papeles?

Tengo un proyecto ahora para irme a México a filmar con una chica que debuta en cine, un libro de ella misma que se llama «Cosas insignificantes», donde hay un viejo médico de barrio que es un poco el nexo entre varios conflictos que andan por ahí sueltos de personas y parejas.

Y después hay un proyecto, que no sé si se hará, porque había dificultades de financiación, con la productora Lita Stantic, que es conocida en España, que tiene un libro sobre una familia exiliada en París, con desaparecidos naturalmente, y donde hay un abuelo, que sería mi personaje, que tiene una muy complicada relación con su yerno.

Además tengo otro proyecto que es de verdad muy interesante, de un chico joven de Canarias que se llama Guillermo de la Guardia y tiene un libro cuyo título es «Que parezca un accidente» en tono de comedia muy atractivo y que estaban buscando como protagonista femenina a Carmen Maura, si es que puede coincidir por razones de fecha.

– ¿En qué situación está el cine argentino ahora?

Me cuesta trabajo hablar del cine argentino como si esta frase implicara un movimiento o como una fuente de intereses estéticos comunes. Creo que no es así pero hay cineastas argentinos que algunos hacen buenas películas y eso ha configurado un aparente frente de calidad supuestamente homogéneo.
Yo lo veo bien y ahora que hace tiempo que no estoy en Argentina tengo una mirada menos pegoteada con lo emocional.

– Entraste en el mundo de la dirección de cine, ¿volverías a hacerlo otra vez?

Con todo gusto, lo que pasa es que, siempre digo lo mismo, es un ‘deporte’ carísimo. Mi película no fue bien y retomar un segundo filme después de un fiasco es muy duro, se te hace muy cuesta arriba. La experiencia de filmar para mí fue superfabulosa porque hay una dinámica interna del cine que dice que ‘aprendes o aprendes’ y el tiempo dirá qué haces con eso».