Rodolfo Petriz destapa el terrible caso de “Los fusilados de Racing”

Estreno en Buenos Aires
Todavía nos resulta tan extraño como imprevisto que recién estemos conociendo, ahora que hemos llegado ya a atravesar el primer cuarto del siglo XXI, algunos de los detalles de los múltiples delitos de lesa humanidad cometidos por la última dictadura argentina. Esos fragmentos del horror estaban ocultos por diversos factores que han ocurrido, pero el documentalista Rodolfo Petriz los saca a la luz en la película “Los fusilados de Racing”.
A través de una búsqueda de indicios, pruebas y testimonios, el director intenta reconstruir un hecho silenciado que, a partir de este filme, pasa a ser otro hecho más a dilucidar para la sociedad argentina. Petriz encontró documentos desclasificados y testigos, pero también silencio, trauma y destrucción de archivos que dificultan saber el destino de las víctimas.
Durante el desarrollo de este film, aunque se pudieron constatar contradicciones en testimonios sobre el emplazamiento y número de víctimas; sí se corroboró el lugar con marcas de balazos y un parte policial secreto. La entidad futbolística del Club Racing colaboró y promovió acciones de memoria. Petriz presentó la denuncia judicial y la causa está en investigación. Además, en esta entrevista denuncia retrocesos en políticas culturales (recortes en el INCAA) y subraya la importancia de contar estos hechos para contrarrestar el negacionismo y mantener la Memoria Histórica.
“Encontré gente que sabía cosas, pero que no quiso prestar su testimonio ante cámara; -cuenta Petriz a Cinestel-. Eso me pasó porque hay personas que quizás todavía guardan en su cuerpo las marcas del trauma, supongo, de esos años que generaron mucho temor en la población, y lo arrastran hasta la actualidad. Otros sí accedieron a hablar, pero en general hubo varios que fueron testigos presenciales, al menos en la pensión, y no quisieron ofrecer su testimonio”.
– Realmente el sitio parece bastante inusual, al lado de la cancha de un estadio de fútbol. Sería a priori algo extraño. Pero el lugar está un poco más retirado, ¿no es así?
Mirá, en esos años—hace casi cincuenta años—era una zona que durante la noche estaba un poco más apartada. ¿Por qué? Porque no hay viviendas enfrente. La cancha de Racing tiene un sector con viviendas enfrente mismo y otro sector que no. Entonces era un punto relativamente desolado a esas horas de la madrugada. Pero no dejaba de ser un lugar muy céntrico en términos de Avellaneda, porque la cancha está en la zona central.
– Es impresionante que haya pasado tanto tiempo y que recién se conozca ahora. ¿Cómo lo supiste? ¿Alguien te avisó o lo viste escrito en alguna parte?
Leí una noticia en el diario. Este hecho se conoció a partir del testimonio en un juicio de lesa humanidad de un testigo que fue a testificar por otra causa y comentó que había visto esto en la cancha de Racing. Eso provocó cierta repercusión mediática, fundamentalmente en un libro sobre un ídolo de Racing, Oreste Corbatta. A raíz de eso apareció una nota periodística sobre el hecho que leí alrededor de 2018.

Rodolfo Petriz, director de “Los fusilados de Racing”
– Se presume que probablemente no fue el único acto de ese tipo y que quizá no se conoce todo lo que pasó. ¿Encontraste datos de sucesos parecidos en esa época?
No, en la cancha de Racing fue solamente éste. Sin embargo, en toda la zona de Avellaneda, Lomas de Zamora, Wilde, Quilmes, hubo varios fusilamientos presentados como enfrentamientos. Ese modus operandi lo usó la dictadura para eliminar detenidos-desaparecidos que estaban en centros clandestinos de detención: los sacaban a la calle, los mataban ametrallándolos, y luego afirmaban que había sido un enfrentamiento.
– ¿Así constaba en los registros?
Sí, constaba muchas veces en partes elaboradas por la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires o tal como lo presentaban los medios de comunicación. Los militares avisaban a los medios que había habido un enfrentamiento la noche anterior, y los diarios de la época están llenos de recortes que mencionan estos hechos.
– También es probable que te hayas encontrado con dificultades para acceder a puntos clave; cuando se trata de delitos de lesa humanidad y terrorismo de Estado puede haber muchas cosas ocultas. ¿Tuviste esa dificultad?
Encontré documentación y archivos a los que tuve acceso, desclasificados desde el retorno de la democracia, como documentos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires o de las Fuerzas Armadas. Pero también hay documentos sobre desaparecidos que fueron destruidos por el ejército. El último dictador, Videla, dijo que esa documentación había sido destruida; hay quien sostiene que parte fue microfilmada, pero nadie sabe dónde está. Acceder a cierta documentación me costó porque soy investigador periodístico y no pertenezco a la justicia, aunque pude acceder a algunos archivos.
– ¿Y cuál fue la reacción del Club Racing respecto a lo ocurrido en las inmediaciones del estadio?
El Club se mostró siempre muy abierto desde que se conoció el hecho; no tuvo problema en difundirlo. Racing es uno de los clubes que más ha trabajado en cuestiones de Memoria, Verdad y Justicia. La Comisión de Historia del Club me facilitó la búsqueda de posibles testigos relacionados con él. Incluso hace unos años la entidad deportiva organizó una ceremonia de entrega de carnets honorarios a socios desaparecidos, entregándolos a sus familias. Desde Racing no hubo intento de ocultarlo, sino todo lo contrario.
-La memoria a veces se difumina y hay contradicciones entre testigos respecto al lugar exacto o la cantidad de víctimas. ¿Hubo datos físicos o forenses que permitieran cotejar testimonios?
Sí, la evidencia física de marcas de balazos permitió determinar el lugar, a pesar de los testimonios contradictorios. En cuanto a la cantidad de víctimas, tomamos como dato más fidedigno el que aparece en un parte con carácter de secreto de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Pero, en general, hay elementos contradictorios alrededor de lo ocurrido. Como bien dijiste vos, la memoria muchas veces remodela los hechos según el recuerdo de cada quien.
– Me preocupa cómo recibirán esto las nuevas generaciones que no vivieron aquella época. ¿Crees que son receptivas o que estos temas no les interesarán hasta que hipotéticamente no vuelvan a suceder?
Se puede pensar desde distintos puntos de vista. Para las generaciones jóvenes la dictadura puede quedar como algo lejano, pero muchos jóvenes muestran inquietud por saber qué ocurrió. La película “Argentina, 1985”, sobre los juicios de lesa humanidad, atrajo a mucha gente joven, lo que indica interés. Me preocupa, además, que el gobierno actual relativice o reivindique los crímenes de la dictadura; eso hace importante que este tipo de historias sigan contándose para contraponer relatos negacionistas y fomentar la conciencia histórica.
– ¿Piensas que quienes apoyaron esos actos deberían reconocerlo y pedir disculpas?
Sí, debería haber una aceptación de responsabilidades. La dictadura fue cívico-eclesiástica-militar y contó con el apoyo de sectores de la sociedad civil ligados al poder económico y eclesiástico que no hicieron una autocrítica ni aceptaron la responsabilidad. Muchos no aceptan que fue un genocidio.
– Noté que las autoridades del INCAA sólo dedican una sesión en el cine Gaumont para estrenar películas como ésta. ¿Has encontrado otros espacios INCAA?
Sí. Antes los estrenos en el INCAA duraban una semana, lo mínimo que debería concederse, y más en una película financiada por el propio Instituto, aunque fuera la gestión anterior. Ahora hay estrenos de una sola función, y esto coincide con una política de desfinanciamiento y hostilidad hacia distintas áreas de la cultura, incluido el sector cinematográfico, del gobierno actual. Afortunadamente la película tendrá exhibición en otros espacios del INCAA en distintas ciudades y proyecciones solicitadas por filiales del Club Racing, además de otras pantallas de exhibición ya confirmadas o por confirmar.
– ¿Y se puede seguir investigando y filmando documentales como éste sin el apoyo del INCAA?
Se puede, pero es extremadamente complicado. Los documentales sobre historia política argentina suelen no ser atractivos para grandes plataformas y necesitan apoyo estatal. Existen otras instancias como el mecenazgo, pero suelen ofrecer montos insuficientes para lo que exige una producción cinematográfica. Hay casos dramáticos de cineastas que hicieron gran parte del rodaje pero no pudieron financiar la postproducción. En mi caso, realicé la investigación y el rodaje simultáneamente, por lo que no me quedé a medio camino.
©José Luis García/Cinestel.com





























