El Cine Argentino 2025 hace frente al director desaprensivo del INCAA

El economista Milton Friedman, uno de los fundadores de la liberal Escuela de Economía de Chicago en la que dicen basarse los actuales gobernantes argentinos, decía en una conferencia ocurrida en 1977 que recomendaba elegir para puestos relevantes a personas que “se convirtieran en equivocadas” para destruir el Estado desde adentro.
“Lo importante es hacer que sea políticamente rentable para las personas equivocadas hacer lo correcto” -subrayaba en su disertación-, entendiendo como “correcto” aquello en lo que él pensaba.
Algo así hizo el magnate italiano Silvio Berlusconi cuando en la España de 1990 nombró al invidente Miguel Durán como Director General del entonces nuevo canal televisivo privado que comenzó su andadura, y algo parecido ocurrió en Buenos Aires cuando nombraron al actual presidente del INCAA, el economista y tenista Carlos Luis Pirovano.
Pirovano, como la persona equivocada que es para este cargo, no tiene complejos y a él tampoco le da vergüenza hablar mal de su propio cine, una situación inaudita en este mundo mundial, pues en cualquier otra parte habría sido cesado de inmediato. Inclusive llegó a afirmar que estaría dispuesto a torturar a personas haciéndoles ver películas argentinas con menos de mil espectadores, demostrando así una vez más la auténtica calaña de este gobierno compuesto por gente de los partidos de Milei y Macri, ambos nostálgicos de la época del menemismo.
Pero si tenemos en cuenta que la promoción y difusión del cine autóctono que se viene haciendo en la Argentina es más bien pobre, debido a la escasez de recursos y al hecho de que las empresas de comunicación privadas priorizan otro tipo de producciones audiovisuales distintas antes que hablar sobre el cine argentino, habrá que reconocer que la lucha de centenares de profesionales por posicionarse seguirá y que el sector se va a defender con uñas y dientes frente a esta agresión que procede del actual oficialismo.
Como era de suponer, dado que en el año 2024 apenas hubo rodajes, el declive en el número de estrenos va a ser considerable en este 2025. Probablemente el BAFICI todavía podrá exhibir algunos títulos que queden por estrenar en su Competencia Argentina, pero es evidente que para la sección homónima en el Festival de Mar del Plata habrá problemas, donde por cierto en la más reciente edición se celebró un evento paralelo, Contracampo, convocado por un grupo de profesionales a quienes se les reprochó que no hubieran informado previamente a otros colegas que seguramente se habrían sumado a la iniciativa.
Miradas al futuro
Al igual que ha ocurrido en algunas otras provincias del país, la Legislatura Porteña ya remitió al Senado una ley que facilita el desarrollo del mercado audiovisual bonaerense. Entre los mentores se encuentra José Celestino Campusano, un cineasta consecuente a quien tuvimos el agrado de entrevistar para Cinestel hace algunos meses. Cuando esto ocurra, los cineastas de esos territorios tendrán la oportunidad de continuar contando historias que tienen que ver con el quehacer y el devenir cotidiano de una sociedad que fluye a pesar de todo.
Como preparación, el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires ya convocó una línea de fomento para la producción y realización de documentales con inscripción abierta hasta el 31 de enero. Se trata de una primera convocatoria que tiene como objetivo promover el desarrollo de proyectos audiovisuales relacionados con la identidad bonaerense. Habrá un total de doce obras seleccionadas que tendrán un premio económico y estreno exclusivo en la plataforma BAFILMA.
Entretanto el INCAA vaciado ha seguido recaudando el porcentaje que legalmente le corresponde sobre las entradas del cine, sin que por el momento se haya aclarado a qué se ha destinado ese dinero. Eso sí, con más de 300 despedidos y con el desfinanciamiento de la inmensa mayoría de festivales de cine, las actuales autoridades del Instituto convocaron a los trabajadores que todavía quedan en planta a una fiesta de fin de año en la que se gastaron unos 3,5 millones de pesos.
Por otra parte, las pocas convocatorias de concursos que desde allí se han dado a conocer supeditan la concesión de ayudas a un puntaje que tiene que ver con el número de espectadores que se haya obtenido en producciones anteriores, aparte de que solamente se aceptará a trámite un solo proyecto por cada productora de cine. Y es que para los actuales responsables, lo de los filmes es como una especie de carrera de caballos en la cual solamente tienen cabida las películas más comerciales. Lo que no saben es que en el cine, una parte de las películas que no tienen calidad son aquellas cuyos guionistas intentan agradar a todo el mundo. Y eso en un escenario real es prácticamente imposible.
©José Luis García/Cinestel.com