“El Encanto” saca a relucir los miedos e inseguridades en la pareja

Estreno en Argentina
Ella quiere ser madre pero él no sabe si es un buen momento. Celos, dudas, viajar y tener hijos son los ingredientes de este drama amoroso protagonizado por Ezequiel Tronconi, quien co-dirige el film junto a Mónica Antonópulos y la participación de Boy Olmi en el elenco.
“El Encanto” es una historia sobre la trascendencia de las decisiones de pareja y en torno a la dificultad que puede existir para lograr un consenso en determinados temas.
En definitiva, es una película sobre la influencia del miedo o acerca de la falta de valentía para abordar determinadas cuestiones que más tarde o más temprano surgirán.
Hay quien piensa que los hijos te erosionan, pero sin embargo, hay otros que están convencidos de que te ensanchan.
Durante el rodaje de “La Tigra, Chaco”, el protagonista Ezequiel Tronconi y el director Juan Sasiaín se retaron a rodar un filme juntos, sabiendo que la paternidad era un tema sobre el que querían ahondar porque ambos habían perdido a sus padres y ninguno lo era aún.
Juliana es una conocida presentadora de televisión y Bruno es una especie de desubicado. Justamente son las malas decisiones de él las que pondrán en riesgo la estabilidad y el futuro de la pareja.
Los directores responden las preguntas de Cinestel:
– ¿Escribieron esta película juntos en base a sus experiencias conocidas o qué les motivó a tratar estos temas?
Juan Sasiaín: Cuando nos juntamos a escribir con Ezequiel Tronconi nos preguntamos qué temas nos unían. ¿De qué podíamos hablar? Los dos perdimos a nuestros padres siendo jóvenes. Ninguno de los dos éramos padres. Nos surgió la pregunta, ¿qué pasaría cuando nos toque ser padres? El miedo a la paternidad como tema fue el puntapié inicial. A partir de ahí armamos la historia de una pareja en la que ella quiere ser madre y él no está seguro si es el momento. La trama de la historia no es autobiográfica, pero la profundidad del tema cala en lo más hondo de nuestras entrañas, y ahí nace.

Juan Sasiaín y Ezequeil Tronconi, directores de “El Encanto”
– La historia que cuentan se basa en el retraso cada vez mayor para asumir la paternidad por parte de las parejas. ¿Creen que vivimos cada vez más en una sociedad infantilizada?
Ezequiel Tronconi: No creo que sea así. Siento que hoy hay más posibilidad de hacerse preguntas y de dudar. Quizás antes por mandato social o familiar tenías que ser padre antes de los 30 años, o si ya estabas de novio por mucho tiempo. Eso cambió.
– ¿Y el factor de que escribieran esta historia obviando a la madre del protagonista tiene algún significado concreto?
Ezequiel Tronconi: No, de hecho en la versión que íbamos a rodar había una escena de Bruno con la madre y Juliana, en una cena familiar. Cuando estábamos buscando quien interprete ese personaje, le pasamos el guión a una actriz muy talentosa y nos dijo que sentía que esa escena estaba de más. Tenía razón y decidimos sacarla.
– ¿Qué tanto hay de crítica a la sociedad urbana en «El Encanto”?
Juan Sasiaín: Más que crítica es una observación profunda de la intimidad en la pareja. Las parejas armadas de a dos, desde la igualdad. La caída de los límites entre lo masculino y lo femenino. La posibilidad del hombre de ser honesto consigo mismo y dudar. No seguir en piloto automático lo que esté sembrado por la costumbre o por los ancestros, sino elegir y ser sincero ante tus miedos y enfrentarlos. La confianza y la verdad en la intimidad de la pareja. ¿Cómo construir una pareja desde la verdad? ¿Cómo incluir en nuestra pareja los miedos, las dudas? ¿Cómo ser verdaderos con nuestra visión de vida? ¿Cómo afrontar esa valentía de dejar de ser el protagonista de nuestra vida y darle lugar a un ser nuevo?, un hijo. Preguntas que se abren al ver la película “El Encanto”.
– ¿No será que en algún caso el hecho de preferir viajar a procrear sea con motivo del miedo a la responsabilidad de tener hijos?
Ezequiel Tronconi: Y sí, hay algo de eso. Tener un hijo es una responsabilidad para toda la vida. Él tiene miedo de perder el encanto de la vida que lleva. Sabe que en algún momento va a ser padre, pero teme perder la libertad y le propone todo el tiempo un viaje más para disfrutar solos.
– Hay en el film imágenes de autos circulando hacia atrás que llaman la atención. ¿Buscaron alguna estética especial que se relacionara con el tema que tratan?
Juan Sasiaín: Tomamos como referencia poética para algunos momentos de la película la cinematografía de Wong Kar Wai. Esa libertad poética de usar cámaras lentas, reflejos, el cine como un espejo distorsionado de la realidad.
La película tiene mucho aire naturalista, mucha frescura en las actuaciones, un minimalismo profundo en la puesta en escena; y esos elementos hacen un contrapunto hermoso con escenas de poesía visual como la de los autos circulando hacia atrás. Un momento reflexivo para Bruno que se pregunta: ¿Hacia dónde va mi vida?
©José Luis García/Cinestel.com