«Ricardo Bär» de Nele Wohlatz y Gerardo Naumann; actos de fe

Estreno en Buenos Aires.
Ambos realizadores son de ascendencia alemana y en esta película de ficción evidencian su interés por distintas colonias de descendientes de alemanes en la provincia argentina de Misiones. Nele Wohlatz y Gerardo Naumann abordan cómo es la vida de uno de ellos, Ricardo Bär, un hijo de chacareros que tiene el futuro asegurado porque va a heredar la chacra (casa de campo) paterna pero, inconforme con ese destino, se rebela porque quiere ser pastor religioso de su comunidad protestante. La película le ofrece ayuda y le consigue una beca para estudiar en Buenos Aires y tiene que decidir si acepta.
Mientras filman su vida, él decide si admite la beca con el añadido de que tendría que trasladar provisionalmente su residencia a la capital. Por el momento, la película da inicio a un viaje iniciático en el que lo vemos poner un lechón de cabeza dentro de una bolsa; cortar bastones para los pastores del pesebre viviente de la iglesia en el que él mismo hace el papel de pastor; practicar un sermón en su clase de retórica; cortar mandioca para las vacas mientras recita textos bíblicos; mirar una película con Mel Gibson; o tratar de caminar sobre el agua de una pileta en un campamento de jóvenes cristianos.
«Ricardo Bär» se pasó en el BAFICI y en el FIDMarseille de Francia y cuenta con la ventaja de que, además de que Nele nació en Alemania, Gerardo es también descendiente de alemanes y un tío suyo emigró a esa zona, por lo que pudo proporcionarle datos previos muy importantes. A partir de este factor es cuando a los dos directores les surge la curiosidad por conocer más de algo sobre lo que los de fuera del lugar sabemos muy poco, y marchan hacia Oberá para iniciar un periplo que les conduce hasta Colonia Aurora. Fascinados por lo singular del lugar, es cuando se proponen plasmar en una película alguna representación del pesebre viviente que ahí han visto. Durante la obra conocen a Ricardo, uno de los actores, que es alguien que reúne muchos de los valores que se describen en los habitantes de la localidad y que estaba rondando la idea de estudiar para pastor.
El filme refleja en paralelo el proceso en el que Ricardo se sigue preparando y meditando sobre lo que le conviene hacer respecto a la propuesta. Sea una cosa u otra, lo cierto es que estamos empezando a ver un espejo en el que está reflejado Ricardo Bär y algunos detalles importantes sobre las relaciones entre su familia y las personas de su comunidad.
Nele Wohlatz responde a las preguntas de Cinestel:
– Ricardo actúa muy bien frente a la cámara. ¿Hubo algunas directrices previas o todo surgió de manera espontánea como si sintieran la necesidad de irse familiarizando entre ustedes?
La película está basada en el pesebre viviente que los jóvenes de la iglesia bautista representan en la noche buena en la iglesia. La zona donde filmamos está poblada por campesinos con pequeñas parcelas que trabajan casi para subsistencia, con toda la familia. La iglesia es el único lugar donde se actúa, donde toman distancia de la realidad más inmediata.
Ver el pesebre viviente en la iglesia tiene una particularidad que nos interesa mucho: los creyentes ven ahí una suerte de teatro documental, una obra que rehace un evento real que pasó más o menos así (el nacimiento de Jesús), mientras que nosotros que somos ateos vemos una obra de teatro de ficción. Esa paradoja nos asombró y de ahí partió la idea de hacer esta película. Queríamos generar una sensación parecida a la que tuvimos cuando vimos el pesebre: que el espectador no sepa bien que es armado y que es documental, que es verdad y que es ficción.
Por eso, en la película los de la comunidad actúan de ellos mismos, en el modo de actuación que conocen de la iglesia, y la película juega con los niveles de realidad, mezcla ficción y documental.
De Ricardo, nos gustó de entrada su manera de actuar, ni le teníamos que dirigir mucho. El trabajo entre toma y toma era sobre todo armar el dialogo.
– ¿Por qué prefirieron alternar distintas voces en off a lo largo del montaje definitivo?
Para poder realizar la película, tuvimos que negociar con la comunidad. ¿Quiénes eran las dos partes que negociaron ahí? La iglesia y una producción de cine independiente, pero también el campo y la ciudad que en Argentina están históricamente divididos, o gente que trabaja la tierra y gente que trabaja intelectualmente. En todo caso, es un encuentro entre dos partes con potencial de conflicto. Muchas veces, ese tipo de negociaciones pasan previas a un rodaje documental, pero en el producto final no se las ve. Para nosotros, incluir esas negociaciones en la película, fue una necesidad ética.
Las voces que se escuchan son de nosotros dos -los dos directores de la película- y éramos nosotros quienes teníamos que contar esa parte de la historia.
– Ricardo en ningún momento se refiere a formar una familia porque parece que antepone su vocación religiosa a todo lo demás. ¿Es así?
Ricardo es una persona que no le sigue a los estereotipos, que tiene su propia visión acerca del mundo. En el campo, es bien visto casarse temprano y tener los primeros hijos a una edad muy joven, pero él es muy curioso, quiere también experimentar otras cosas, por ejemplo actuar en una película, ver la ciudad, estudiar… Es una persona fascinante y divertida, un poco como un niño encerrado en el cuerpo de un adulto.
Pero sí, más adelante quiere tener su propia familia (eso no está en contra de su vocación religiosa), pero en el momento en el que estábamos filmando, estaba enfocado en sus estudios para primero poder empezar a trabajar como pastor.
– ¿El hecho de que Gerardo tuviera un tío alemán pastor luterano que se fue a vivir a Misiones, le ha proporcionado pistas previas sobre el modo de entender la vida de estas comunidades o, por el contrario, le ha sorprendido algunas cosas que ha visto?
Los dos reconocimos una fuerte ética protestante en la vida de las personas en esa zona de Misiones, con la que estamos familiarizados por nuestros antepasados. Más allá de la cuestión de si uno es religioso y va a la iglesia o no, el fondo protestante se muestra por ejemplo en el rol que el trabajo juega en la vida de cada uno y eso lo compartimos con la comunidad.
Después, ellos son descendientes de inmigrantes alemanes muy diferentes a nuestros antepasados, muchas veces de colonias alemanas en la Rusia del siglo XIX, los así llamados «alemanes del Volga», o campesinos sin tierras propias que llegaron a Argentina y Brasil con muy pocos recursos.
– El cristianismo tiene un concepto poético de la vida que tiene que ver con la representación y la penitencia para que sus adeptos se sientan motivados en la vida, pero hasta donde ustedes han sabido, ¿creen que las diferentes congregaciones que puedan haber en la zona tienen distintos pareceres sobre cómo llegar a salvar su alma después de la muerte? ¿Cómo se relacionan? ¿Viven aislados entre ellos?
Misiones es una provincia muy especial en la Argentina, un lugar fronterizo. Es selvática y con un clima tropical pero llena de descendientes de inmigrantes europeos, blancos. Está culturalmente influida por Brasil por un lado de la frontera y Paraguay por el otro. Los espectadores de la película en Buenos Aires reaccionaron con mucho asombro al ver esas personas que también son argentinos: campesinos con caras alemanas que cantan canciones de hace dos siglos, jóvenes que hablan portugués o «portuñol», gente blanca y rubia que trabaja la tierra. Es interesante filmar en un lugar donde la identidad es más borrosa; desde los bordes se entiende el centro.
La gran cantidad de congregaciones es un aspecto más en esa identidad borrosa misionera. Hay muchas, en su mayoría de la rama protestante del cristianismo. Todo el tiempo las congregaciones y sectas misioneras como los testigos de jehova (que también aparecen en la película) abren nuevos templos y hasta compiten un poco por los miembros. En Colonia Aurora, el pueblo donde filmamos, había por lo menos 10 templos de diferentes congregaciones de las cuales una sola es católica. Pero no hicimos un estudio sobre las diferentes congregaciones. Trabajamos con la comunidad bautista y se puede decir que ellos se relacionan bastante entre sí, son familias que se conocen hace mucho, que tienen confianza y trabajan entre ellos, pero no se aíslan de manera artificiosa.
©José Luis García/Cinestel.com