«Tres Mentiras» de Ana Murugarren; madres solteras y robo de niños

Nora Navas con otra gran interpretación es la protagonista de «Tres Mentiras» un thriller social basado en hechos reales que se ha convertido en la primera película del cine español que aborda el espinoso drama de los niños robados en décadas pasadas centrándolo en la indefensión a la que estaban sometidas las mujeres en la España de no hace tantos años. La cineasta navarra Ana Murugarren, con un amplio currículum como montajista con Álex de la Iglesia, Pablo Berger o Enrique Urbizu, demuestra con esta película su elevada categoría profesional por el mérito de presentar una historia originalmente compleja pero conociendo muy bien la idiosincrasia del público que la verá en los cines.
No es de extrañar entonces que a Murugarren se la califique como una cineasta total, y no solo por sus conocimientos técnicos, sino también porque es capaz de colmar las expectativas de casi cualquier tipo de espectador que acuda a las salas sin traicionar la esencia de lo que está contando, y eso es algo que no está al alcance de cualquiera. Tal vez sería un eterno debate entre profesionales del cine, pero la verdad es que siempre existirán unos realizadores y guionistas que se orientan por su instinto, gustos e intuición personal a la hora de contar historias, y otros que además y por añadidura, se preocupan de que el relato sea ambivalente y pueda abarcar diferentes perspectivas generacionales y sensibilidades del público.
«Tres Mentiras» se alía con este último ejemplo y está basada en un guión muy documentado en otros hechos reales, escrito por el vizcaíno Luis Marías. La tensión dramática aquí está dividida en dos tiempos y el filme reproduce también momentos de ternura y de ritmo, con una banda sonora que con mucha sutileza nos está igualmente recordando que esta es una problemática que tiene derivaciones hasta nuestros días, en un tiempo en que todavía hoy hay muchos adultos que ignoran que fueron bebés robados y vendidos por doscientas mil pesetas.
Una de las historias data del año 1971, cuando tres adolescentes embarazadas son recluidas en un piso de Bilbao donde hasta el documento de identidad se les requisa para que al dar a luz, una oscura organización delictiva se quede con los niños y haga con ellos un sucio negocio. Recordemos que parece que hasta 1979 habría casos confirmados de mujeres que acudían a estos lugares para ocultar al mundo lo que en esa época era una terrible vergüenza, ser madre soltera.
La otra historia está ambientada en nuestros días y presenta a Violeta (Nora Navas), una tatuadora moderna, rebelde y rompedora, quien por circunstancias del destino descubre de pronto que sus 40 años de vida han sido una mentira y se entrega en cuerpo y alma a desvelar quién estaba detrás de aquello, encontrándose con las puertas cerradas a cal y canto.
El productor de la cinta Joaquín Trincado, que junto a la directora fueron los responsables de la película «Esta no es la vida privada de Javier Krahe» y de la TV movie «El precio de la libertad», cuentan a Cinestel más detalles en presencia de las actrices Nora Navas, Marta Castellote (‘La Riera’ en TV3) y Azucena Trincado:

Ana Murugarren
Ana Murugarren: El tema de la película surgió cuando nos enteramos que en el centro de Bilbao había un piso al lado de mi casa en el que se recluyeron a chicas embarazadas para obligarlas a tener a sus hijos y darlos, y eso me pareció una práctica totalmente aberrante, que es lo que parece que quiere el señor Gallardón (ministro de justicia) ahora que vuelva a pasar con lo de la ley del aborto, algo así como si les estuviera diciendo a las mujeres que ellas tengan a su hijo y que ya se lo darán a otra familia mejor. Eso no se hace porque es un derecho adquirido después de muchos años de esfuerzo que no se puede revertir. Espero que al final no se apruebe nada de la ley. El caso es que nos parecieron tan tremendos esos hechos de Bilbao, que vimos que ahí había película.
– ¿Cómo contactaste con Nora Navas?
Ana Murugarren: Con ella fue todo un flechazo, porque yo la conocía de sus otros papeles y cuando el proyecto estaba todavía en pañales, nos encontramos en San Sebastián a través de amigos comunes. Joaquín y yo la vimos y dijimos ¡es Violeta! Después le enviamos el guión, le encantó y fuimos para adelante.
Nora Navas: Realmente se generó un rodaje maravilloso. Aparecen en esta película esta mezcla tan buena de estar tratando un tema social sobre el que hay que ir tirando del hilo, pero con frescura, naturalidad y algunas dosis de sentido del humor que yo creo que se agradece para no caer en la solemnidad que implicaba solamente tratarlo desde el drama. La capitana del barco nos dejaba mucha libertad para improvisar y nos lo pasamos muy bien con un gran elenco en el que también están los actores Carmen San Esteban, Olatz Gamboa, Mikel Losada y Lander Otaola, entre otros. Para mí fue un gusto poder cambiar de registro respecto a otros papeles que me han ofrecido últimamente.
Joaquín Trincado: A mí me gustaría añadir que a la hora de desarrollar el proyecto, lo que me planteé era que no fuera una película de denuncia ni que se pareciera a una teleserie de turno, porque en realidad la denuncia sabía que iba a caer por su propio peso con el tema que íbamos a tratar y yo creo que hemos intentado aplicar ese criterio que es el que siempre hemos aplicado, que es hacer una película con ritmo en donde la investigación tiene su punto de thriller y existe también una cierta carga de profundidad en el tema. Nuestra idea siempre fue centrarnos en la indefensión de la mujer más que en el hecho mismo de ese trapicheo tan terrible de compra-venta de niños.
– El guión de la película me parece muy detallista porque incluye temas como es el de los familiares que son víctimas de una complicidad casi forzada con los padres adoptantes. ¿Cómo reunisteis tanta información?
Ana Murugarren: Es que hablando a película vista con Beatriz Benítez que es una mujer que hace de mediadora y abogada, nos comentaba que esos tres casos que hemos pintado realmente son de los más frecuentes, sobre todo la niña-bien que la quieren ocultar de la violencia familiar. Esto no existiría si no hubiera parejas que intentan conseguir un hijo a toda costa. Por desgracia, siempre hay gente débil y siempre hay gente dispuesta a aprovecharse de ello. Siempre lo ha habido y siempre lo habrá.
Cuando salió el boom de todas estas noticias que se han quedado un poco en el olvido porque tampoco ellos consiguen avanzar, había mucho material y además el guionista también tuvo su parte de investigación antes de construir estos personajes que son de ficción totalmente.
Joaquín Trincado: En la película hay otro ejemplo de ese silencio cómplice al que te referías, que es el personaje del camarero que está justo al lado de este edificio donde se recluyen a las chicas y que lo describe muy bien ante el juez. Aquello era un trajín de chicas y padres adoptantes del copón y a todo el mundo del bar les parecía normal. Osea, que hay mucho de eso en la sociedad española de los años 70. Lo malo es que esta historia dura casi hasta los 90.
Fíjate que ya muerto Franco es cuando las mujeres casadas tienen derecho a abrir una cuenta en una Caja de Ahorros sin necesitar la autorización de su marido. Ahora lo recuerdas y piensas ¡qué barbaridad!, y sin embargo era así. Quiero decir que es un arrastre el que tenemos detrás en este país y yo me imagino que comportamientos como el que hacía referencia Ana de Gallardón pues no dejan de ser reflejos de que todavía eso está ahí y que hay un extracto de la población que siguen en el mismo sitio.
Nora Navas: Lo que me gusta es también este punto de esperanza en la indefensión de las mujeres, porque en la película se ve un poco con mi personaje de Violeta que la mujer va sola y entra en el cuartelillo de la Ertzaintza, remueve los papeles. Así que creo que ya hace tiempo que estamos ahí peleando y que no nos debemos de callar. Luego, cuando tu estiras del hilo y ves tantos casos, del amigo de un amigo que también le ha pasado,… pues creo que cuanto más hablemos más contribuimos a quitar puertas.
– La película no es de tensión total y permanente sino que todo viene dosificado. ¿Buscasteis un cierto equilibrio al respecto?
Ana Murugarren: Sí, claro. Quisimos diferenciar bien la parte de las chicas y la de Violeta. La parte actual es más luminosa, más colorista, la cámara se mueve mucho, y la de ellas es más estática y con una textura diferente. Está tratado para que se complementen y quede todo más contrastado al mismo tiempo.
Joaquín Trincado: Lo hemos evitado, pero habría sido muy fácil con este tema el caer en el maniqueísmo y meterte en el terreno melodramático de lo amarillo. A nosotros eso no nos interesaba porque lo que queríamos era que el personaje protagonista no apareciera desde un principio como si su obsesión fuera encontrar a su madre en la vida, sino que eso fuera el resultado de su afán por buscar la verdad y con sentido de justicia.
©José Luis García/Cinestel.com