Cine argentino: El INCAA cancela la cuota de pantalla y reduce su apoyo a la producción de cine nacional

Si no fuera verdad, parecería una broma de muy mal gusto. El Instituto Nacional del Cine y las Artes Audiovisuales de la Argentina, organismo público que debería de apoyar el desarrollo de la industria cinematográfica de la nación, está actuando de forma contraria a su razón de ser legal y legislativa, pues en lugar de promover el cine local está haciendo todo lo contrario, en consonancia con las declaraciones del actual presidente, Javier Milei, quien dijo que ocupaba ese cargo para destruir el Estado desde adentro.
En concreto, el INCAA acaba de cancelar la cuota de pantalla, a través de una nueva reglamentación de la Ley 11.741 de Fomento para la Actividad Cinematográfica Nacional que a su vez, también deroga el decreto de apoyo a la producción.
Esa cuota, que en el pasado presentó problemas para ser seguida e inspeccionada, consistía en establecer un determinado porcentaje de las salas de cine que debía ser destinado a la exhibición de las películas nacionales.
Las medidas tomadas por la actual gestión del Instituto perjudican tanto a grandes como medianas o pequeñas productoras de cine, pues ninguna de ellas podrá alternar proyectos diferentes en lo que se refiere a la solicitud de apoyo económico. Literalmente el texto de la resolución dice: “El beneficiario de un subsidio no podrá iniciar el trámite de solicitud de uno nuevo hasta transcurrido un año calendario desde la percepción total del último subsidio solicitado, o desde que la producción beneficiada con el subsidio anterior se haya exhibido en la forma establecida en el proyecto aprobado, lo que ocurra más tarde”.
Además, los subsidios que se otorguen desde ahora se limitarán a un máximo del 50 por ciento del presupuesto total de la película en lo que se refiere a su costo de producción. El otro 50 por ciento se supone que deberá ir a cargo de otras administraciones públicas o de financiadores privados. Y, aparte de esto, a aquellas producciones más modestas e independientes que hasta ahora solicitaban la “declaración de interés” al organismo público para facilitar los aportes necesarios, tanto a nivel local como internacional, desde el 1 de junio (retroactivo) se les va a exigir que presenten un plan financiero de antemano que garantice todos los recursos necesarios, lo cual hace prácticamente imposible su concreción. Para todo este capítulo de la producción, el INCAA solamente destinará el 20% de todos los ingresos que recauda, pasando a dedicar el restante 80% a los gastos de un personal cuyo número se ha reducido significativamente, al otorgamiento de créditos, a la organización de concursos como el Raymundo Gleyzer, al sostenimiento del cine Gaumont, a la Escuela de cine de la ENERC, a la puesta en marcha de una Cinemateca y a otros eventos profesionales y festivales.
El actual equipo gestor del INCAA considera que el reglamento anterior está “obsoleto y alejado de los modelos exitosos de otros países”, al tiempo que afirma que “debe priorizarse el fomento a la industria cinematográfica, teniendo en cuenta la calidad y posibilidades de exhibición, audiencia y recuperación de los fondos otorgados, por sobre preferencias ideológicas”. Es decir, nada nuevo a lo ya sabido de un presidente que era ajeno al sector hasta asumir este cargo y que ni siquiera ve películas.
También recientemente se supo que será la ENERC la entidad encargada de poner en marcha la Cinemateca, Biblioteca y Archivo de la Imagen Nacional, y que las “dispensas”, como las llaman, es decir, los despidos de personal dentro del Instituto superan ya las 300 personas.
Para terminar esta crónica sobre la situación actual del INCAA, mencionamos que el hasta ahora Presidente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Fernando Juan Lima, fue apartado de sus funciones como consecuencia de una decisión política del presidente del Instituto. En declaraciones a la emisora 965 de Mar del Plata, el ya ex-responsable del evento afirmó que en esta muestra de cine “las decisiones importantes no se toman y se va achicando cada vez más el equipo”. Él mismo estaba viendo renovado su contrato cada mes, algo inaudito en este evento.
Lima develó en estas declaraciones que en la próxima edición de esta muestra internacional de cine, tanto las películas que participarán como los jurados que decidirán los premios van a ser elegidos por el INCAA, o lo que es lo mismo, por el equipo directo de un presidente que afirma que él no ve cine sino que juega al tenis, al considerar que el festival “no tiene una mirada propia y no tenía un enfoque hacia la juventud”, cuestiones que Fernando Lima rechaza diciendo que quien gobierna no debería incidir, al igual que pasaba en las anteriores presidencias, incluidas las de la etapa del menemismo, y que se nota que las actuales autoridades del Instituto no conocen el Festival, ya que el mismo siempre desarrolló secciones específicas tendentes a la formación de nuevos públicos, especialmente entre los más jóvenes.
Asimismo también se anunció que el mercado internacional de la industria audiovisual, Ventana Sur, se celebrará este año por primera vez en Montevideo (Uruguay), abandonando su habitual sede de Buenos Aires, tras la negativa de Pirovano a acogerlo en esta ocasión y dejando en el aire si se volverá a celebrar en Argentina.
©José Luis García/Cinestel.com