FIRA – Festival Internacional de Realización Audiovisual; entrevista a José Celestino Campusano
El cooperativismo y la autogestión pueden ser elementos que ayuden a aliviar la grave tensión creada por algunos ignorantes vocacionales con la mente exclusivamente orientada hacia las finanzas, y que se atreven a intentar dar lecciones sobre aquello acerca de lo cual no tienen ni idea.
Paralizar la actividad cinematográfica es un hecho de extrema gravedad, pero la comunidad del cine y del audiovisual argentino está dispuesta a dar la batalla social y legal que sea necesaria.
Afortunadamente la Red Internacional de Clusters Audiovisuales está en marcha y continúa desarrollando actividades como el FIRA, Festival Internacional de Realización Audiovisual que fue convocado en Berazategui y Tandil para ser celebrado entre el 23 y el 29 de septiembre de 2024.
Y concretamente los organizadores del 6º FIRALAB hacían una declaración sobre el estado del Audiovisual Argentino en la que reconocían que la producción sigue siendo un espacio de resistencia cultural: “La creciente concentración mediática y las tensiones políticas amenazan la diversidad de voces, mientras los realizadores continúan defendiendo su derecho a contar historias que representen las complejidades del país.
En este contexto de batalla cultural, la industria audiovisual enfrenta ataques a su independencia y sostenibilidad. Las políticas de ajuste y la falta de financiamiento estatal amenazan con concentrar aún más el poder en manos de unos pocos, limitando la pluralidad de contenidos. A pesar de ello, los creadores siguen encontrando formas de autogestión y producción comunitaria, resistiendo frente a la creciente precarización de los trabajadores del sector” -aseguran en un comunicado-.
El cineasta argentino José Campusano impulsó doce años atrás la creación de un Clúster Audiovisual de la Provincia de Buenos Aires para fomentar el desarrollo de producciones alternativas y comunitarias. A él le siguieron otras provincias argentinas y otros estados de Latinoamérica, desde México a Bolivia y Uruguay. “En realidad yo me he dado cuenta que había que diferenciarse de cualquier Cámara, Asociación de productoras o similar. Y para ello -cuenta Campusano a Cinestel- pusimos como prioridad, entre otras cosas, el estar permanentemente en rodaje, el estar filmando de forma continua. Y bajo esta premisa charlamos con los colegas de Bolivia, México y Uruguay”.
“Estamos todos de acuerdo en hacer una apuesta muy grande que consiste en reunirnos; ahora lo hacemos cada dos años porque convocamos un laboratorio y después hacemos los rodajes propiamente dichos. En Berazategui y Tandil desarrollaremos ese laboratorio donde analizamos los proyectos, hacemos scouting y generamos alianzas. Hasta ahora alcanzamos el promedio de seis películas por festival y un documental que registra el paso a paso de todo este colectivo”.
– Al escucharte decir que son varios países, pienso que hay gente que quizá les surja la pregunta de que si van a hacer coproducciones entre estas naciones.
Sí, realmente yo creo que no hay nada que se compare a sumar horas de rodaje. Son netamente coproducciones y la postproducción después también es resuelta en forma autogestiva y cooperativista, pero internacional.
– ¿Pero un cine autogestivo y cooperativo significa que no acude a fuentes de financiación institucionales o es que puede ser que entren también?
En realidad no vamos en contra de nada y a favor de todo, pero por como está el audiovisual en Latinoamérica y demás, nos manejamos con recursos propios. Por ejemplo, hay un coterráneo de ustedes que es Gonzalo Pelayo, que ha sido una persona realmente muy generosa. Hay otro que es Claudio Santorelli, quien hace ya muchos años solventó el primer FIRA, que fue descomunal en San Clemente, después lo hicimos en Aguascalientes, México, más tarde lo hicimos en Sucre y el año pasado la cita fue en La Paz.
– ¿Y este cine basado en la autogestión, se circunscribe solamente a los contactos que mantiene con estos países o hay otros países que no van a estar presentes pero que también tienen este tipo de clústeres?
En realidad si bien no tenemos sedes en otros países, sí hay personas de otros países que han solicitado su inclusión. Los vamos a tener totalmente en cuenta. Yo insisto mucho en eso, en tener un cupo para personas que si bien no son de la red, lo pueden ser a futuro, vengan del país que vengan.
– Yo recuerdo una experiencia audiovisual tuya que estuviste en los Estados Unidos grabando con una cámara muy especial, y quería preguntarte si allá encontraste grupos de autogestión también de cine.
Allí encontré gente aportativa de muy buen corazón y te digo José, de una forma muy enfática, que no tuvimos problemas con nadie. Realmente se portaron muy bien. Vinieron actrices y actores que entendían que era una apuesta cooperativa y que no había dinero, pero no tuvimos ningún tipo de conflictos, ni siquiera con los horarios. La Universidad de Nueva York, CUNY, nos ayudó mucho, al igual que hizo Donald Mann, un productor local con el que estamos trabajando también. Y teóricamente fue la primera película dramática en vídeo 360. Esto fue ya hace siete u ocho años.
También fue bajo el amparo de la Radio Internacional de Clústeres Audiovisuales, y creo que inmediatamente después de esa experiencia hicimos el primer FIRA, el primer Festival Internacional de Realización Audiovisual.
– En anteriores entrevistas me comentabas que siempre llevabas numerosos proyectos en simultáneo. ¿Y eso ahora con la situación actual es posible? Es decir, ¿es posible que en una productora autogestiva se estén llevando a cabo diferentes proyectos con garantías?
Nosotros hemos filmado muchas películas con apoyo Incaa, te diría que alrededor de trece, y con los remanentes económicos de estas películas filmamos, apoyamos otras propias o ajenas, hechas sin fondos concursables. Hoy en día está totalmente diezmada el área audiovisual. En tiempo récord este gobierno destruyó realmente el área de cine, pero en el caso nuestro creo y soy convencido de que podemos mucho más que cualquier gobierno del mundo, por lo cual vamos a seguir filmando. De hecho, hasta la fecha, estamos en septiembre y ya llevamos tres largometrajes. Uno lo filmamos en Asia, también bajo el apoyo de Gonzalo Pelayo, en Vietnam, Camboya, Dubái y Europa. Otro es un documental que está en curso, y otro es una ficción de género. Pero nosotros no vamos a parar ni por este gobierno ni por ningún otro.
Para nosotros, justamente, mantener los espacios de rodaje en vigencia es la forma de resistencia. Yo creo que en estos últimos años, nos han de alguna forma desplazado de los lugares de estreno, de las salas de estreno de ciertos festivales también, porque se han transformado en espacios totalmente lobistas. También sabemos que las revistas de análisis de cine ya no pululan como hace 15 o 20 años. Realmente acá en Argentina no hay ninguna, absolutamente ninguna, no se imprimen más. También nos han quitado los espacios televisivos. Yo creo que esto no es casual, para mí conlleva todo un tamiz de censura muy explícita, pero de donde no nos han podido sacar y no nos van a poder sacar es de los espacios de rodaje.
– Y hace un tiempo me hablaste de los problemas que hay para aplicar a festivales internacionales o europeos, por ejemplo. ¿Esa situación continúa hoy día o ha mejorado?
Yo diría que no sólo continúa, sino que se ha agravado. Conozco mucha gente que produce muchísimo y realmente sus películas no entran ni a un solo festival. Hay toda una cuestión de “agenda”. Esto, te digo, no sé cómo estará ahora porque para nosotros es prácticamente imposible entrar, pero hasta hace no mucho tiempo más, te diría un par de años, recuerdo que la agenda era medio ambiente, inclusión, género, y si uno no tocaba ese tipo de ejes, la película era totalmente ignorada. Yo creo que eso también es una forma de censura.
Nosotros como organización que apoya el cine en todas las áreas, desde nuevas tecnologías, vídeo 360, inteligencia artificial, festivales,… realmente nunca nos metemos con los contenidos, jamás nos meteremos con los contenidos porque creo que es totalmente indigno hacer eso, y creo que sí, que es muy difícil entrar a estos festivales. No solo es una cuestión lobista, sino que es una cuestión de censura. O sea, producís a la carta sabiendo con quién te vas a medir o ya en forma anticipada sabés que tu película va a ser ignorada.
– Mar del Plata quiere implantar una fee para las películas argentinas. ¿Cómo lo ves desde el Clúster?
Esto lo veo, yo diría, no desde clúster, sino desde mí, desde mi persona, lo veo pésimo. Yo creo que de todos los festivales clase A, Mar del Plata ha sido la excepción en muchos sentidos. Tal es así que una película que fue hecha con mucho esfuerzo por estudiantes, una tesis de una carrera audiovisual, entró a competencia internacional, cosa que eso realmente no sucede en el mundo. Yo creo que los llamados festivales clase A, -Venecia, Locarno, Berlín, Toronto, Cannes,…- son realmente para mí instancias de mercado. Tal es así que en ciertas funciones no entra el público, no les interesa el público. Por otro lado, José, yo creo que hay realmente un estallido de todo lo que era el audiovisual que conocíamos o el cine hace unos 10, 15 años. Yo pienso que la pandemia agudizó y aceleró este proceso.
Además veo que hoy en día, los factores que antes legitimaban una producción, que eran taquilla, premios en festivales y prensa, hoy en día no inciden. Todo pasa por otro lado, nadie sabe muy bien por dónde. Las plataformas son muy déspotas realmente. Acá en Argentina también. Producen a un precio vil. Acá obviamente les conviene, pero después ese material lucra en docenas y docenas de países y también tiene todo un sesgo ideológico de propaganda que ya sabemos para dónde tiran. Así que bueno, la mirada de autor tampoco está ahí en las plataformas.
Pienso que todo está muy conflictivo, pero va hacia un lado, no sabemos hacia adónde. De hecho, tengo entendido que en estas plataformas de consumo masivo están en desmedro hoy en día la cantidad de suscriptos. Me parece perfecto, porque obviamente si no tienen un poder muy magnánimo, torpe poder, pero poder al fin, que hizo estragos en la producción del mundo, que obviamente aspiraba a entrar en esos órdenes, ahora hay un espacio de competencia que antes era un espacio de lobby, así que eso también está complicado.
Los festivales por sí mismos y por su estructura no tienen like de acumulación continua como si pueden tenerlo una personalidad cantante, un político y demás. Entonces eso hace que la política que subsidia estos espacios de encuentro mire con desconfianza a los festivales. Yo he ido a varios internacionales y están muy poco concurridos, y en varios de los que he estado, digamos, sus apoyos económicos van a menos, cada vez es menos. Como ha pasado en BAFICI, o Mar del Plata, por supuesto.
– ¿El audiovisual se ha convertido con este gobierno en un campo de lucha ideológica?
Absolutamente. Yo creo que no sólo el audiovisual, las redes que explotan en Argentina son espacios de suma beligerancia. Pero bueno, yo creo que han atacado con un énfasis evangélico a la cultura en sí y al audiovisual en particular. Ya sabemos que el audiovisual es testimonio de los pueblos, es un testigo indomable en muchos aspectos. Conozco muy bien el sector y no responden a nadie. Y bueno, eso hace que hoy en día los fondos que hubo en un momento como Incaa, como Fondo Nacional de las Artes y como Mecenazgo, en estos momentos no esté ninguno en vigencia. Realmente no hay ninguna forma de solventar nada. Pero bueno, para nosotros el cooperativismo no cede.
– ¿Y desde la perspectiva de Buenos Aires, qué hay de esta propuesta, que creo que es de Axel Kicillof, de hacer un fomento del cine exclusivo de la provincia de Buenos Aires? ¿Cómo lo ves?
Yo estoy participando tanto en el proyecto de nueva ley nacional de cine, como en el proyecto de ley provincial. Estoy en la génesis de ambos. Y yo te diría que no por nada este energúmeno que está hoy en la presidencia de la Nación ingresó al poder. Eso tiene que ver también con muchos factores. Pero sabemos que la forma de hacer política de lo que sería la oposición dejaba mucho que desear. Y todo ello de alguna manera le abrió las puertas a un gobierno fascista como éste.
Entonces me parece que está todo muy bien con una ley provincial de cine, pero en la medida en que no abandone las viejas prácticas políticas, nos vamos a encontrar con que es una herramienta que atrasa. Es una herramienta que está de espaldas al progreso del audiovisual. Porque hoy en día, yo felizmente estoy en tratativas con productoras extranjeras; de hecho hemos filmado con productoras también del hemisferio norte, y de lo primero que hablamos es del Cash Rebate o Tax Rebate. Y yo creo que esas herramientas, entre otras, si no están tenidas en cuenta, tenemos una ley de cine, pero es una ley que envejece, porque de lo único que vamos a depender es de los fondos que la ley otorgue. Para mí no solo viene el tema de la ley, sino que vienen muchas otras herramientas que aunadas hacen que la cinematografía de un país realmente reverdezca o languidezca.
– ¿Y no crees que el hecho de que se haya tenido que recurrir a esta propuesta por la situación nacional, amenaza la perspectiva federal? ¿Es decir, se desdibuja lo que es el federalismo en cuanto al cine?
No, para nada, porque acá hay varias provincias, te diría Tucumán, Mendoza, Córdoba, Misiones, y creo que Entre Ríos también. Nosotros tenemos 23, y estas que te nombré tienen todas su ley de cine, tienen su Film Comission, tienen su Tax y Cash Rebate, o sea, no, para nada.
Yo creo que al contrario, se puede dar todo un marco de cooperación y coproducción entre provincias que haga que, cuando salgamos justamente al exterior estemos más fortalecidos como país. Nosotros hemos vendido recientemente películas al exterior varias veces y es muy difícil vender, pero tenemos distribuidora propia y cada tanto felizmente podemos concretar una venta. Así que no, no lo veo para nada como que se contrapone con el espíritu federal, en absoluto.
– Y por último, referente al FIRA, ¿crees que está bueno el hecho de que sea presencial? ¿Es algo importante después de estos años en los que hubo que hablar con los demás por la vía online y todo esto?
Yo creo que absolutamente no hay nada que sustituya a lo presencial. Nosotros tuvimos el FIRA en vigencia durante la época de pandemia, de hecho se realizó y hemos filmado. Obviamente respetando las condiciones del caso, pero nunca nos hemos detenido, te diría en 12 años. Hemos sido una organización de funcionamiento continuo y en cualquier circunstancia hubo momentos muy violentos en México, y nuestros colegas estaban filmando. Lo mismo en Bolivia, donde hubo un golpe de estado, hubo muertos en las calles y demás, y las cámaras estuvieron prendidas.
Ahora no son las condiciones ideales, pero hicimos una asamblea, votamos y decidimos seguir para adelante. Nosotros si no filmamos, no respiramos. Realmente nos angustia mucho el hecho de tener las cámaras guardadas. En ese sentido, el encontrarnos en forma presencial es clave. Y realmente, si lo vemos de un punto de vista levemente crítico, no hay nada en la realidad que nos lo impida.
©José Luis García/Cinestel.com