«Primer grado en tres países», de Mariana Lifschitz; la educación

Estrenada en Buenos Aires
Hasta cierto punto, tal vez se pueda elegir el centro educativo en el que los hijos cursen sus estudios primarios. Sin embargo, optar a que los chicos desarrollen esa actividad en uno u otro país es algo casi imposible, a no ser que coincida con la actividad profesional de alguno de los papás.
La documentalista argentina Mariana Lifschitz se ha preocupado por el tema del contraste que puedan generar las distintas formas de concebir la docencia y para ello se ha aliado con dos mamás, una de las cuales, Caroline Behague, está casada con un argentino y viviendo en Lille (Francia), mientras que la otra, Agustina Lagomarsino, es oriunda de la ciudad de Buenos Aires, pero un día viajó a Finlandia a realizar un posgrado y allí conoció a un finlandés con el que forma pareja y tiene dos hijos.
«Primer grado en tres países» pretende mostrar las distintas formas de entender la educación.
Finlandia es el país con mejor rendimiento académico de los alumnos a tenor de lo que dicen repetidamente los informes anuales PISA de la OCDE. Agustina Lagomarsino conoce el sistema educativo finlandés porque lleva cada día a su hija Julia de seis años a una escuela en ese país. Esta madre comentaba fuera de cámara respecto a su primer contacto con esta experiencia que «de a ratos, algunos rasgos positivos quedaban exaltados; de a ratos las similitudes me sorprendían y reconfortaban. A partir de la participación, mi deseo de que en Argentina cada vez más gente opte por la educación pública para sus hijos se hizo aún más fuerte; ya que es para mí, la única forma de reclamarla viva, equitativa y eficiente».
El hijo de Caroline Behague compartió clase con el de la realizadora de este filme documental hasta que sus padres tomaron la decisión de regresar a Francia, y en ese punto, la madre dice que ella se preguntaba «qué se perdería Leo por no ir a la escuela en Argentina, donde valores como la confianza en uno mismo, la creatividad y la ayuda mutua impregnan las clases. El deseo de filmar a Leo y Gerónimo en un sistema de educación paralelo nació de esta observación. Mariana tuvo la idea de extender este gesto al proponer una película documental que reflejara la escuela pública en Argentina. Una reflexión que me parece necesaria».
Mariana Lifschitz considera que su ambición «es que la experiencia personal de tres madres en tres países distintos que aquí se cuenta, sea un aporte que enriquezca el debate público sobre la problemática educativa». El documental, que contiene un lenguaje narrativo más cercano al formato televisivo de testimonios, resulta muy válido tanto para los actuales papás, como para los que piensan serlo en un futuro y para los implicados en el trabajo educativo, así como para cualquier persona interesada en cómo está evolucionando este tema, ya que todos fuimos niños o padres de chicos en edad escolar en el pasado.
La directora responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Piensas que en Argentina debería de haber un debate interno entre todos los implicados para mejorar el sistema educativo?

Mariana Lifschitz
Hice este documental buscando que sea un aporte para enriquecer el debate sobre educación, sobre todo para pensar el lugar de la escuela pública en nuestra sociedad. Así que definitivamente estoy a favor de que el debate se produzca. En mi documental se escuchan diversidad de opiniones sin cuestionarlas, porque creo que es importante tratar de entender las motivaciones que llevan a persona a decir lo que dice.
– ¿Cómo se te ocurrió contrastar la educación entre diferentes países en un documental?
La idea del proyecto comenzó a tomar forma cuando mi hijo tenía dos años y empezamos a plantearnos a qué jardín lo mandaríamos. La duda «¿público o privado?» es lo primero que aparecía. Charlando del tema con amigas y amigos cuyos hijos ya estaban escolarizados, encontraba que muchos de ellos a pesar de haberse formado en la escuela pública y ser defensores de ella, mandaban a sus hijos a escuelas privadas. La pregunta que me surgía entonces era qué tensión social se esconde atrás de esta contradicción. Me pareció que era una pregunta que merecía ser indagada y que no había sido abordada por los documentales de educación que se habían hecho hasta el momento. La comparación entre los tres países se presentó como una posibilidad cuando yo estaba pensando esa idea de documental, no fue algo buscado sino más bien un hermoso regalo de la realidad.
Conocía del barrio a Caroline (la mamá francesa) y a Agustina (la mamá que vive en Finlandia). Había compartido con ellas y nuestros hijos muchos momentos de juego y charla en el parque, yo estaba trabajando en mi proyecto de documental sobre educación cuando ellas decidieron volver al otro país en que tenían un pie para que sus hijos iniciaran allí la escuela primaria.
Como Caroline también es documentalista (dirige y produce documentales para la televisión francesa), surgió espontáneamente entre ambas la idea de hacer una película juntas que comparara el primer grado de nuestros hijos en Argentina y Francia. Estábamos en eso cuando me enteré que Agustina se mudaba a Finlandia para que Julia inicie allí su primer grado. Y sin dudarlo decidí invitarla a participar del proyecto.
Si bien es casual el encuentro con Agustina y Caroline, la coincidencia de vivir simultáneamente el primer grado de nuestros hijos en estos tres países, si no se presentara esta oportunidad por casualidad y si yo fuera a buscar mamás de otros dos países para compartir este proyecto, tanto Francia como Finlandia aparecen como opciones especialmente ricas.
Finlandia tiene hoy en día el sistema educativo más exitoso del mundo occidental. Siendo uno de los países más ricos y más igualitarios, sus alumnos sacan las mejores notas en los exámenes internacionales. Esa fama mundial es conocida en Argentina y los expertos locales en el tema a menudo la ponen como ejemplo. Por su parte la tradición cultural francesa desde siempre destaca en el imaginario de los argentinos. Desde la construcción de la República hasta nuestros días; desde la revolución burguesa con su “libertad”, “igualdad” y ”fraternidad”; desde su Iluminismo oponiendo la razón científica a la religión… La escuela pública argentina que nació en la segunda mitad del siglo XIX a partir de la Ley 1420 de Educación (gratuita, laica y obligatoria), mucho tiene que ver con los valores que irradiaban desde Francia hasta esta parte del mundo.
– ¿Y el inicio de curso es un momento clave para estrenar el film y que el espectador amplíe su propia perspectiva sobre el tema?
Marzo siempre es un mes en el que el tema educativo toma la tapa de los diarios y las familias vuelven a zambullirse en el mundo escolar, así que me parece que sí es la fecha más apropiada para estrenar esta película.
©José Luis García/Cinestel.com