«Chocó», de Johnny Hendrix Hinestroza, formas de violencia y un lugar donde vivir

Estrenada en Colombia el 3 de agosto. Entrevista.
Existen en el cine colombiano temas con frecuencia tratados de forma recurrente que hasta ahora casi eclipsaban la oportunidad de mirar otras idiosincrasias de la sociedad colombiana, esos rasgos distintivos de una zona determinada que muchas veces son ignorados incluso en otras zonas cercanas.
Jhonny Hendrix, productor de cintas como «Perro come perro» o «El vuelco del cangrejo», se aventura en el terreno de la realización cinematográfica con esta historia acerca del lugar que le vio nacer.
Chocó es el departamento de Colombia ubicado en la frontera con Panamá, el único que tiene costa pacífica y atlántica simultáneamente, que está habitado en su mayoría por afrodescendientes.
Tiene una gran cantidad de recursos minerales, oro entre ellos, que están siendo explotados en ocasiones a través de minería ilegal, algunas veces empleando una inusitada violencia. Esa preocupación está presente en la película y, de hecho, Hendrix lidera a través de su productora el proyecto ‘Cine para sentir al Chocó’ que cuenta con el apoyo de diversas organizaciones, ACNUR entre ellas.
El epicentro de la película es una mujer negra de 27 años llamada Chocó que ha sido desplazada de sus tierras como consecuencia de esa violencia. Lleva a cuestas una familia compuesta por dos hijos menores y su marido, un músico que hace pasar su vida tocando la marimba, bebiendo viche y jugando al dominó mientras ella trabaja, otra forma de violencia.
Chocó dedica sus mañanas a la búsqueda de oro y las tardes a lavar la ropa de otras familias para alimentar y educar a sus hijos.
La película es un drama intimista, con toques de amor y comedia. Jhonny Hendrix Hinestroza explica a Cinestel que eligió a este personaje femenino como metáfora del departamento de Colombia en el que pasó su infancia y cómo influyó en ello algunas vivencias personales como una historia concreta en un autobús de dos mujeres que se habían casado con sus violadores:
«Habían dos mujeres que estaban comentando un poco la problemática de su vida. La una le contaba a la otra cómo había conocido al amor de su vida, al igual que la otra, a partir de una violación y al final daba la coincidencia de que las dos realmente estaban compartiendo el mismo individuo, es decir, el marido de las dos era la misma persona y a partir de ahí estuvimos haciendo una investigación con muchas mujeres y vimos cierto malestar en la mayoría de ellas por cómo eran tratadas y cómo de una u otra forma se manifestaba el afecto del hombre hacia la mujer en muchas de estas regiones. Entonces eso nos dio pie para sentarnos a escribir un película que comparara un poco esta problemática y se reflejara la naturalidad del lugar y cómo viven y cómo estas situaciones los ahogan y los tienen sumergidos en una invisibilidad para el resto de Colombia».
– ¿En qué porcentaje los habitantes de Chocó son afrodescendientes?
El 82% lo son.
– Habría entonces una cierta nostalgia por su parte, porque usted nació allí.
Sí, es una nostalgia enorme, pero no solamente por el territorio sino por lo que era, por lo que yo disfruté y por lo que obviamente no van a disfrutar mis hijos y es esa tierra tan abundante y tan llena de frutos, de naturaleza y de una vegetación en la selva y cómo ahora, de alguna otra forma, está siendo derruida por la minería y por todas estas multinacionales en búsqueda de oro, platino, plata y demás minerales y son cosas que no voy a volver a ver yo, no lo verá mi hijo, pero además es la pérdida también de la cultura como tal, es una radiografía de la cultura chocoana. Entonces encontramos que la música, los alabados, por ejemplo, cuando nace o muere una persona, cómo se llevan a cabo. Toda esta información que hemos recogido es la que nos representa un departamento, una región, una mujer y nos permite visibilizar su problemática.
– ¿Podría decirse que hay una falsa sensación de calma en estos momentos?
Sí, precisamente lo que la película dibuja es eso, que hay una calma por la cual supuestamente no debería haber una preocupación pero se siente que allí está la violencia, que no puedes hacerlo todo y que no hay una libertad total.
Pero en cierta forma, en medio de todas esas incertidumbres, ella puede vivir, salir a flote y lo más importante es que puede hacerle realidad el sueño a su hija de tenerle una torta el día de su cumpleaños.
– ¿La actriz protagonista, Karen Hinestroza, es conocida en Colombia?
Ella no es tan conocida, es una actriz afrodescendiente que ha estudiado teatro y cine, lo que le ha permitido llegar a ciertas películas que han tenido un poco de movimiento en Colombia como «El vuelco del cangrejo» y otra que fue una película muy taquillera en el país que se llamó «El paseo» en donde ella tuvo un buen personaje y creo que es una actriz con una categoría importante y que va a escoger el cine como realmente su medio de trabajo. Creo que no va a ahondar mucho en la televisión y que va a mostrar obviamente toda su potencia. Me parece que es una actriz muy brillante.
– En Colombia hay ahora una buena promoción de cine, existiendo incluso un nuevo mercado audiovisual en Bogotá muy prometedor. ¿Eso lo han notado ustedes como profesionales que trabajan en el cine?
Sí, se está haciendo un muy buen trabajo desde los directores hasta los productores, que están trabajando muy bien, pero hay varias entidades como son Proimágenes Colombia y la Dirección de Cinematografía que creo que están haciendo lo suyo y están permitiendo una buena divulgación, no solamente en los proyectos colombianos, sino también de los alcances que puede tener el rodar cualquier película en Colombia.
Es un país con una geografía impresionante que realmente lo tiene todo, desiertos, nevados, selva, ciudades,… todo, y creo que ese trabajo que viene directamente desde el Ministerio de Cultura, ha potenciado la cinematografía y nos ha servido desde la Ley de Cine y todo lo que ha surgido desde allí para que nuestro cine sea uno, cada vez más visto y dos, cada vez más apetecido a nivel internacional también.
«Chocó» estuvo seleccionada en el Festival de Cine de Berlín y abrió el Festival de Cartagena de Indias donde ganó el premio del público. Por el momento tiene cerrado un contrato con Memento Films, compañía que será la encargada de distribuir la película a nivel mundial.
Respecto a su productora, «Anina» será su próximo filme, esta vez en animación, y también participan en «Deshora» de Bárbara Sarasola y «Sin otoño y sin primavera» de Iván Manzano a estrenar en los próximos meses.
©José Luis García/Cinestel.com