«Reconstruyendo a Cyrano»; paradigma del teatro independiente

Estreno cine Gaumont de Buenos Aires.
Eduardo de la Serna lleva más de veinte años tratando de comprender un poco mejor cómo son los entresijos del mundo de la actuación en cuanto a la huella que este interesante trabajo deja entre los espectadores ávidos de que les cuenten cosas que hagan volar su imaginación, pasar un rato agradable y si se da el caso, reflexionar sobre uno mismo o sobre el mundo que nos ha tocado vivir. Él fue uno de los directores de «El Ambulante», película documental que se aproximaba al acceso al cine del público de lugares remotos, y en «Reconstruyendo a Cyrano» nos traslada a la fragilidad, pero también a la grandeza y la fuerza que tiene en los escenarios porteños el teatro independiente.
El argumento que nos propone en esta ocasión tal vez no sea tan aislado como a simple vista nos pueda parecer. ¿Qué ocurre cuando en pleno proceso de preparación o desarrollo de una obra teatral, uno de sus miembros abandona el proyecto? ¿Sigue adelante su realización? ¿Se pensó antes en el sustituto adecuado para cada uno de los participantes que están sobre las tablas? En un contexto independiente en el que los actores suelen depender de otros trabajos para ganarse la vida, ese desafío espontáneo y fortuito puede resultar bastante complejo de afrontar.
El documental parte de lo que sucede entre un grupo de actores dirigidos por Pablo Bontá ante el abandono tras una pelea del protagonista de una obra inspirada en la del dramaturgo francés Edmond Rostand Cyrano de Bergerac que estaban representando. Después de un tiempo, el director decide ponerse a buscar un sustituto que pueda garantizar la reanudación con éxito de las funciones. «Reconstruyendo a Cyrano» describe todo el proceso de adaptación a esa nueva realidad del reducido grupo de entusiastas del teatro, y nos da a conocer las distintas fases de preparación para la puesta en escena.
Eduardo de la Serna responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Cómo encontraste esta historia? ¿Se conocían ustedes de antemano?
Conozco a Pablo Bontá, el director de la obra, desde hace 30 años. Estudiamos juntos diversas areas de la actuación, mimo y clown, específicamente. He visto la mayoría de sus obras.
Cuando vi «Cyrano, un vodevil franco argentino» me gustó mucho y cuando sucedió que la obra tuvo que bajar de cartel en pleno éxito, por una pelea entre los actores, dije «éste es el punto inicial de una película». En el momento que surgió la idea de volver a hacer la obra con otro actor, me decidí a filmar todo ese proceso.
– La película define de qué manera llegar a cierto nivel en el trabajo de un actor no es una cuestión de narices, sino que el talento se mide por otro lado. ¿Es a veces irreparable para la continuidad de una obra la pérdida de cualquiera de sus intérpretes?
Como bien decís, dar el físico para un papel no es condición suficiente, lo más importante es el talento con el que uno acciona esas características corporales. Por otra parte creo que en cualquier orden de la vida, nadie es indispensable en el mediano plazo. Quizá alguien pueda serlo ante una emergencia, pero éste no fue el caso y Diego Freigedo (el segundo Cyrano) pudo reemplazar muy bien a Héctor Segura (el primer Cyrano) pese a no ser narigón.
– ¿»Reconstruyendo a Cyrano» puede calificarse como todo un viaje, y no solo a Formosa, hasta su culminación?
El proceso creativo siempre puede considerarse como «un viaje», un movimiento, un cambio, hacia un lugar deseado. Por lo tanto esa reconstrucción de la obra teatral es un viaje en si misma, que el documental intenta registrar más allá de las diferentes ciudades que hayan pasado en el transcurso de la película.
– «El Ambulante» tenía que ver con el cine y esta película con el teatro. ¿Te apasiona el mundo de la interpretación?
Desde la adolescencia he estado cerca de varias disciplinas artísticas. Trabajo desde hace muchos años en el mundo de la cultura. Y por lo tanto la interpretación me apasiona, pero me apasiona aún más la capacidad del ser humano por transformar el barro en oro, la sombra en luz y el fracaso en belleza.
©José Luis García/Cinestel.com