“Barbie”, “Oppenheimer” y un Hollywood mermado por las huelgas

Tal vez el oscuro panorama que a corto plazo se vislumbra en relación a los futuros estrenos de Hollywood debido a las persistentes huelgas de guionistas y de intérpretes que están teniendo lugar en Los Ángeles, pueda significar mayores oportunidades de que el cine independiente sea más conocido por aquel público potencial que no ha tenido acceso a él.
Sin embargo, dejando al margen esos problemas que amenazan la estabilidad de una industria del entretenimiento que siempre está pendiente de gustar al mayor número de personas y que constantemente está mirando los resultados económicos de la taquilla, la llegada en julio de dos superproducciones estadounidenses supuso una corriente de aire fresco frente a un horizonte sombrío.
Se trata, obviamente, de “Barbie” y “Oppenheimer”, dos películas a tener en cuenta.
La primera de ellas es una historia que contrasta la imaginación con la realidad para reivindicar un mundo más justo y equitativo para las mujeres, exponiendo de una manera comprensible los problemas que tradicionalmente ha generado el patriarcado y sometiendo al espectador a una constante explosión de sensaciones, siempre acompañadas por el color rosa.
Greta Gerwig funge en esta ocasión como directora y coguionista junto a Noah Baumbach, en un relato que posee un inicio impactante que bien se podría conectar con la idea que hay detrás de la escena final. Además, rescatar los valores de la amistad y la equidad es otro de los logros de este filme que con mucho acierto ridiculiza a los detractores del feminismo, aun cuando lo hace en las entrañas de un mercado capitalista y especulativo dominado por hombres, como se puede observar tanto en el entorno de la misma Barbie como, igualmente, en el de su compañero Ken en el viaje al mundo real que ambos realizan.
“Oppenheimer”, por su parte, es un drama biográfico alrededor de la figura del creador de la bomba atómica, la cual, tras matar a unos 200.000 japoneses en Hiroshima y Nagasaki, puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
El director del film es el británico Christopher Nolan, quien al comienzo de un pase privado de la película que tuvo lugar en el auditorio del Forum, en Barcelona, no dudó en calificar el descubrimiento del científico J. Robert Oppenheimer como uno de los “acontecimientos más importantes de la Historia” (sin comentarios), al referirse a las motivaciones que le condujeron a dirigir este largometraje.
La película tiene una duración de tres horas y en ella se hace toda una revisión cronológica, comenzando con el Oppenheimer entusiasta del principio con respecto a ese importante hallazgo de la física y terminando por escenificar su propio arrepentimiento y depresión moral, pues llegó incluso a oponerse firmemente a la guerra nuclear y a la todavía más destructiva bomba de hidrógeno, siendo especialmente significativa en ese sentido la escena en la cual él fue recibido por el entonces presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, y que está basada, al igual que todo el film, en la biografía escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin que lleva por título «American Prometheus». Ahí vemos cómo, tras la breve reunión, el presidente le tilda de “científico llorón”, sólo como consecuencia de sus remordimientos por los graves desenlaces que el uso de su hallazgo tuvo entre centenares de miles de vidas.
En una entrevista reciente que Amy Goodman le hizo al periodista Greg Mitchell, especialista en desarme nuclear, para su programa televisivo Democracy Now, el entrevistado dijo que si bien la película está bien hecha y vale la pena verla, “tiene omisiones bastante graves.”
En concreto Mitchel se refería a que casi no se mencionan en ella los peligros de la radiación, ni se pone de relieve el impacto que la bomba tuvo en las víctimas de Hiroshima y Nagasaki. A su juicio, el filme tampoco cuestiona la política de usar la bomba en primer lugar, avalando el “discurso oficial […] cuya hegemonía se mantiene desde 1945”, -sostenía Mitchell en esas declaraciones al prestigioso canal de televisión estadounidense-.
Hollywood vive en estas fechas uno de sus momentos más extraños, ya que las huelgas de artistas y guionistas están comprometiendo seriamente los estrenos que esa industria tendría que hacer a medio y largo plazo. Algunos actores y actrices de renombre y con un considerable caché, aseguraron haber reunido un total de quince millones de dólares para ayudar a unos huelguistas que, entre otras cosas, reclaman que se articule un sistema de retribuciones adecuado en lo que se refiere a las plataformas de cine en línea, y que se regule el uso que en un futuro pueda tener la aplicación de la inteligencia artificial en las distintas producciones cinematográficas.
©José Luis García/Cinestel.com