Carlos Pirovano finiquita la relación entre el INCAA y el cine argentino

El nuevo presidente del Instituto Nacional del Cine y las Artes Audiovisuales (INCAA), Carlos Pirovano, prorrogó a mediados de este mes de abril por tres meses más, sumando un total de siete, la parálisis del cine argentino, y como colofón de sus políticas de vaciamiento acaba de firmar una “dispensa” para todo el personal del organismo público que implica algo parecido a lo que ya sucedió con la Agencia estatal de noticias Télam, es decir, los trabajadores del INCAA dejan de acudir a sus puestos laborales y si en el plazo de unos meses no son reasignados a otras tareas dentro del Estado, se quedan sin trabajo.
Paradójicamente, esta medida también afecta a los empleados del emblemático Cine Gaumont que en estas fechas están compartiendo con otras salas de la capital la programación del BAFICI, un festival que no se ha pronunciado formalmente sobre esta situación tan anómala, caótica y catastrófica.
La resolución de la nueva gestión le dice textualmente a todo el personal, entre otras cosas, que “…se comunica que a partir de la presente notificación, no deberá asistir a las dependencias del INCAA, ni se le exigirá cumplimiento de servicios.
La presente medida no le implicará reducción de haberes y se encontrará justificado a los fines del presentismo,…”. El texto de la resolución fue registrado electrónicamente el viernes 19 de abril a las 17:53 de la tarde con la intención de que fuera publicado en el Boletín Oficial el lunes día 22, una maniobra que deriva de la actitud de la actual gestión, no promoviendo que se pueda debatir algo con las asociaciones profesionales del sector cinematográfico, al tiempo que se hace al amparo del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).
Algunas de ellas han abogado por un nuevo plan de lucha que busque golpear en unidad desde la cultura coordinando con todos los sectores afectados, ya que si logran pasar este ataque destructivo sobre el cine, arruinando el trabajo de realizadores y técnicos, desguazando el Instituto con más despidos; luego vendrán con más fuerza y brutalidad por la música, el teatro, los escritores, las bibliotecas y la comunicación popular.
Sin embargo, los cineastas argentinos no están solos y han recibido aliento y apoyos desde numerosos países, entre los que destacan Francia (Société des Réalisatrices et Réalisateurs de Films, Quinzaine des Cinéastes de Cannes, Festival du Cinéma de Brive,…), Brasil, Colombia, Chile,… e inclusive la revista estadounidense Variety, todo un referente mundial, que expresó su estupefacción por el hecho de que el nuevo gobierno de coalición de los partidos Milei/Macri decidiera poner el orweliano nombre de Capital Humano a uno de sus principales y escasos ministerios.
En su resolución anterior del 9 de abril, Pirovano ignoraba el trabajo realizado por los comités 41, 42 y 43 de la vía digital y daba de baja decenas de proyectos que, con dictamen positivo, estaban a la espera de resolución (no se firman resoluciones desde antes de diciembre de 2023). Es un golpe para decenas de equipos que trabajaron durante años por esas películas, invirtieron recursos y cumplieron con toda la complicada normativa vigente en el INCAA.
Pero las medidas contra el cine argentino de este gobierno de ultraderechistas afectan con mucha mayor gravedad a los técnicos, pues al fin y al cabo, son quienes más necesitan estar constantemente contratados y en activo. Camarógrafos, sonidistas, montajistas y demás profesionales acostumbran a enlazar una producción audiovisual con la siguiente, siendo para su economía indispensable la continuidad. En la Argentina hay miles que lo hacen así y que ahora se van a quedar sin trabajo.
Pero, ¿adónde quieren llegar los actuales gestores del INCAA? Hasta hace pocos días todo apuntaba a que estarían preparando un nuevo Plan de Fomento que reduciría significativamente el número de películas por año, eliminando la vía digital (acceso sin antecedentes y sin casa productora), los comités independientes y representativos del sector, y dejando algunos concursos testimoniales para el “cine arte”. Pero con la nueva resolución todo eso se desmorona, pues en ningún momento se menciona la palabra Fomento, salvo para hablar de la futura Cinemateca Nacional.
El Senado de Brasil recién aprobó el proyecto de ley que regula el streaming de las plataformas de video on demand (VOD), incluyendo servicios como Netflix, YouTube, TikTok y de canales FAST. La anterior gestión del Instituto de cine argentino iba en una dirección parecida en lo que respecta a las compañías que ofrecen visionado de películas, pero a mitad del mandato político de cuatro años los trámites se ralentizaron y nunca se aprobó. Tendríamos que preguntarle al último Ministro de Cultura, Tristán Bauer, el porqué de aquella importante demora. Lo que sí sabemos es que el nuevo presidente del INCAA, Carlos Pirovano, reconoció ante asociaciones del sector cinematográfico que esa sí que sería una solución para equilibrar las cuentas del Instituto, pero que no la podía implementar “porque si yo le voy al presidente Milei con esa propuesta, me echa”, les dijo.
Para el gobierno Milei/Macri, lo del cine es meramente una confrontación ideológica y creen que las películas “adoctrinan”, como si los espectadores fueran todos tontos o infantiles. Pirovano, por su parte, más que un economista es un financista, que no es lo mismo, pues para él las cosas se miden por su rentabilidad dineraria inmediata y no quiere ver otro tipo de beneficios para la comunidad, como el valor cultural de los registros autóctonos, el empleo que se genera o la repercusión internacional. En la economía del área cultural, los retornos de una inversión muchas veces se devuelven de diferentes maneras y no sólo de forma directa, sino que también indirecta.
¿Y de dónde procede Carlos Luis Pirovano? Del mundo de las finanzas básicamente, pero cuenta en su curriculum con experiencia en la política al haberse desempeñado como subsecretario de Inversiones durante los dos períodos de Mauricio Macri en la jefatura de Gobierno porteña y haber trabajado luego con el exministro de Producción Francisco Cabrera, durante la gestión de Cambiemos. En su anterior actividad en el sector público, impulsó el denominado Distrito Tecnológico de la ciudad de Buenos Aires, permitiendo exenciones fiscales indebidas e inadecuadas para la empresa Iron Mountain, donde en el año 2014 se quemaron veinticinco mil cajas que contenían documentación del banco HSBC bajo el título de “lavado de dinero”, una entidad financiera en la que tanto él como Cabrera habían estado trabajando anteriormente. Con antecedentes de este tipo, no es de extrañar que una de las primeras cosas que hizo al llegar al INCAA fuera eliminar la Unidad de Transparencia Institucional del Instituto.
©José Luis García/Cinestel.com