«Retratos de familia» (Ilo, ilo) de Anthony Chen; viviendo en crisis

Estreno en España.
Ganadora de la Cámara de Oro en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, «Retratos de familia» (Ilo,ilo) es una estampa de lo que sucedió en Singapur en el año 1997, cuando sumergidos en una gran crisis económica las empresas despedían a trabajadores todos los días. El filme refleja la vida de una familia urbana dentro de ese contexto. El matrimonio decide contratar a una mujer filipina para que cuide de la casa y de su hijo, aunque ya desde antes de la llegada de ella la situación es tensa y los acontecimientos del día a día se viven frenetizados por la situación de incertidumbre constante en la que está sumido un país entero.
La ópera prima de Anthony Chen en el largometraje de ficción nos ofrece la perspectiva de una familia muy angustiada por la crisis económica asiática. Ambos trabajan, aunque en apariencia la esposa está mejor situada que el marido. Tal vez han decidido contratar a la nana en un momento muy complicado. Teresa tiene que comunicarse con ellos en inglés y estar al cuidado de su hijo malcriado de nueve años. Cuando más o menos la relación entre ambos comienza a fluir, la posibilidad de que la madre pase a tener celos de la contratada se hace cada vez más probable.
Filmada con una gran economía de recursos, a veces con cámara en mano y planos secuencia cortos, nos encontramos en «Retratos de familia» con una historia íntima sobre las ambiciones legítimas de ir cada vez a más pero a veces eligiendo caminos de dudoso éxito (juegos de azar y bolsa básicamente). También hay una crítica en el filme hacia las condiciones laborales de la empleadas de hogar, y cómo tienen que arreglárselas para encontrar dinero extra en un contexto en el que las garantías laborales son claramente insuficientes.
«Aquí no hay lugar para Dios», le dice una compatriota a Teresa, dedicada igualmente a las tareas domésticas, en clara referencia a una sociedad que parece haber perdido el norte, siempre nerviosa, agitada y exaltada como si se estuviera en una carrera llena de obstáculos. En esas circunstancias tampoco parece que al matrimonio le esté yendo muy bien y no precisamente porque no se quieran, sino por la intensa presión que reciben de un entorno ruinoso, lo que los hace buscar vías de escape, sean conocidas o no para ellos. Un buen debut del director de la película, Anthony Chen, basado además en su experiencia personal cuando era niño.
©José Luis García/Cinestel.com