“Jinetes de Roca”, una película de Sebastián Díaz (entrevista)
Estreno en Buenos Aires
¿Qué esconde el mito fundacional de la Argentina moderna? Sebastián Díaz intenta responder a esa pregunta en su más reciente filme documental “Jinetes de Roca”, tratando de impugnar así posibles fábulas que se hayan podido extender en una forma mayoritaria.
La película denuncia directamente el accionar de los responsables de la “Conquista del Desierto”, develando el paralelismo ideológico entre la etapa roquista, la década infame de 1930 y las prácticas genocidas de la última dictadura cívico-militar de 1976.
Díaz también se propone “desmonumentar” la figura del general Julio Argentino Roca, que amplió las fronteras de la República Argentina hacia las márgenes de los ríos Negro y Neuquén, incorporando para la “civilización” unas quince mil leguas de territorio feraz.
Esas acciones del controvertido general tucumano que fue dos veces presidente de la nación, permitieron la conformación actual del Estado Nación Territorio argentino, pero al mismo tiempo también ocasionaron el derrumbe del mundo indígena, condenando a miles de seres humanos al exterminio, al sometimiento y la disgregación de sus comunidades originarias, seguido de una humillante esclavitud.
Sin casi mencionarlos, el film homenajea especialmente a luchadores y activistas como Osvaldo Bayer y David Viñas, quienes tras la apertura democrática de 1983 y de la mano de organismos de DDHH, comenzaron un proceso de impugnación de la figura del general Roca, explicando una versión más cercana a la realidad y denunciando sus crímenes de lesa humanidad.
Hace ya bastante tiempo, Bayer dio una multitudinaria conferencia en la capital de Catalunya, donde explicó al detalle el significado y desarrollo de sus acciones dirigidas a desenmascarar esa fábula que mayoritariamente recorre el territorio argentino, también en forma de estatuas del infame gobernante. (Muchas gracias querida Cecilia Rossetto por traerlo a Barcelona, por si estás leyendo estas líneas).
Y volviendo a la película, quienes hablamos sobre cine siempre tenemos la tendencia a referirnos a “trilogías”, pero este no es el caso de Sebastián Díaz, quien aunque en “4 Lonkos” y “La Muralla Criolla” también hacía referencia a asuntos parecidos, piensa que tras “Jinetes de Roca” no va a poder detener la rueda y que si bien una trilogía cierra una etapa, eso no significa que se vaya a retirar, ni mucho menos.
El director también opina que “aquí hay un episodio que es fundante de la Argentina moderna. Estamos hablando de la Conquista del Desierto que fue un genocidio a pueblos originarios, pero a su vez de la consolidación del Estado Nación. Por eso fue perpetuado en la memoria como una gesta y no como un genocidio, que fue lo que pasó”.
“A lo largo de los años, -continúa diciendo-, de alguna manera se ha perpetuado y revalidado durante distintas generaciones aquel primer genocidio de la República Argentina, tratando de silenciar, ocultar y tergiversar la Historia, y obviamente creando sentido tanto en la pedagogía como en los medios o en el arte. Eso es lo que nosotros tratamos de analizar en esta película: cómo en el arte, durante un siglo aproximadamente, se formó pedagógicamente el ciudadano argentino. Ahí aparece la estatuaria, la pintura, la fotografía y todo lo que es la representación icónica de aquella gesta, como si fuese una gran obra haber aniquilado a miles de pueblos originarios de Pampa y Patagonia”.
“Por supuesto que esto es una gran farsa y nosotros en esta película simplemente tratamos de desempolvar, pero esto ya es una historia conocida, lo que pasa es que la superestructura cultural argentina no lo va a decir; esto se va a ocultar. Lo que más me interesa a mí es tratar de despertar y hacer fidedigna la cadena de la memoria”.
– Hay un punto en la película en el que se establece una especie de diferenciación entre lo que podría ser genocidio y lesa humanidad, pero a mí no me quedó muy claro. ¿Qué diferencia habría entre ambos conceptos?
En ese caso es importante para remarcar lo que quiso transmitir Adrián Moyano, que es el que en algún punto de la película dice eso, es que todos te van a hablar de que en aquella época no había otra opción y que se hizo así porque estaba bien, que eran hombres de su época, que el contexto histórico apoyaba la idea del exterminio indígena, pero sin embargo, y eso es un hallazgo importante, en el diario La Nación, un diario de derecha histórico en Argentina, a raíz de un suceso de una matanza indígena en la provincia de San Luis, -a traición encima, porque estaban prisioneros y los mataron a todos, que eran como unos 60 o 70-, ese hecho lo catalogan como crimen de lesa humanidad, quizás porque en su momento no se empleaba el término genocidio.
Lo que quiero que quede claro es que en aquella misma época había gente que estaba en contra de lo que estaba sucediendo, no era todo un pensamiento único de exterminio y avance. No era así, para nada.
– No recuerdo si en alguna otra película tuya anterior habías tratado el tema, pero sí que he notado que en ésta no se menciona cierto trasfondo de espiritualidad que hubo en todas esas guerras, porque suele ser común que quienes cometen esos genocidios digan que lo han hecho en nombre de Dios, lo cual ocurre con distintos credos religiosos. ¿Ya lo habías tratado o lo tienes pendiente para un futuro documental?
Lo tengo pendiente. La cuestión de la espiritualidad en el mundo indígena es muy importante. Quizás hay algo en la película anterior “4 Lonkos” dedicado al capítulo de Calfucurá, un personaje muy importante que era muy espiritual, y también todos los lonkos, que tenían un componente muy considerable de espiritualidad. Lo que pasa es que aquí la batalla no fue una guerra santa sino que fue una guerra económica, lisa y llanamente, de ocupación de territorio y repartija de ese territorio en pocas manos, justamente los que financiaron esa campaña militar hacia la Pampa y Patagonia.
No, aquí no hubo nada de guerra santa invocando a Dios. Lo que sí hubo después de la ocupación territorial fue lo que podríamos denominar la conquista espiritual de los sobrevivientes, básicamente a través de los salesianos, pero no podemos endilgarles a estos religiosos la responsabilidad de esa matanza; ellos simplemente fueron atrás de la espada y del Remington, tratando de capturar algún corazón y algún alma para su grey.
Lo que también había era un racismo total, y no solamente de Roca, porque Roca tuvo sus precursores que fueron grandes personajes de la Historia argentina como Sarmiento, Mitre, incluso Alberdi que fue el autor intelectual de la Constitución que todavía no rige,… grandes racistas, grandes racistas; y ahí está la base fundamental de la acción de Roca. Y si no hubiese sido Roca hubiese sido otro, porque en realidad la élite argentina estaba de acuerdo en lo que se hizo, pero destaco que había voces disidentes también.
– Y como se dice en la película, ¿crees que se ha promovido un culto al olvido y un catecismo de la amnesia para que no se llegue a saber qué es lo que ocurrió?
Y claro, porque daría vergüenza si realmente la Historia se contara como debiera ser contada, no solamente a los que impulsaron esa campaña de exterminio, sino a los que los apoyaron años más tarde, y ellos yo creo que son los verdaderos “Jinetes de Roca”, los mismos que están ahora, porque nunca se fueron, están y son los que defienden estas ideas lamentables y perversas de exterminio a un otro, no reconocer la otredad.
Claro, ellos dirán que gracias a Roca nosotros podemos disfrutar de la Patagonia como territorio argentino. Sin embargo sabemos que la Patagonia está en pocas manos también, hay grandes extensiones a nombre de extranjeros y la verdad, yo pondría en duda si hoy en día está en Argentina ese territorio. Esto fue un crimen de lesa humanidad, esto fue un genocidio y no se puede ocultar.
– A mí mis mentores en el periodismo me enseñaron que en temas de respeto a los demás, derechos y libertades no se puede ser indiferente o neutral, como quizá alguna gente lo es. Y en la película esto tal vez se ve mejor representado en la persona de Danae Fiore, que también muestra en algunos momentos su afectación personal y su impotencia por no poder hacer más. ¿Crees que la película sirve para que se incorpore más gente en esta lucha, incluidas las nuevas generaciones?
Sí, desde ya y por varias razones. Yo soy el ejemplo viviente de eso. Mirá, te lo hablo desde mi objetividad. Yo desde que nací fui formado en una pedagogía bastante colonial. Entonces, desde la escuela, en mi casa, no es que yo venga de una familia de marxistas, no, para nada. Vengo de una clase media argentina común y corriente, y eso habla de una educación colonial, sin duda. Y a mí, personalmente, me costó mucho despojarme de esas ropas. ¿Y sabés cómo lo hice? Estudiando, porque siempre sospeché de la Historia, siempre sospeché de aquellos que estaba ahí en los pedestales y sobre cómo se contaba nuestro pasado.
A partir de ahí lo que aprendí fue que investigando, leyendo, las pruebas están a la vista, no hace falta revolver tantos archivos, ¡Están a la vista! Los mismos crímenes son delatados por los propios ejecutores. Lo que pasa es que la interpretación de la Historia es lo que hay que cambiar. Por eso es muy subjetiva esa interpretación, pero para salir adelante hay que despojarse de todo lo anterior, de toda la educación que nos hemos recibido y que siguen recibiendo los chicos, porque si vos vas hoy a una escuela argentina, las efemérides son las mismas: 12 de octubre, el día que murió el gran racista de Sarmiento,… es decir, un montón de días que se recuerdan a estos que se merecen, como dice Marcelo Valko, prontuarios.
Entonces, por supuesto que se puede cambiar de alguna manera, instruir a alguna persona o grupo de personas; es el objetivo en cierto sentido, porque si no no haría estas películas que las tengo enmarcadas en una serie de filmes. Esta es la culminación de una trilogía. Y yo tengo experiencia con las otras dos y sé de muchas y diversas fuentes, que estos documentales se han utilizado como herramientas educativas para contar la otra Historia. Así que sí, confío absolutamente en esta herramienta.
– Pero “Jinetes de Roca” no es una película que esté en un sentido técnico anclada en el pasado, porque aquí vemos que incorporas elementos nuevos, como el Motion Graphics o el Lips Sync, que nos acercan más a lo que es y representa hoy en día el nuevo lenguaje audiovisual. En ese sentido utilizas elementos técnicos del presente. ¿Estás satisfecho del resultado?
En ese aspecto estamos muy satisfechos, en tanto siempre consideramos que una película documental, más allá de la temática que aborde, debe ser entretenida y algo que esté dirigido a un público amplio; no puede estar focalizado esto en un grupo más cerrado y pequeño, sino que tiene que ser de difusión masiva, y para lograr eso hay que construir una película que sea entretenida.
Yo eso lo tengo como premisa, traté de incorporar muchos recursos, tanto en las primeras películas como ahora, con dibujos animados o tanto de animación como de fotografías e ilustraciones, lo cual evidentemente levantan muchísimo; y además el tema tratado debe ser algo serio, algo investigado, que tenga fundamento, contar la historia pero presentar las pruebas. Esa más o menos es mi filosofía como documentalista y voy a tratar de continuar así.
– Las nuevas autoridades del INCAA están intentando impedir que se hagan obras cinematográficas que inciten al espectador a pensar por sí mismo y a tener una visión crítica de las cosas, tanto a favor como en contra. Esto ellos no lo quieren. Su ideario está quizá más centrado en lo que significa el entretenimiento quizá, y han parado el cine argentino tal vez por un año o más. Desde esa perspectiva, ¿cómo ves el futuro de estas producciones? ¿Siempre habrá canales a través de los cuales la gente interesada pueda recibir documentales de este tipo?
Qué punto interesante que acabas de mencionar, José. Mirá, desde que asumieron estas nuevas autoridades, bajo la excusa de que no hay plata, bajo la exsusa de que iban a reorganizar el INCAA, lo único que hicieron fue paralizar absolutamente la producción, pasar la motosierra sin ningún criterio, y lo digo con conocimiento de causa. Las perspectivas son de que no se reactive la industria ni las películas que se estaban llevando adelante, en todo este año. Lo que resulta que el año que viene prácticamente no va a haber estrenos nacionales.
Pero como de aquí al año que viene falta mucho, vamos a ver quién gana esta pelea. Es muy fácil evidentemente, en un contexto en el que también se lo permite, destruir cuestiones que han sido históricas, como la Ley de Cine, como un proceso de producción de películas financiadas por el Estado, que se puede mejorar, pero que tampoco hay que cortar con una motosierra desde la base.
El año que viene va a haber una falta absoluta de voces que cuenten nuestra Historia. Eso significa censura.
– Y aparte de eso, también ellos lo que intentan es que entren productoras de fuera de la Argentina a rodar blockbusters y cosas por el estilo. De alguna forma, lo que hacen es mirar hacia afuera y dejar que los demás hagan y dirijan en el país.
Eso lo vamos a ver con el tiempo. Supuestamente por la ideología que profesan, no me extrañaría que así fuese. Sin embargo, la pelea la vamos a dar. Vamos a resistir y vamos a ver quién se ríe al final.
©José Luis García/Cinestel.com