Se abre el quinto Ciclo de Cine Alemán Actual de Barcelona
El Goethe Institut y la Filmoteca de Catalunya presentan una nueva edición del Ciclo de Cine Alemán Actual de Barcelona, que repasa las últimas producciones estrenadas en el país germánico por realizadores autóctonos. «Vor der Morgenröte – Stefan Zweig in Amerika», de la actriz y directora Maria Schrader, abre la muestra.
La programación del Ciclo es heterogénea y sobre ella el director de la Filmoteca, Esteve Riambau, recordaba que hay «películas contemporáneas que no llegarán probablemente a las salas comerciales, lo cual es una de nuestras políticas de programación, pero también veremos una mezcla de géneros y de estilos como son películas de ficción, documentales, y otras integradas en nuestro ciclo de películas para escuelas. Es decir, que hay esta complementación absoluta». El Instituto Cultural alemán adquiere los derechos para exhibir entre sus centros estos filmes independientes y de autor.
Entre las obras seleccionadas hay dos que llegarán a las pantallas españolas: la cinta inaugural de Schrader, «Stefan Zweig: Adéu a Europa», que es una biopic acerca del famoso escritor judío exiliado en Rio de Janeiro, Buenos Aires, Nueva York y Petrópolis; y «Colonia Dignidad», un drama ambientado durante la dictadura pinochetista de Chile, que tiene como protagonista al actor germano-catalán Daniel Brühl.
Bettina Bremme, responsable de contenidos culturales del instituto, resaltaba en la presentación «el papel pujante de las mujeres en el panorama actual del cine alemán», que facilita que en esta ocasión se seleccionaran películas como «Wild» (Salvaje), de Nicolette Krebitz, cuya fotografía engalana el cartel oficial de este año, y algunas más como «4 Könige» (4 reyes), de Theresa von Eltz, entre otras.
Bremme también destacó que esta edición «tiene una fuerte vertiente iberoamericana». La película sobre Stefan Zweig transcurre únicamente durante la época del exilio, la mayor parte en Latinoamérica, mientras que «Colonia Dignidad» se refiere a un capítulo muy siniestro ocurrido en Chile durante la dictadura, cuando el régimen de Pinochet estableció una estrecha relación con una secta de origen alemán radicada en el extremo sur del país. Acompaña a Daniel Brühl, la actriz Emma Watson en una historia que indaga en el poco afán democrático que tenía en esa época la Embajada alemana en Santiago.
La responsable de contenidos defendió al cineasta germano Oskar Roehler como «el Fassbinder de nuestra época», del que se proyecta su última realización, «¡Muerte a los Hippies! ¡Que viva el punk!» (Tod den Hippies!! Es lebe der Punk), una historia autobiográfica ambientada en los años ’80, «con tintes grotescos pero que al mismo tiempo retoma cosas del melodrama».
También de esa década se exhibe el documental «B-Movie: Lujuria y música en Berlín Occidental» (B-Movie: Lust & Sound in West-Berlin), contado con material original del final de la guerra fría, montado vertiginosamente.
El programa tampoco obvia temas de actualidad, como el que trata «Verfehlung», de Gerd Schneider, sobre los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica; «Tour de force» (Hin ung weg), de Christian Zübert, acerca de la controversia que suscita la eutanasia; y «Democracy» (Im Rausch det Daten), de David Bernet, sobre la necesidad de proteger los datos, que retrata a varios diputados o comisarios europeos que hacen su lucha diaria por este tema.
Igualmente se seleccionó «Yo y Kaminski» (Ich und Kaminski), comedia sobre un crítico sin éxito que se propone escribir la biografía de un pintor anciano y ciego quien, después de triunfar en el mundo artístico, ha quedado relegado al olvido. Tras la inolvidable «Good Bye, Lenin», esta es la nueva colaboración entre el director Wolfgang Becker y el actor Daniel Brühl.
La programación se completa con el film «Rico, Oscar y las sombras profundas» (Rico, Oskar und die Tieferschatten), un relato de aventuras destinado al público infantil.
Significativo film de inauguración
Según la directora Maria Schrader, «Stefan Zweig: Adéu a Europa» (Vor der Morgenröte – Stefan Zweig in Amerika), que tiene entre sus coproductores a Austria, tuvo problemas para ser exhibida en esta muestra al haber sido seleccionada por ese país para representarlo en los Oscar.
Schrader considera que «si bien es cierto que esta película representa a la cultura alemana, también lo hace en lo que respecta a la cultura europea. Ha sido una coproducción con Francia y Austria, y de hecho igualmente trata un tema común que es el exilio europeo».
La idea inicial de la película partió del productor francés Denis Poncet, en un país en el que la obra de Zweig es mucho más conocida que en Alemania, donde según la realizadora lo tenían casi en el olvido. Poncet pretendía centrarse en la segunda esposa del director, pero cuando Schrader toma la idea, después de estudiar y leer mucho sobre el personaje, encontró su fase del exilio mucho más interesante: «Leyendo a Stefan Zweig es cuando me doy cuenta del significado que tiene ir al exilio y vivir en él».
El escritor tuvo un fuerte enfrentamiento contra las doctrinas nacionalistas de la época que condujeron al desastroso papel de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, abogaba por una Europa unida, algo que sin pretenderlo une la película a temas de actualidad que eran insospechados cinco años atrás cuando nació el proyecto, hasta el punto de que el coguionista del film, Jan Schomburg, explicaba en Barcelona que «hay algunas frases de diálogos que están en el guión, que probablemente no las habríamos formulado de la misma manera si en aquel momento de escribirlas hubiésemos tenido esta situación política tan tensa como la que hemos vivido más tarde».
Maria Schrader quiso hacer con este filme una visión sobre la persona del escritor antes que una incursión en su literatura, fijándose en distintos momentos de su vida que ella considera significativos. La directora, que antes de actriz había sido guionista, piensa que esta película contribuye sobremanera a una ampliación de su figura y de su biografía, dominada mucho más por el pensamiento que por la actuación. «Pienso que este proceso me ha ampliado los horizontes, me ha enriquecido como persona, y hay continuamente momentos en los que establezco asociación con alguna cosa de Stefan Zweig, donde me vienen recuerdos de él o puntos de vista suyos, y eso no lo perderé nunca», -aseguró muy satisfecha durante la presentación-.
©José Luis García/Cinestel.com