Alarma por la paralización del cine y el audiovisual brasileño

La noticia se dio a conocer en pleno jueves santo. El Instituto de cine brasileño, ANCINE, comunicó que su director Christian de Castro había ordenado la suspensión de la transferencia de fondos para la producción de películas y series. Esto implica la paralización inmediata de todos los proyectos, inclusive aquellos cuyo rodaje se está llevando a cabo en estas fechas.
La acción dada a conocer a través del diario O Globo, tomó por sorpresa al sector sobre todo porque llegó horas después de que Ancine anunciara que impugnaría la sentencia del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), que está en el origen de todo el embrollo.
Al parecer, dicho Tribunal habría detectado algunas irregularidades en la rendición de cuentas y, como consecuencia de ello, ordenó la suspensión de todas las actividades de Ancine hasta que este organismo demuestre su capacidad para administrar.
En respuesta al requerimiento, el Instituto ya ha entregado al Tribunal un plan de acción con todas las estrategias para satisfacer las demandas de la corte, pero no se ha podido evitar que cunda el pánico entre los miembros del sector audiovisual. Mientras tanto, el viceministro del Tribunal de Cuentas, André Luiz de Carvalho, recibió a la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados para explicarles tan crítica situación.
El problema de fondo que se debate es que según parece la sentencia es una «recomendación», por lo que su cumplimiento o no dependía exclusivamente de Ancine, dicho lo cual habría sido Castro quien ordenó la paralización, asegura O Globo, para «garantizar la seguridad jurídica de los servidores públicos».
Ya son varios los cineastas que han debido paralizar sus rodajes en contra de su voluntad. Entre ellos están «A mãe» (La madre), film del documentalista Cristiano Burlan; o «My blood boils for you», la biopic del cantante Signey Magal que se iba a filmar en junio por Paulo Machline y cuyo actor principal, José Loreto, ya había comenzado a preparar su personaje durante los dos meses previos, por lo que ahora también está amenazado parte del elenco, ya que los actores tienen otros compromisos que cumplir a lo largo del año.
La paralización de Ancine (Agencia Nacional de Cine) se considera grave porque es la empresa gubernamental responsable de estimular y supervisar el audiovisual brasileño. Es la agencia que gestiona el FSA (Fondo del Sector Audiovisual), del que procede la mayor parte de los recursos que financian películas, cortometrajes, largometrajes, documentales, animaciones y series.
Por otro lado, es a los productores de las películas a quienes corresponde rendir cuentas y demostrar que el dinero público ha sido utilizado para la producción de la obra. Según el fallo de la corte de justicia, la agencia no cuenta con un número suficiente de empleados para desarrollar esta tarea y asimismo tampoco los jueces están de acuerdo con la metodología empleada para el análisis contable.
Otra vía alternativa para la financiación de filmes es el reglamento de la Ley del Audiovisual que permite patrocinios como el de Petrobras, empresa semi-pública brasileña que paradójicamente ya ha anunciado recortes en las inversiones en cultura.
©José Luis García/Cinestel.com