Entrevista a Alfonso Zarauza sobre su película «Los Fenómenos»
1r estreno recomendado de la semana en España.
Lola Dueñas, Luis Tosar y Juan Carlos Vellido encabezan, junto con un elenco de conocidos y buenos actores gallegos, el reparto de «Los Fenómenos», título que puede ser considerado como la pequeña gran película del cine español de esta temporada y que se atreve, pocos lo han hecho hasta ahora, con uno de los temas más preocupantes que generaron la crisis económica en España: el esplendor y la decadencia del ladrillo que el director Alfonso Zarauza no duda en calificar como «una gran estafa piramidal». Alejado de los tópicos buenos y malos, la protagonista Neneta es un personaje entrañable en un drama con altas dosis de comedia negra que a buen seguro no dejará indiferente a ningún espectador.
Neneta es una mujer que vive con su bebé y Lobo, su pareja, dentro de una furgoneta en esa costa de Almería formada por campos cubiertos de plástico, pero cuando él supuestamente empieza un nuevo trabajo la abandona y ella no tiene otra opción más que dirigirse a su pueblo natal en Galicia. Allí busca empleo de lo que sea para poder sobrevivir y lo encuentra en una obra de la construcción, donde se integra a una cuadrilla de obreros apodados «Los Fenómenos» por la capacidad que tienen para levantar con rapidez los metros cuadrados a construir.
Entre las capas narrativas que aborda este filme tan tremendo por su originalidad que supone toda una sorpresa dentro del panorama audiovisual español, se hallan las del periodo de adaptación de una mujer a ese duro trabajo que está considerado como exclusivo de los hombres, algunos tropiezos de la generación anterior a la de Neneta, que aquí están encarnados en una madre que no supo ni quiso aprender a transmitir a su hija información sobre aquellos síntomas que ayudan a intuir o identificar que algo va mal dentro del comportamiento de la sociedad en la que vivimos, y el desarrollo de un mercado inmobiliario basado en unas tasaciones especulativas que mucha gente daba por buenas sin rechistar. Ese «sí a todo» es un grave problema cuyas secuelas todavía hoy se dejan notar con fuerza en España; un aspecto que esta película trata con muchísimo tacto y respeto al abordarlo desde una perspectiva ingeniosamente más sutil, pues lo que en esta historia cobra un papel predominante es el verdadero interés que tiene la protagonista de encontrar lo que es esa necesidad básica de estabilidad que le proporcione por un lado un hogar digno para su hijo y por otro la posibilidad de reencontrarse de nuevo con el equilibrio sentimental perdido.
El director compostelano, un profesional al que habrá que seguir de cerca a partir de ahora, responde a las preguntas de Cinestel:
– ¿Cómo surgió el proyecto para hacer esta película?
Surgió a raíz de la crisis económica y del estallido de la burbuja inmobiliaria que estamos sufriendo todavía unos cuantos y que a mí me parecía un tema tan candente, evidente y brutal, que sentí la necesidad de hablar de ello un poco escapándonos de los tópicos de buenos y malos que todos sabemos. Era muy importante para mí buscar un camino que pudiese simbólicamente contar a través de un caso concreto, un montón de cosas que suceden de gente que está sufriendo desahucios o que ha perdido su trabajo y lo está pasando mal en esta crisis. No están los tiempos como para frivolizar y creo que los cineastas tenemos una responsabilidad con respecto a lo que está sucediendo en nuestro entorno y, lógicamente, lo más importante de lo que está ocurriendo en estos momentos es la crisis económica. Este fue el punto de arranque de la película.
– Lo que más duele en los personajes de esta historia es la llegada de la decadencia del sector del ladrillo. ¿El guión está basado en hechos concretos conocidos o habéis escrito este texto a partir de los datos que todos en general conocemos?
Está basado en hechos reales porque la co-guionista Jaione Camborda y yo que escribimos el relato, estuvimos siguiendo a una cuadrilla de cuatro hermanos obreros que se llamaban Ur en sus situaciones y vicisitudes, y muchas de las cosas que suceden en la película son completamente reales, así como también hicimos una amalgama de hechos que conocíamos por otra gente. Con todo ello, creamos la epidermis de la película.
– El trabajo en la construcción es muy duro como bien mostráis en un momento de «Los Fenómenos» a través de las manos de Neneta. ¿Esto lo hacéis en la parte inicial, tal vez como introducción a otras «durezas» que también contiene la historia?
Claro. En esta película la dureza se afronta de dos maneras: por un lado la brutalidad y la dureza física del trabajo que es muy corpóreo y que se sufre mucho, como todos sabemos, y luego está la parte del padecimiento emocional a través de las consecuencias de la crisis, que es más duro que el sufrimiento físico. Y esa es la otra parte de los procesos por los que pasa el personaje de Neneta.
– El empresario de Construcciones Barreiro que aparece en la película es un tipo con pocos escrúpulos y también los trabajadores aceptan que la mayor parte de su salario se les pague en negro. ¿Esto era habitual en la época dorada del boom inmobiliario?
Sí, era lo más normal en el mundo de la construcción. Estos empresarios sin escrúpulos son un poco el germen de toda la corrupción en España que va de arriba a abajo, porque ya hemos visto el caso Bárcenas y otros en los partidos políticos establecidos. Eso llega hasta las capas más inferiores como los empresarios de poca monta que no tienen escrúpulos y que en esos casos pagaban un pequeño sueldo y luego por metro cuadrado construido, que era lo más habitual. Todo ello forma parte del origen de la burbuja inmobiliaria.
– La observación de la forma de ser de la madre conservadora de Neneta nos explica muchas cosas acerca de la situación en que se encuentra ella, e imagino que a través de ahí el espectador se puede dar cuenta de otras cosas que le han pasado a la protagonista y el porqué de las condiciones en que vive.
Claro, a mí no me interesaba explicarlo y contarlo todo, sino más bien sugerir cosas de trazos y de personajes, de conflictos que están ahí latentes pero no están explicitados concretamente. Entonces, el caso de la madre es como una punta de un iceberg a través de la cual se pueden ver un montón de cosas, porque hay mucho sumergido debajo del agua que es lo que arrastra al personaje, donde tal vez el origen de su huida hacia el sur y su vuelta no tiene que ver con el carácter y la ideología de la madre, como tu bien apuntabas.
– Tratas el problema de las hipotecas impagables a medio o largo plazo, y me parece importante que lo hayas hecho con el caso de alguien que vive en una furgoneta y no con cualquier otra persona que, como era más común, quisiera una casa mejor o eligiera una enorme y muy costosa para vivir nada más casarse. La protagonista es evidente que necesita esa casa.
Sí, por supuesto. Es alguien que está muy necesitada de ello aparte de que también le habían creado las expectativas, porque socialmente en España todo el mundo te decía que te compraras un piso y parece que si no lo hacías eso no iba a ser aceptable en este mundo. Era casi como una obligación y había gente con ciertas necesidades como puede ser el caso de Neneta, que de repente había nacido su hijo y necesitaba unas condiciones mejores para criarlo, un derecho a la vivienda que es constitucional, y en este sentido queríamos apuntar esto.
La película tiene muchas capas y una de las más importantes es ésta, el tema de la vivienda.
– Con una actriz de la talla de Lola Dueñas, que aparece en casi toda la película, es prácticamente innecesario hablar de preparación para el personaje, pero en los prolegómenos del rodaje, ¿qué fue lo que hablaste con ella?
Pues yo cuando le envié el guión, a ella le gustó mucho y fue un poco la razón por la que quiso estar en la película, porque se enamoró del personaje de Neneta y del guión, y hablamos muchísimo de que tenía que ser un personaje muy creíble, que no debía estar maquillada, tenía que ser muy verdadera. Una mujer que entra a trabajar en una obra y que se desenvuelve en un mundo de hombres como es el de las obras, tenía que ser totalmente creíble. Lola en esto fue muy generosa y en ningún momento puso reparo en salir fea en la película, algo tan simple como eso. Ella se esmeró muchísimo en ser de verdad y en ese sentido está muy conseguido. Estoy muy agradecido a la generosidad de Lola. Lo mismo a nivel de interpretación; ella se entregó completamente al personaje y creo que en la película está maravillosa.
«Los Fenómenos» alcanzó el premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Bruselas y otros tres reconocimientos en el Festival Cine Ceará en Brasil, mientras sigue su recorrido internacional con excelentes críticas y valoraciones del público.
©José Luis García/Cinestel.com