“Amanecer en mi tierra”, de Ulises de la Orden; armonía y dignidad

Estreno en Buenos Aires
La especulación en el territorio es un problema que cada vez se acrecienta más, y por ese motivo cualquier iniciativa que trate de mitigar los embates del capitalismo salvaje, adquiere una importancia especial.
San Martín de los Andes es una localidad argentina que padece una fuerte presión de los lobbies turísticos, lo cual ha hecho que el precio de las casas ubicadas en el municipio se haya puesto por las nubes, solamente asequible para gente de clase alta.
El panorama probablemente no será diferente en otras localidades cercanas como San Carlos de Bariloche, pero Ulises de la Orden aprovechó el rodaje en 2011 de su película “Tierra Adentro” para empezar a conocer el problema que ya existía en San Martín, así como los intentos de la organización Vecinos sin Techo y de la Comunidad Mapuche Curruhuinca por recuperar un lote de más de 400 hectáreas de terreno en manos del ejército.
“Amanecer en mi tierra” es un filme que documenta esas dificultades que la gente trabajadora tiene para lograr acomodo en su lugar de residencia de siempre donde, cuando los hijos consiguieran emanciparse tal vez no iban a tener acceso a una vivienda digna.
Comunidad y vecinos lograron obtener el usufructo de ese lote, y en forma de cooperativa ya han terminado de construir las primeras 54 casas, en armonía y respeto con el bosque y los cursos del agua. Ese hermanamiento es justo lo que ha permitido que el proyecto prospere y tire hacia adelante. De hecho, lo que se proponen es llegar hasta las 250 casas construidas a través del consenso y el poder de las asambleas populares.
Ulises de la Orden responde las preguntas de Cinestel:
– Conociendo el tema desde hace unos diez años, ¿constatas que la construcción de las casas demoró mucho más tiempo del deseable?

Ulises de la Orden
Yo diría que el tiempo deseable para tener una casa va ligado a la necesidad de habitarla. El Barrio Intercultural de San Martín de los Andes es un proyecto que vino a solucionar el problema de la emergencia habitacional en el pueblo. O sea que ya existía esa necesidad de viviendas. Los tiempos de construcción estuvieron y están ligados a la lucha que tienen que llevar adelante los Vecinos Sin Techo y la comunidad mapuche Curruhuinca contra la burocracia del estado y el permanente entorpecimiento a la financiación del proyecto.
– ¿Y la presión turística es un grave problema al que hacer frente en San Martín de los Andes?
La especulación inmobiliaria y los desarrollos turísticos son los principales adversarios a este proyecto de Barrio Intercultural. Por varios motivos: las tierras, que ya son una realidad; y los fondos públicos de financiamiento que en muchos casos, desarrollos inmobiliarios privados se sirven de estos fondos para ciertas inversiones. Esto está perfectamente ilustrado en la película.
– ¿Tienes noticia de situaciones parecidas en otras localidades de allá como San Carlos de Bariloche?
Sé que existe un Barrio Intercultural en Alumine. No sé en el caso de Bariloche. Lo que sí es seguro que los Vecinos sin Techo han encontrado una forma armoniosa y posible de encarar el problema del hábitat, que es más que la vivienda. Y el vínculo con el Pueblo Originario Mapuche. En ese sentido son sin dudas una vanguardia social.
– ¿Y el gobierno del PRO ha dificultado los reclamos de la comunidad mapuche?
El Pueblo mapuche tiene más de un siglo de demonización en la Argentina. Este gobierno no ha estado exento de ello. Insisto con que el caso del Barrio Intercultural es paradigmático y un ejemplo de cómo podríamos hacer las cosas.
– ¿Entonces crees que en la realidad existen lazos de interculturalidad entre los pueblos originarios y el pueblo argentino?
La interculturalidad se construye. La plurinacionalidad y la multietnicidad son realidades de nuestros países y de muchos países y regiones del mundo. Sería interesante ver un barrio intercultural entre Israel y Palestina, o entre el País Vasco y Castilla.
©José Luis García/Cinestel.com