«Amar es bendito» de Liliana Paolinelli; pros y contras para hacer y deshacer una vida en común
Entrevista a la directora.
Prometió que iba a investigar universos poco explorados en el cine argentino y lo está cumpliendo. Liliana Paolinelli aborda su tercera película siguiendo la estela de su anterior film «Lengua materna», y si en aquél nos contaba la sorpresa con la que suelen recibir los familiares la información de que su hija o hermana es lesbiana, en éste se muestran las dificultades para romper una pareja, aquí también de mujeres, y se cuestiona el significado de la rutina y la lealtad al otro, del deseo amoroso, y la libertad para el disfrute propio de la sexualidad dejándose llevar por la pasión inesperada.
«Amar es bendito» cuenta la ruptura de una pareja de mujeres a raíz de la aparición de una tercera. Mecha (Claudia Cantero) le jura a Ofelia (Mara Santucho) que dejará a su amante (Carolina Solari), pero se da cuenta de que no puede; tampoco Ofelia es capaz de dejar a Mecha quien a su vez, deja que las cosas pasen y sigan su curso cuando, paradójicamente, es la que tiene la personalidad más fuerte y decidida de las tres.
Para esta película, Paolinelli se ha fijado en que las crisis sentimentales presentan siempre un fuerte componente teatral mediante el que magnificamos nuestras fantasías, donde las palabras hieren y se buscan golpes de efecto. Aunque es un tema que daría fácilmente lugar a la exageración como recurso narrativo, la realizadora ha querido plantearlo desde una óptica realista para abordar unos hechos extremos, lo que ella llama un naturalismo de las pasiones en el que se mezclan los celos, el rechazo, la pérdida del amor y las ansias de revancha. La directora nos explica más detalles acerca de sus propósitos en diálogo con Cinestel.
– «Amar es bendito» plantea también esas dudas que solemos tener en referencia a la duración de algo tan maravilloso como el amor, pero que se ha convertido en rutinario, e igualmente acerca de la diversidad de nuestros gustos. ¿Fue así como te lo planteaste desde un principio?
En realidad me lo planteé como una forma más pasional porque en el momento de escribir el guión, yo estaba atravesando por una época de mucho enojo y mucha rabia, y a partir de un hecho de la realidad, yo misma empecé a entretejer hipótesis de cómo podría seguir siendo esa historia. Eso dio lugar a todo el argumento de la película y a todo el guión que prácticamente escribí de corrido, lo escribí muy rápido.
No me lo planteé para hablar de las relaciones en general sino por un hecho puntual que tiene que ver con el desamor, el abandono, la infidelidad, los celos,… es decir, todo lo que se pone en juego cuando una pareja está por romperse.
– Están Cantero y Santucho que también trabajaron en el reparto de «Lengua Materna». ¿Crees que el espectador antes de ver la película puede pensar que esta historia es una continuación de la anterior?
Claro, y justo terminan emparejadas en «Lengua Materna» y aquí aparecen también como pareja que se está disolviendo. En un momento, sí que yo me hice esa misma pregunta, pero en realidad el casting de «Amar es bendito» lo determiné antes de filmar «Lengua Materna». Después, por una serie de coyunturas, en «Lengua Materna» hubo cambios en el elenco y entonces quedaron ellas dos como pareja y bueno, no me disgusta mucho que se lea como una continuación, a pesar de que las dos películas transitan un código y un tono bastante diferentes.
No me molesta pero está muy explícito que son dos personajes distintos e incluso se llaman de manera diferente, así que no se podría leer como una continuación literal, pero un poco más simbólicamente, tal vez sí.
– Recuerdo que en la anterior había poca presencia del hombre, que se reducía al final de la película en una cafetería, y veo que en «Amar es bendito» aparece como co-protagonista el actor Carlos Possentini en un papel que se va volviendo cada vez más dramático. ¿Quisiste poner dos partes diferenciadas en la película?
No. Lo que sucede con el hombre es que introduce un elemento de sorpresa, algo inesperado que irrumpe dentro de la vida de las mujeres, pero lo hace naturalmente después de la sorpresa de cuando una de ellas se entera de que su pareja la está «engañando» entre comillas con un hombre, pero luego eso se naturaliza casi de inmediato.
Ese aparente giro se ve como una continuidad del rumbo que están tomando los acontecimientos. A priori no me lo planteé como para romper la estructura de la película. Precisamente el film termina con varios hombres en escena, que es con la banda de cuarteto que canta al final la canción con la cual acaba la película.
– Las actrices son más conocidas por su trabajo en el teatro. ¿Tuvieron que hacer algún tipo de adaptación hacia la forma de trabajar en cine?
Yo tengo una teoría que en el trabajo tampoco tuve necesidad de explicitárselo a ellas, pero a mí también me gusta que el teatro sea naturalista, si bien los actores tienen que hacer un pequeño énfasis para que su voz y emociones puedan llegar a la platea pero, en general, el teatro tiene que tener algo de cinematográfico para que a mí me guste.
Me parece que las actrices lo entendieron porque siendo actrices de teatro, yo no notaba esa diferencia de origen. Claudia es una actriz de teatro excelente y yo creo que no hay diferencia entre una buena actuación de teatro y para el cine, que es un equívoco que me parece que está entre los actores y algunos directores; ese tema de bajar la intensidad con el que a veces se pierde mucho en cine, las películas salen como lavadas porque hay una actuación que no es quizá la que está acompañando una intención en el texto, pero creo que a lo mejor es una teatralidad mal entendida.
No me lo planteo como algo que deba diferenciarse demasiado. La buena actuación siempre va a ser una buena actuación para mí tanto en el teatro como en el cine. También tengo que decir a mi favor, que el guión de cine de esta película tenía zonas bastante teatrales, ahí sí que me animo a decirte que el texto gozaba de cierta teatralidad y que hay palabras que están construidas bastante literariamente. A mí, en lo personal, los diálogos que son demasiado cotidianos, que no dicen nada, tiendo a eliminarlos, me trato de quedar con lo más importante y en esta película el trabajo consistió en respetar algunas palabras que eran muy importantes para el sentido de la obra, de la película.
Por ejemplo, yo a veces no me daba cuenta y le pedía a una actriz que sustituya alguna palabra para que no le resulte tan difícil decirla y las mismas actrices me decían que preferían decirla así porque creían que sino se modificaba el sentido de la obra y se lo plateaban como un desafío. Nos lo permitíamos todas y el resultado quedó muy bien para mi gusto y sobre todo es muy leal al deseo y a la pulsión con la cual escribí la película.
– En un momento de «Amar es bendito» Ana Laura le dice a Ofelia que lo que empieza bien siempre termina mal, mientras que lo que empieza mal, nunca se termina. ¿Es porque está deprimida o por otra causa?
Sí, es una frase que sale hacia la parte final de la película que es como una especie de consuelo porque Ofelia está muy deprimida ya que se acaba de separar definitivamente de Mecha y aparentemente quedarían juntas, Ofelia con la amante de la otra, pero uno puede ver el revés de esa frase y en realidad es más pesimista que otra cosa.
– Y hay espectadores que lo pueden ver como algo en contra de la rutina.
Sí, también. Pero igual el personaje de Ana Laura es un personaje medio volátil, que no se hace cargo mucho de lo que dice ni de lo que hace y eso se va viendo en la película, que en un momento le cuesta caro porque ella toma un riesgo muy grande de perder la vida o de perderse ella, pero ella es así, hace un poco cosas inconscientemente y esta frase desentona del todo con lo que ella es como personaje.
– El personaje de Ana Laura me parece muy seguro en principio porque está en su ámbito de trabajo pero después no lo es tanto en su vida personal.
Claro, ella es maestra jardinera. Se la ve ahí manejando un grupo de chicos que no es una tarea sencilla y es bastante frágil también.
– Tu primera película, «Por sus propios ojos», pasó por festivales más generalistas y de cine latinoamericano con algunos premios. ¿Con la segunda te diste cuenta de si se mira la obra de una manera diferente en esos festivales cuando se habla tan explícitamente de la libertad sexual y la diversidad?
Desconozco cómo operan los programadores de festivales pero pienso que la comedia es más difícil en términos generales porque siempre aparece algo de modismos del lenguaje y de un humor que suele ser como más local. Si la segunda no fue a esos mismos festivales, no creo que haya sido por el tema sino más bien lo contrario, porque en todos cada vez va teniendo más receptividad e incluso hay secciones muy concretas, como el Teddy de Berlín, que cada vez se abren más a estas temáticas, e incluso hay festivales específicamente sobre ello. Yo más bien creo que obedeció a otras preferencias y esquemas de esos festivales donde uno acostumbra a ver más drama, si bien yo creo que detrás de cada comedia hay un drama de fondo que la hace subsistir. Con «Lengua materna» fuimos al festival de Ceará en Fortaleza (Brasil), donde Claudia ganó un premio, pero después transitó por muestras de temática LGTB.
©José Luis García/Cinestel.com
“Amar es bendito”
Ficción – 81’
Año: 2013 Productora: Mandrágora Producciones SRL Guión y dirección: Liliana Paolinelli
Producción: Paula Grandio y Liliana Paolinelli
Jefa de producción: Leticia Tapia
Director de fotografía: Martín Mohadeb
Directora de arte: María Battaglia
Dirección de sonido: Leandro de Loredo
Música: Juan Bouscayrol
Montaje: Lorena Moriconi
Cámara: Alejandro Ortigueira
Vestuario: Roberta Pesci
Maquillaje: Dolores Giménez y Gabriela López
Asistente de dirección: Lorena Lisotti
Actores: Claudia Cantero, Mara Santucho, Carolina Solari, Carlos Possentini y la participación especial del Negro Videla y su Banda.