«Después de mayo» de Olivier Assayas; juventud rebelde

Mezcla de lo íntimo y lo simbólico, el nuevo film de Assayas es un retrato sobre cómo vivía la juventud francesa de la década de los ’70 las secuelas de mayo del 68. El cineasta francés vivió aquellas experiencias y decía que «la idea de que tienes voz en una sociedad, que puedes incluso repensar su misma naturaleza, se ha convertido hoy en algo muy vago y convencional. Las demandas están fragmentadas, divididas, nos mueve la injusticia sin un análisis global. En los ’70 estábamos en contra de la misma idea de un gobierno. Nadie quería ser incluido, el plan de acción era estar entre los excluidos».
La escena autobiográfica de la fiesta en «Cold Water» (1994) que con apenas dos páginas en el guión, ocupaba un tercio de la segunda película de este realizador, sirvió de inspiración para «Después de mayo», una historia que gravita en torno a Gilles, un estudiante que tiene relación con dos compañeras de instituto y que está completamente arrastrado por la efervescencia política y creativa de su tiempo, con los beneficios de más libertad en las relaciones sexuales y la disposición al arte, mientras van trazando un viaje que los llevará de Italia a Londres.
Todo el grupo son activistas de distintas ramas de la política y participan en manifestaciones que son duramente reprimidas por la policía. Assayas prefirió la narración lineal del film, mostrando la complejidad del momento y a unos jóvenes a quienes ya solo les preocupa el presente y que en su inocencia abrazan posiciones idealistas que les confirmen que forman parte del mundo, pero de una manera diferenciada, enfrentándose a todo sin pensar en las consecuencias.
En esa circunstancia, la generación del 68 ya se encontraba a pleno incorporada en la vida profesional laboral porque en la mayoría de los casos, su educación intelectual era anterior a los hechos. La generación post había nacido y crecido en el caos y no tenían más símbolos que la negación del mundo y la maginalización. Esas premisas los abocaban casi irremediablemente hacia una autodestrucción que en el film está claramente reflejada en la introducción y consumo de todo tipo de drogas.
En un momento de «Después de mayo» podremos ver dos de las escenas más significativas de la película: una es el incendio de una casa con alguien dentro y la inmediatamente posterior en la que un padre le está dictando unas notas a su hijo. La del incendio es una clara metáfora de esa destrucción y en la siguiente prestaríamos atención al contenido del texto que está leyendo el padre. El incendio simboliza el caos y la destrucción de esa generación y la lectura del padre todo aquello importante a lo que no se le presta atención.
Y es que esta película es buena por lo que se ve, pero también por lo que no se ve. Prestamos atención a lo que están haciendo, correcto, pero también deberíamos fijarnos con inquietud en lo que NO están haciendo, en lo que dejan de hacer porque se están dedicando a lo que se están dedicando. (jlg/rbc) (fotos Toma Baqueni)