Arturo Ripstein en San Sebastián: «los planos no cortan cabezas, ahí están»
Ripstein habló en San Sebastián acerca de «Las razones del corazón» en la presentación del filme a nivel mundial. Preguntado por su particular manera de ajustar los planos dijo que éstos son muy precisos «están muy pensados los encuadres».
El último plano de la película es idéntico al primero y varias escenas se repiten a lo largo del metraje porque las historias de obsesión como ésta tienden a que las cosas sean las mismas pero cada vez con más fuego.
En su adaptación del clásico Madame Bovary, al guión le han sido añadidos apuntes y pinceladas de esta época que nos ha tocado vivir, como Internet, por ejemplo.
Paz Alicia Garciadiego, autora del guión, explicó que la protagonista, más que tener una locura enfermiza con respecto al pretendiente cubano lo que busca es algo con lo que apartarse de su ámbito cotidiano. «Ella se habría enamorado del cubano o de cualquier posibilidad que le abriera las puertas del departamento para apartarse de su vida cotidiana».
Paz no releyó el libro original sino que, a petición de su esposo, incluyó solamente aquellos aspectos que recordaba de la novela cuando la leyó a los 16 años de edad. Así, los últimos ocho días en la vida de Madame Bovary se transformaron en dos para la película.
A Garciadiego le encanta este personaje pero le parece detestable. «Me parece una boba, -dijo en Donostia- y cuesta mucho trabajo identificarse con ella. De todas las grandes novelas de adulterio, a Madame Bovary dan ganas de cachetearle y decir ¡yo de ésta jamás sería su amiga! y pensé que tenía que tratar de hacer una Madame Bovary en donde la haga no solo actual sino entrañable, le quite las fantasías bobaliconas que tenía y la enfrente a la ansiedad de una mujer común y corriente de todos los días sin romanticismos, nada más que con carencias y frustraciones. Entonces esta es una historia sobre la frustración y la insatisfacción por nada en concreto».
«Las razones del corazón» fue rodada en blanco y negro porque para Ripstein «la realidad no tiene estructura, entonces en la ficción uno usa fragmentos de la realidad, los acomoda y los da sentido, le da estructura y una geometría. Si esa geometría, encima se ve determinada por el blanco y negro, la realidad de la ficción se ve mucho más fragorosa y precisa.
En blanco y negro yo he querido hacer absolutamente todas mis películas. Mis productores normalmente no me dejan. En esta ocasión sí, por muchas razones, pero es indudable que si le pregunta a muchos cineastas de mi generación cuáles son sus diez películas favoritas, lo más probable es que ocho de esas diez sean en blanco y negro. El blanco y negro es con lo que yo aprendí a amar el cine y a que me pareciera hermosísimo.
Un tiempo después en algún momento leí que Picasso dijo, y si él lo dijo es incuestionable, cuando hablaba de su obra en blanco y negro (Guernica y sus grabados,…) que el color debilita, y si lo dijo Picasso, el color debilita».
Paz Alicia jugó a ampliar la baza de los diálogos dentro del film como clara contrapartida al confinamiento del personaje principal dentro de un departamento, dándole una musicalidad inusitada a la parte verbal. «Mientras más encerrados estemos, los diálogos pueden crecer y multiplicarse como si les pusiéramos fertilizante -razonó-, entonces me dí el lujo de explayarme con ellos, por un lado, y por otro, yo siempre he pensado que en cine esos diálogos tienen que simular ser reales pero no serlo y, así como la cámara le da estructura a la vida cotidiana y siempre una foto fija embellece el ambiente, los diálogos tienen que embellecer el habla aparentemente cotidiana y trato de trabajar con la musicalidad y la repetición, sobre todo lo hice mucho en «Así es la vida» y a partir de ahí me gustó y me dije que a partir de ahora voy a permitir que crezca y florezca el diálogo».
El cineasta se declaró ‘hijo del melodrama’: «Crecí viendo cine mexicano y siendo parte de este género. Me gustó mucho hasta que en un momento de mi vida descubrí a Buñuel, en donde vi que había opciones alternativas. El género me siguió gustando porque es muy dúctil, muy plástico, y es un género que ha dado buenos momentos si pensamos en Dickens y en los y las escritoras del siglo XIX hay tantísimos que han hecho melodrama con mucho éxito.
El melodrama mexicano que a mí me nutrió era exaltante de ciertos valores que eran la familia, la religión, el Estado que había que ensalzar. Yo cuando empecé a hacer el melodrama era exactamente basado en sus reglas y esta plasticidad que le permite a uno ir a la comedia o a la tragedia sin saltarse sus precisiones.
Me gustó mucho hacerlo pero dándole la vuelta. Es como sacarse un guante y verlo por el otro lado. Es el lado oscuro, el lado húmedo e intangible de cierta realidad y estructura narrativa. El melodrama da para muchísimo y es un género dulce y al que yo le agradezco su existencia.
El problema es el nombre ya que tiende a confundirse con culebrones, con telenovelas que podrían formar parte del género sin ningún problema, por supuesto, pero que siguen la vieja tradición del ensalzamiento y los finales en donde las cosas se resuelven gracias al llanto de alguna madre».
El realizador mexicano se refirió en la rueda de prensa del Festival a la baja prevalencia de los marcajes musicales dentro de su obra asegurando ser un analfabeto musical: «Cuando yo era jovencito había dos opciones en la vida que eran comprar discos o comprar libros porque no daba para más. Entonces yo era de los que decidió irse a comprar libros y en mi casa no se oía mucha música. Por eso soy completamente analfabeto musical.
Ya me han enseñado y lo disfruto mucho pero nunca he entendido el acompañamiento de imágenes con la música. Siempre he querido que haya muy poca música porque suele ocurrir que se vuelve un elemento de bastardía. La música te lleva de las narices a cómo te tienes que sentir, si hay sustos o no hay sustos. Desgraciadamente en la vida no hay música de fondo porque uno sabría cuando lo van a asaltar o cuando lo encuentran a uno en el motel.
Por eso, en la vida real sería infinitamente más útil que en las películas. En las películas yo confío en el guión y en la foto y los actores y les creo. Invariablemente, eso sí lo he hecho toda mi vida, no ha habido película en la que no haya creído profundamente, en la que no me haya yo metido suponiendo que no fuera a ser una buena película
Respecto a los premios logrados en su ya extensa carrera cinematográfica, Ripstein contó un secreto: la gran mayoría de los galardones están en la Universidad, en la Filmoteca de la UNAM en México, excepto las tres Conchas de San Sebastián logradas hasta la fecha, dos de oro y una de plata que se hallan en su propio estudio. «Ocasionalmente, con golpes de onanismo, las abro y las toco».
En cuanto a la producción, además del inamovible Roberto Fiesco (Arturo rodó «La mujer del puerto» en casa de su padre), se incorporó un poco tarde, si tenemos en cuenta el largo periodo de tramitación del proyecto, el español José María Morales de Wanda Visión quien aprovechó la presentación en Donostia para agradecer los apoyos de Ibermedia y de Televisión Española.
En España tiene ya fecha de estreno, el 7 de octubre y en México se exhibirá por primera vez en el Festival de Morelia, luego en la Muestra Internacional de cine y se espera que a principios de 2012 se estrene en salas.