«Asteroide» con Sophie Alexander; Marcelo Tobar habla sobre el filme
Estrenada en México el 9 de octubre 2015.
Los fantasmas del pasado en una familia atormentada vuelven a aparecer tras el reciente regreso a la casa familiar de Cristina (Sophie Alexander-Katz), una mujer de 33 años que se ha pasado algunos años en el extranjero y que decide volver ante la existencia de una crisis personal. Sus padres, ya fallecidos, le han dejado su casa en Cuernavaca (México) al primogénito Mauricio de 41 años, que vive allí con su novia que es 20 años más joven que él. Arturo Barba, Sofía Espinosa y Ari Brickman completan el plantel principal de actores que componen con eficacia y sensibilidad este drama escrito con honestidad y que por suerte huye de las grandes desventajas e inconvenientes que suele presentar el melodrama dentro del mundo del cine.
Tras su imprevista llegada, Cristina comienza a sentirse fuera de lugar en su propia casa y quiere hacer un esfuerzo por recuperar ese espacio perdido en su antiguo hogar, así como el afecto de su hermano que sigue inmerso en viejos desacuerdos y resentimientos. El resultado es una guerra psicológica y emocional en la que no existe un límite claro entre pasado y presente. El director mexicano Marcelo Tobar responde a las preguntas de Cinestel acerca de esta interesante y muy bien formulada trama sobre luchas silenciosas e intestinas en el seno de una familia:
– ¿El excelente guión que da soporte a «Asteroide» y del que eres autor, tiene que ver con tu vida o arranca de tu observación sobre la conducta de otros?
Es una sublimación de algo que sucedió realmente, no es exactamente lo que pasó en mi vida pero tiene que ver con ello, y la catarsis que tuve produjo «Asteroide».
– Mirando la película, uno tiene la sensación que que es como si Cristina quisiera recuperar el ambiente familiar de tiempos pasados de la infancia y adolescencia.
Pues sí, tiene que ver mucho con la identidad. Estos hermanos fueron separados en un momento en el que ella por lo menos todavía estaba buscando su identidad y se tuvo que quedar un poco atorada. Entonces, esta necesidad de volver y de restablecer las cosas como a un tiempo pasado ciertamente es un error, pero creo que muchas personas compartimos esa necesidad o esa obsesión de que tal vez pensamos que el pasado fue mejor que el presente, y no necesariamente es así.
– El argumento queda expresado con verismo en lo que es la contención inicial que observamos en los personajes y el desarrollo distinto posterior, donde van creciendo los celos que Cristina siente hacia la novia de su hermano. ¿Cómo lo preparaste con los actores para un resultado tan contenido y creíble?
Mi método es que no me gusta ensayar y tampoco hacer casting. El personaje de ella lo escribí para Sophie Alexander y tuve la fortuna de que aceptara el papel. Lo que hago es que hablo mucho con ellos, saliendo a comer, conversar y vivir en conjunto unos cuantos instantes de nuestras vidas, y ese es el proceso de casting. Una vez que decido quiénes serán y que ellos aceptan también, lo que hago es que hablamos del pasado de los personajes, no necesariamente del guión, de lo que va a suceder en el set, sino de lo que les ocurrió antes de lo que cuenta la película.
En base a eso, creamos un personaje real, utilizando las ideas también del actor para que sea todo más natural. Yo les doy discos con la música que escucharían sus personajes en este momento y sobre eso creamos una textura emocional sobre la cual trabajamos ya en el set. En cuanto al texto, no hay mucha improvisación sino que es tal cual, pero yo cambio mucho la dirección entre cada toma para que se sienta siempre nuevo, continuamente fresco, y el resultado es éste.
– Mauricio acude a unas reuniones de Alcohólicos Anónimos para mitigar ese notable problema que tiene. ¿Qué tan importante es para ti el mundo invisible que rodea a tus personajes?
Pues concretamente lo que esas citas suponen es el reflejo de su vida actual. De hecho, yo llegué a intentar comenzar la película con Cristina en el evento que sucede en Madrid, porque ella viene de allá donde ha vivido 7 años, y hay una ruptura con su pareja que compartían hogar con el hijo de él, y en algún momento yo tenía la intención de filmar eso. Luego decidí decantarme por el presente nada más y por la realidad y la atmósfera que vive Mauricio, metiéndola a ella justo como el asteroide que dice en el título.
– Yo había visto a Sofía Espinosa en «Los bañistas», otra película distinta a esta que además estaba producida y co-escrita por ella, y del visionado de ambas películas me doy cuenta al compararlas de la importancia fundamental que tiene el guión a la hora de que los actores aborden sus personajes con eficacia. ¿Crees que esto es válido, sea cual sea la película?
Sí, aunque su película es otro tipo de cine, siempre los actores aprecian mucho cualquier modelo de actuación que esté muy dialogado, muy desarrollado en los personajes y con mucha dramaturgia, porque los remite un poco al teatro que creo que es lo que mejor conocen. «Asteroide» tiene muchos elementos de dramaturgia, pero si te soy sincero, como cineasta cada vez me estoy alejando de ese estilo y me estoy yendo a otras cosas. Nunca voy a dejar de adorar a los actores, pero los quiero llevar a territorios más desconocidos para ellos. (risas)
– También he observado cierto contraste entre el sonido ambiente de interiores con el de exteriores y el uso de la cámara fija que algunas veces sitúa a los personajes fuera de campo, pero que simbólicamente coloca al espectador como dentro de la película, aunque sin la obvia posibilidad de interactuar con ella. ¿Lo hiciste con esa intención?
Pues creo que sí. Fíjate que hablando con el público en el Festival de Río de Janeiro, varias veces me preguntaron sobre este estilo de no encuadrar a los personajes necesariamente de cuerpo completo, cortar las cabezas, dejarlos fuera de cuadro, etcétera. En Estados Unidos me lo cuestionaban mucho porque les parecía como fuera de este mundo que uno le corte la cabeza al actor, y en Río de Janeiro alguien me lo preguntaba también con otro tono, y yo siento que cuando el público y los críticos, que también son espectadores aunque se crean distintos, te hacen una pregunta, a veces se están preguntando a ellos mismos, y yo le devolví la pregunta diciéndole ¿tú por qué crees que en esa escena donde Cristina le lleva la canasta a la señora Magdalena, está tan fuera de cuadro y les corto la cabeza a las dos? Y ella me decía justo lo que tú comentabas, como que le parecía estar asomándose por una ventana y eso es lo que lograba ver.
– Exactamente, es como una manera de implicarse silenciosamente e incluso prestarle mucha más atención a la película. Curioso, ¿verdad?
Tal vez. Y otra persona me dijo que lo que sentía con este estilo era que yo ponía al espectador en un nivel bajo, como aterrizado en la superficie y que jamás saltamos a los close-ups innecesarios o en una narrativa falsa, sino que sentía que yo los obligaba a quedarse con los pies en la tierra, con una cierta lejanía a veces y otras acercándose lo necesario o lo que el espectador querría acercarse al personaje en una escena como esa.
Entonces, si te das cuenta, yo creo que cuando uno dirige lo mejor que puede hacer es guiarse por la intuición y no necesariamente por el cerebro, no ser tan rígido cuando se explica por qué uno pone la cámara de cierta manera. Uno a veces tiene la intuición de que la cámara debe ir ahí y que no debe de reencuadrar con estos personajes, y entonces la gente siente cosas y te las explica de mejor manera a como uno lo podría hacer.
– Tú eres y vives en el D.F., pero la película se ha rodado en Morelos. ¿Por qué os decidisteis por rodar en ese estado mexicano?
Cuando escribí la historia, yo de manera abierta quería que transcurriera en un pueblo de México, no necesariamente en Cuernavaca ni en Morelos, y la verdad es que cuando encontré a mi coproductor, Miguel Ángel Mendoza, que es de Morelos y a mi fotógrafo que es de Morelos, me ofrecieron muchas facilidades para hacer la película allá y yo adapté la atmósfera del film porque creo que Cuernavaca, quien la conozca, es una localidad que es famosa por ser la de la eterna primavera y una ciudad turística a una hora de la ciudad de México, llena de albercas (piscinas, piletas) y de camastros (hamacas).
Morelos es un estado de México que está totalmente destrozado por el narco y cuando supimos que íbamos a rodar allí, yo quise que reflejáramos este Cuernavaca triste, nostálgico y decadente; un Cuernavaca que añora igual que Cristina, un pasado idealizado, mejor y de fantasía. Esa analogía con México y con el estado de las cosas en esta familia, me pareció un matrimonio perfecto.
– Y al mismo tiempo que hay analogía con México, también lo hay con ciertos sentimientos que pueda tener el espectador, personales o indirectos de conocidos, asociándolo a diversas cosas que ha vivido. ¿Pensaste también en esa otra vertiente?
Efectivamente, sí. La lectura más clara es que no podía hacer una película brillante y llena de color, aunque lo hay, cuando estamos hablando de una crítica feroz a las relaciones familiares y a los lazos consanguíneos, pero sin embargo, Cuernavaca se presta mucho a las buganvilias y a las albercas, es muy verde. Entonces, la manera en que lo retratamos con Alejandro Mejía, el fotógrafo, fue de incluir todos estos colores, pero de una manera muy velada y como muy descolorida al mismo tiempo. Eso tuvo que ver con los filtros que utilizó que eran ucranianos y entonces casi podemos decir que es un ojo ucraniano viendo a Cuernavaca. (risas)
– ¿Continuarás trabajando en largometraje de ficción?
Sí, claro. Ahora mismo tengo dos proyectos y estamos viendo cuál de ellos consigue fondos porque esta película se hizo sin apoyos gubernamentales y necesito esos apoyos, o del extranjero, para seguir filmando porque yo ya no puedo pagar mis películas. Me quedo en la bancarrota.
Actualmente estoy centrado en desarrollar mi siguiente proyecto que se llama «Hombre por hombre» y que también contiene una parte en Morelos, otra en el Distrito Federal, y el protagonista es un francés.
Consulta la página en Facebook de la película, aquí.
©José Luis García/Cinestel.com