BAFICI 2012: «La memoria del muerto», un film de terror a la argentina

En la presentación de “La Memoria del Muerto” del director argentino Valentín Javier Diment en la última función del día en el teatro 25 de Mayo, un problema técnico impidió que la película comenzara a la hora programada, las 21 horas. Sólo se alcanzaron a ver los primeros planos de una pareja caminando y después vino el corte que finalmente le jugó a favor al film porque la sensación que se generó en la sala atiborrada de público fue como si estuviésemos en un partido de fútbol. La ovación a Diment que pedía paciencia al público, fue espontánea.
La historia que nos cuenta el director es acerca de Alicia, una viuda reciente, que invita a su casa a los mejores amigos de su esposo, a los que leerá la carta dejada por su marido donde le agradece a cada uno de ellos su amistad y cariño. Así parte la cita del meollo de la historia, una trampa de un ritual oscuro donde uno a uno los protagonistas irán muriendo en manos de los fantasmas que ha traído la magia negra y por la propia viuda, fielmente acompañada por uno de los invitados que armó técnicamente el ritual con la finalidad de traer de nuevo a la vida al actor Gabriel Goity, quien encarna al fallecido esposo.
¿Cuál es lo meritorio del film? Su continuo humor negro con diálogos desopilantes en medio de la tragedia, que genera esa risa nerviosa en la sala y el salto después, cuando de nuevo el miedo nos sorprende. El film realiza guiños al maestro del terror Alfred Hitchcock con planos contrapicados y la sangre corre a borbotones al mejor estilo de “Brain Dead”(1992) de Peter Jackson. Así la película se enmarca en lo que es la comedia de terror. Risas y miedo a raudales.
El ADN de la cultura porteña está vitalmente plasmado en la cinta, mientras hablan los personajes sobre la muerte que los acosa, al mismo tiempo van intercambiando el resquemor propio de una relación conflictiva, todo, mientras “toman mate”. Y quizás el retrato más argentino de la cinta haya sido cuando la viuda y su fiel ayudante, al consumar casi la totalidad de las muertes, ella le pregunta si ya están todos los ingredientes para el ritual, y él contesta que no, no va a poder ser. La viuda, simplemente le contesta: y ¿cómo? ¿Todo esto lo hicimos al pedo (por nada)?. Definitivamente desopilante de un film que no es muy original, pero que trata de ser lo más honesto posible y lo consigue.
©Cristian Sáez/El Ariqueño/Cinestel.com