«Blue Ruin» de Jeremy Saulnier; clásica venganza al estilo americano

Jeremy Saulnier es un experimentado director indie de fotografía estadounidense que trabajó con el director Matthew Porterfield en cintas como «I used to be darker», sobre la que dimos cuenta en su momento en Cinestel, y que ahora nos sorprende con un thriller bien fabricado y de una calidad impecable con un protagonista que se va transformando por su propia inercia. Al principio vemos a un improbable y posiblemente desagradable héroe, con su pelo enmarañado y barba de meses, que vive en algún lugar costero de Delaware.
Dwight es un treintañero sin techo que hace vida dentro de su coche, un destartalado Pontiac Bonneville azul. Deambula por la ciudad, come alimentos que se encuentra en la basura, se ducha en casas de extraños y sobrevive recogiendo botellas en la playa, hasta que un día su rutina se trastorna al enterarse de una terrible noticia. La información que recibe pone a prueba la vulnerabilidad de su carácter y explora las raíces de la resignación permanente en la que vive hasta el punto de que cree posible acometer una venganza al estilo americano, entiéndase a tiros que es como algunos prefieren dirimir sus diferencias en ese gran país, al margen de conceptos personales que implicarían una visión más ponderada, racional y equilibrada.
Saulnier ofrece en «Blue Ruin» (Ruina deprimente) una descripción de la transformación tanto física como emocional que se produce en su personaje principal desde el momento en el que se entera de que va a tener la posibilidad de hacer escarmentar por la fuerza a alguien que infringió un daño atroz e irreparable a sus familiares más directos. Dwight es una persona sumamente torpe, un tipo inestable y nervioso cuya mente está atrapada en una circunstancia espantosa, pues aunque sabe que parte como hundido en esa depresión que arrastra desde la infancia, necesita desahogarse a toda costa y lo va a hacer de la manera más contraindicada posible, pues si los parámetros más habituales no le han servido, la llamada Ley del Talión en ningún caso es un buen recurso como se apreciará al final del filme.
Macon Blair es el actor protagonista de esta película de bajo presupuesto pero potente en el terreno visual, que encarna a un perdedor que ya no tiene nada más que perder en una historia que comienza exaltando el silencio, en unos veinte minutos no se escucha ni una palabra, pero en la que poco a poco iremos comprendiendo por qué se hizo vagabundo. Al tratar sobre una venganza, la violencia en el filme es directa y no gratuita como en ocasiones sucede en algunas otras obras estadounidenses. Dwight es un criminal de carácter incompetente y cobarde, lo que ha facilitado que este thriller sangriento y dramático se haya mezclado con elementos de comedia negra para terminar siendo más sutilmente reflexivo.
©José Luis García/Cinestel.com