«Caño dorado» de Eduardo Pinto. Una película extraña sobre el mundo marginal

Eduardo Pinto acaba de estrenar en Buenos Aires su filme, una historia sobre personajes marginales muy encerrados en sí mismos, incapaces de expresar lo que sienten y en la que cuesta distinguir hasta dónde llegan el bien y el mal.
La Federación Iberoamericana de Escuelas de Imagen le concedió un premio en el transcurso del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata de 2011.
«Caño dorado» es la historia de Panceta, un joven obrero de los suburbios del gran Buenos Aires. Vive con su madre viuda del esposo al que extrañan en demasía. La vida de Panceta se centra en el trabajo, a cargo de una herrería heredada de su padre y un empleo en una fábrica de caños. Pero su ambición desmedida por el dinero le lleva a fabricar armas y venderlas en los barrios marginales. Novato e inconsciente del peligro se enfrenta a las fauces del hampa.
En una noche de venta de armas Panceta conoce a Clara, una jovencita que trabaja en una sociedad de fomento. Se enamoran y deciden iniciar un viaje liberador por el río. Un hombre enamorado se transforma en una presa fácil para sus enemigos, sobre todo para el Tacom, un poderoso malhechor dueño del barrio.
Aquello que se inició como un juego comenzará a oscurecerse hasta las consecuencias más trágicas y tormentosas.
Eduardo Pinto transitó todo el Gran Buenos Aires en busca de historias que pudieran reflejar la realidad de las personas marginales vista desde una perspectiva distinta a como lo suelen hacer los noticieros de la televisión. El realizador pensó que convenía transformar esa idea que se hace el espectador después de visualizar las noticias y mostrar más de cerca las interioridades de esas personas, el lado humano por encima del que suelen construir los medios en aras de una mayor captación de audiencias.
Toda la estructura de «Caño dorado» está destinada a mostrar cómo puede llegar a ser posible que unas personas, casi sin llegar a quererlo ni sin saber cómo, hayan llegado a una situación de marginalidad. La presión social y la falta de posibilidades económicas juegan un papel determinante pero hay otras condiciones sobre las que la película invita a la reflexión.
Caño es el nombre que en la Argentina se le da a armas de fuego de fabricación casera, unos tubos de hierro accionados por un percutor y que habitualmente son las primeras que compran algunos delincuentes de villas y barrios miseria.
Los gustos de Pinto por el rock quedan de sobra demostrados en esta película. El realizador es asimismo autor de videoclips para artistas musicales como Catupecu Machu, Los Nocheros, León Gieco, Leo García o Diego Torres.