La cantante Miss Bolivia destaca en la película “Ese fin de semana”
Estreno en Buenos Aires
Muy atrás quedó en el tiempo la posibilidad de promocionar un disco a través de una película, tal y como se hacía durante los años 70 y 80 del siglo pasado, momento en el cual las posibilidades de conectar con el público eran más reducidas.
Pero en este nuevo milenio, la idea de que cualquier artista musical se transforme en un personaje para el cine es muy tentadora, tanto para sus seguidores como para quienes sienten curiosidad por observar a algún ídolo musical desde otra perspectiva distinta a la habitual.
La guionista argentina Mara Pescio debuta en la dirección de cine con un drama protagonizado por Paz Ferreyra, -más conocida en el mundillo de la música como Miss Bolivia-, en el cual encarna a una mujer que se ve obligada irremediablemente a regresar a su pasado para intentar saldar algunos problemas económicos.
“Ese fin de semana” es una película en la cual una madre dispone de dos días para intentar recomponer una relación con su propia hija que anduvo estropeada durante el pasado, al tiempo que esta progenitora se siente presionada al estar aspirando a recuperar el dinero de una antigua estafa que ella misma protagonizó. Los deseos del padre de su hija de que la chica se traslade a vivir con él al Paraguay, agravan todavía más la situación.
Mara Pescio tenía muchas ganas de contar esta historia, a la cual iba dándole vueltas desde hace diez años. Muchas veces los guionistas tienen unos cuantos guiones guardados en el cajón y saben que algunos de ellos nunca se van a hacer, aunque en principio son narraciones pensadas para otros; por eso que una escritora de guion confíe tanto en un relato como para llevarlo al cine por ella misma, afrontando los retos que sin duda plantea la dirección de actores, es toda una proeza.
La película aplicó a muchos fondos durante todo ese largo tiempo de su gestación en el que la realizadora no sabía muy bien si el proyecto se iba a poder llevar a buen puerto.
Su primera proyección tuvo lugar en la sección nuevos directores del Festival de San Sebastián, donde en ediciones anteriores de ese certamen ya se había podido coordinar una coproducción con Brasil, un punto crucial para el desarrollo de este proyecto fílmico. Allí “Ese fin de semana” suscitó también los primeros «feedbacks» recibidos de un público que Mara calificaba como muy vitalista.
La directora responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Miss Bolivia tuvo que hacer un esfuerzo para adaptarse a este personaje o más bien el guion ya le venía pensado a medida?
No, no le venía a medida en cuanto a que ella es muy distinta a como es el personaje, y ése fue un desafío que le interesó mucho cuando leyó el guion y vio que era un personaje muy contenido, de muy pocas palabras, muy reservado,… le gustó, le atrajo la posibilidad de jugar a poder ser otra y representar en la pantalla todo lo contrario a lo que para el público significa Miss Bolivia.
– Ella debuta en cine, pero no lo hace concretamente en el mundo de las actrices, pues por ejemplo Miss Bolivia en sus videoclips también introduce breves secuencias de pura ficción, ¿no es así?
Es cierto. Lo que ella me dice es que ahí siempre hacía de sí misma o de su personaje musical, que también es obviamente una construcción, y que está familiarizada con su propia forma de llevar adelante su carrera musical, totalmente distinta a este personaje llamado Julia. Para ella la actuación es un disfrute.
– Precisamente este personaje protagónico en esta película está en una especie de limbo emocional, navegando entre varios problemas que surgen en el relato. ¿Tuvo que hacer algún tipo de ensayos para encarnar a Julia?
Hubo ensayos, pero como siempre en proyectos que son tan acotados y de presupuesto pequeño, menos de los que una hubiese deseado. Tuvimos muy poco tiempo efectivo de rodaje y para ensayar, aun cuando ella estuvo en todo momento muy dispuesta a eso y muy entregada a la película; de hecho ahora lo sigue estando, al igual que el resto de actores y actrices, inclusive también los no profesionales que aparecen en esta historia y que le pusieron mucho esfuerzo y trabajo a sus respectivas tareas.
– Sí, yo además he notado que cuidaste mucho al escribir el guion la riqueza de personajes que envuelven a la protagonista. Son muy diversos e interesantes cada uno de ellos. ¿Buscaste que esa otra gente fuera esencial en el mantenimiento del interés del espectador?
Exactamente fue así. Planeé que esas entradas en escena fueran como si Julia pudiera ver a través de ellos fragmentos de su propia vida; y como tú dices, que con su amante, con su hija, con su hermana, ese conjunto sirviera un poco para empezar a armar ese puzzle.
– Al tratarse paralelamente de una diva musical, me estuve fijando en si te viste tentada a usar contrapicados para realzarla, y veo que fuiste humilde y no lo hiciste, en un intento claro de no mezclar una cosa con la otra. ¿Procuraste de esa forma mantener un equilibrio en ese plano técnico?
Así fue. Pero aunque después se fue modificando en el rodaje porque sentí que lo necesitaba, a priori lo tenía pensado todo como un único plano. También es cierto que estamos acostumbrados a que las pelis pequeñas hacen que uno tenga poco tiempo para cada uno de los planos.
A mí habían cosas que me daban mayor tranquilidad, aunque se tengan que estudiar esas coreografías de acciones, y por eso me interesaba mucho inicialmente rodarlo de esa manera. Pero después fue apareciendo la contingencia de percibir aquello que no se estaba contando y preguntarse si faltaba algo más, y ahí recurrimos a otros diferentes planos para narrar cada una de las escenas.
– Y con todas las cosas que han pasado a nivel mundial en estos años 2020 y 2021, ¿la producción de la película se resintió debido a ese problema?
Tuvimos que parar un año el rodaje. Fue muchísimo tiempo. Éramos otras personas en la segunda parte de las filmaciones. Nos habían pasado muchas cosas y todo fue muy complejo, doloroso, angustiante, en consonancia con lo que fue y es la pandemia.
El otro día lo hablaba con una de las productoras y ella decía que le parecía que esa parada le había hecho muy bien a la película. Y puede ser, pero para mí fue sumamente difícil, porque en un momento temí que no se pudiera terminar. Habíamos rodado dos semanas y desconocíamos si este proyecto se había acabado en ese punto concreto en el tiempo.
– Y claro, en un parón de rodaje, luego hay un problema de script en el que los actores tienen que llevar el pelo como lo tenían un año antes y otros aspectos físicos. ¿No es así?
Sí, y cambios en algunos cuerpos que aparecieron completamente distintos. La pandemia hizo que todos sufriéramos mucho y alguna que otra actriz tenía diez kilos menos. Eran otros cuerpos y otras caras y se notaba mucho la diferencia, así que lo que hicimos fue trabajar con planos más abiertos en algunos casos y luchar contra esa contingencia.
– Y por último quisiera saber por qué habías decidido rodar en Posadas esta película.
El guion se escribió justamente en un lugar de fronteras. Me interesaba mucho también este fluir de tres idiomas que se entremezclan, -el guaraní, el portugués y el castellano-, y cómo ese hecho provoca que las relaciones entre personajes sean distintas y tengan sus características.
Los lugares de paso y de fronteras me resultan sumamente interesantes y más cuando de por medio se emplean distintos idiomas. Entonces desde ya el guion estaba anclado en Misiones. Nosotros quisimos rodar todo en Misiones, pero por no poder tomar un vuelo a consecuencia de la pandemia, tuvimos que rodar la segunda parte del film en Buenos Aires.
©José Luis García/Cinestel.com