“Escuela bomba, dolor y lucha en Moreno”; censurado por el INCAA

Estreno en Buenos Aires
No se recuerdan precedentes en la Argentina de que el Instituto de Cine haya censurado antes cualquier ficción o documental nacional para su exhibición en el cine Gaumont de Buenos Aires. La actual administración del organismo federal ignora el buen desempeño que siempre ha tenido el INCAA a la hora de abrir sus ventanas de exhibición, cuando el pasado lunes 29 de julio comunicó a la producción de la película “Escuela bomba, dolor y lucha en Moreno” que el jueves 1 de agosto no se podría estrenar este documental, como estaba previsto, bajo el extraño argumento de que “no fue producido por el Instituto de Cine”.
La explosión sucedida en la Escuela 49 Nicolás Avellaneda de Moreno, que se cobró la vida de la vicedirectora Sandra Calamano y del auxiliar Rubén Rodríguez, está en el eje central de este relato de Juan Mascaro que al final el CCC estrena.
Fue la explosión de la garrafa de una estufa la causa de este siniestro mortal, lo cual puso en evidencia el mal estado de las instalaciones, no sólo de esa Escuela, sino de otras muchas de la ciudad, cuestión que trata de desentrañar el realizador en esta película apoyada desde la producción por el Departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján.
Todas las Escuelas de Moreno están en un estado similar a la 49. La zona ha tenido que hacer frente con escasos recursos a un aumento considerable de la población escolar, y las reacciones al desastre causado provocaron que los centros de enseñanza del distrito tuvieran que ser clausurados hasta el término del curso a finales de 2018.
“Escuela bomba,…” describe la necesidad de conservar las pruebas de lo que sucedió y muestra la solidaridad de la gente con las familias de las víctimas, en un film que también habla sobre el papel esencial de la escuela pública, los estudios y los docentes, mostrando además la movilización espontánea de los padres que afectó a esa falta de asistencia a las clases durante los casi seis meses que faltaban para acabar el curso. En total fueron más de 85.000 los alumnos porteños que no pudieron ir a estudiar porque los centros fueron cerrados ante las movilizaciones.
Juan Mascaro hace además todo un trabajo de contextualización importante, pues aquí también se analiza la evolución que ha tenido la Escuela pública en la provincia desde que, durante la dictadura de Onganía, se comenzara a traspasar su gestión desde el Estado a los entes provinciales, a excepción de las Universidades.
“El Estado está cada vez más ausente. Si no nos cuidan, la Escuela pública no existe más”, menciona alguien en este filme que también expone que pese a que se aducía que la falta de dinero era la causa de esta grave situación, a principios de 2019 se pusieron 362 millones de pesos para hacer obras en los centros escolares.
©José Luis García/Cinestel.com