Cine Argentino: ¿Es necesaria una nueva Ley Audiovisual? (Debate)

Si el Poder Legislativo no lo remedia, el 31 de diciembre de 2022 podría ser que el cine argentino dejara de existir tal y como lo hemos conocido hasta ahora, luego de la aprobación de la Ley de Cine de 1994.
En estos meses del año en curso distintos sectores cinematográficos claman por la aprobación de una nueva Ley del Audiovisual que sustituya a la anterior y que incorpore de facto las nuevas peculiaridades que este sector tiene tras la poderosa irrupción de plataformas de cine bajo demanda tan masivas como Netflix y algunas otras.
En estos momentos en que parece necesario redefinir una realidad que sobrepasa la que había hace casi 30 años, la Asociación de Documentalistas DOCA organizó un debate aclaratorio en el que se expusieron algunas de las posturas que los firmes conocedores del asunto en cuestión tienen.
En primer lugar habló el Doctor en Derecho Julio Raffo, quien fuera el mentor de la Ley de 1994. Este abogado habló sobre los riesgos que puede comportar una modificación legislativa. “Toda ley es mejorable y toda ley se puede empeorar”, -advirtió el letrado-. Para él, la mayor prioridad es defender el Fondo de Fomento ante la Ley que le quita la asignación específica a través de la reforma impositiva que aprobó el macrismo y que erráticamente puso fecha de caducidad al cine argentino, un aspecto que de ninguna manera había sido contemplado en aquella Ley aprobada en los 90s.
Raffo también define como prioridades la de cuidar el arco de realización con el fin de que las grandes productoras no “chupen todos los recursos”, la concreción de la puesta en marcha de una Cinemateca y la implementación de un co-gobierno en el INCAA.
La productora Nathalia Videla Peña, integrante de Acción Mujeres de Cine, se refirió al preocupante parón del Consejo Asesor que es el que determina la asignación de recursos públicos para las realizaciones audiovisuales a nivel federal, e igualmente consideró un riesgo tocar los preceptos aprobados en la Ley de Cine del ’94.
Entre las notables aportaciones al debate que hizo Videla, cabe destacar esta profunda reflexión: “…a mí también me encantaría producir para Netflix, pero no es lo único. Estamos todes pensando, funcionarios incluidos, qué es lo que las plataformas quieren, en lugar de pensar en qué queremos contar. Entonces hay que cambiar el foco. ¿Cómo hacemos para que las OTTs aporten al Fondo de Fomento?”.
El periodista y abogado de DOCA, Mariano Suárez, afirmó que es importante que se asegure el papel de ente público que el INCAA posee; y en referencia a la investigación criminal que se lleva a cabo en torno a la gestión de la anterior presidencia del Instituto, dijo que habría que ser cuidadosos para no facilitar que a los malos funcionarios les sea más fácil evadir los parámetros que impone la propia norma.
Y finalmente, Fernando Martín Peña, docente, investigador, coleccionista y divulgador de cine habló en referencia a la necesaria creación de una Cinemateca: “Es un problema de instrumentación. Y las asociaciones tampoco se ocupan, DOCA es una de las pocas. Si entenderemos que lo que se hace es un bien cultural, es una paradoja estúpida que no hayamos comprendido esto y hemos perdido una alta parte de nuestra historia cinematográfica. Nadie está haciendo nada para asegurar que lo que estamos filmando hoy se pueda ver en cincuenta años. Nuestras primeras películas no existen. Cualquier documentalista que haya atravesado el vía crucis de encontrar archivo, lo sabe. Aniquilar la memoria es el objetivo. Con Ley y con reglamentación la CINAIN no existe. Es un problema de prestarle atención al problema”.
©José Luis García/Cinestel.com