«Blind», de Eskil Vogt; el sentido de una imaginación ilimitada

Estrenada en España.
La primera película del director noruego Eskil Vogt es todo un ejercicio de estilo, lo que implica una gran originalidad desde su concepción. La protagonista es Ingrid (Ellen Dorrit Petersen), una mujer que progresivamente ha ido perdiendo la vista, y aquellas imágenes que tenía sobre la vida cada vez se vuelven más borrosas e imaginativas. Por ese motivo, en su cabeza comienzan a fluir ideas acerca de la sinceridad y fidelidad de su esposo, de quien cree que la observa a escondidas o que chatea con su amante. Vogt fue el guionista de «Oslo, 31 de agosto» y en «Blind» también emplea atmósferas urbanas.
Aparte de Morten, el marido, también aparecen en el filme un amigo suyo llamado Einar, solitario y adicto a la pornografía por Internet quien antaño compartió con él su pasión por la música y el cine. Einar es además aficionado al voyeurismo y desde la ventana de su casa vigila a una vecina llamada Elin que vive enfrente.
«Blind» desarrolla un monólogo interior trazado por su protagonista invidente, siendo una historia personal sobre cómo aplica y entiende lo que siente en relación a su entorno. No es una película fácil de entrada, -en cierta forma se trata de una fábula-, pero para cualquier cinéfilo al que le gusten los relatos de corte intimista será una práctica interesante el reflexionar, tanto durante como después de haberla visto, ya que el argumento se presta a interpretaciones de diferente signo y dirección. Esa condición de ambivalencia que nos hace trabajar desde el instinto, supone el mayor logro de este guión en cuya puesta en escena por momentos no sabemos bien si se halla dentro de lo onírico o de lo real.
La ceguera y su aislamiento unida a la preponderancia de los sentidos del tacto y el oído, la fidelidad en la pareja, el erotismo, e inclusive la pornografía son algunos de los temas que a grandes rasgos trata la película. Los invidentes desarrollan sus propias imágenes a través de la mente, en especial si como en este caso pudieron ver alguna vez durante su vida, y se forman una idea sobre todo aquello que los rodea. Esas son las imágenes interiores que se pueden interpretar aquí aparte de extrapolarlas a otro tipo de relaciones personales.
Contaba el director que la ceguera, paradójicamente, es muy cinematográfica porque contiene los aspectos más fundamentales del cine: ver y ser visto, luz y oscuridad.
©José Luis García/Cinestel.com