«Bohemian Rhapsody»; retorna la magia de Queen y Freddie Mercury

Estreno en España miércoles 31 de octubre
Freddie Mercury es un mito del pop-rock y como tal ha sido tratado en esta película que funciona tanto a modo de homenaje para el cantante como para tener el placer de saborear la música del grupo Queen (especialmente se si consigue visionar y escuchar con la maravilla del Dolby Cinema).
Pero es necesario reconocer desde un principio que lo que «Bohemian Rhapsody» propone no es una biopic al uso, sino que más bien es la posibilidad de conocer la visión actual que los compañeros vivos del grupo Queen tienen a partir de la lejanía que producen los 27 años transcurridos desde la muerte del divo, pues a ellos fue a quienes se les consultó a la hora de planificar la película, con los detalles de la misma y el tipo de enfoque.
Dicho esto, el film se basa en toda esa interpretación subjetiva, ya sea acertada o distorsionada.
Inspirada en la vida del famoso cantante, el guionista Anthony McCarten (El instante más oscuro, La teoría del todo) ha construido una historia de total ficción que comienza en la toma de contacto de Mercury, un hijo de inmigrantes indios, con los miembros de una banda musical cuyo vocalista acaba de abandonar el grupo.
El relato parte de ese momento crucial en el que Freddie, que ha nacido con cuatro dientes molares en vez de con tres, tiene dificultades para vocalizar cuando habla, pero que en el instante en que canta el sonido y su potencia de voz son prodigiosos.
Más adelante continúa con los vaivenes del grupo en sus tiras y aflojas con los productores musicales, quienes no quieren arriesgar su dinero con proyectos en los que no creían, como ocurrió con la EMI en el caso del álbum «Bohemian Rhapsody» que le da el título al film.
Igualmente, la relación que Mercury mantuvo con Mary Austin y el posterior reconocimiento privado y público de su homosexualidad en una época en la que era un paso muy complicado de hacer, constituye la parte más íntima del cantante, un asunto que siempre le creó problemas a nivel interior incluso, y que la película trata sin profundizar demasiado o hacer excesivo énfasis, al igual que ocurre en el tema del consumo de drogas.
Es asimismo llamativa la visión surrealista que hace el filme en torno al uso del tabaco, pues aquí vemos que en las fiestas gays de los años 70 nadie fuma y que es justamente hacia la mitad de la película, cuando Freddie Mercury aparece con un cigarrillo en la mano, el momento en el que el guion establece como el inicio de la decadencia progresiva y mortífera de la estrella del pop-rock.
La productora del film decidió mantener a Bryan Singer como director, pese a que no se presentó a los rodajes en sus últimas semanas y tuvieron que ser otros tres directores quienes acabaron la película. Pero aun así el esfuerzo por escenificar un esquema del potente personaje en el que se inspira, consigue dar su recompensa y «Bohemian Rhapsody» es una historia disfrutable y que se ve con agrado.
©José Luis García/Cinestel.com