«El Sentido de un Final», indagando sobre los engaños de la memoria

Estrenada en España
Jim Broadbent y Charlotte Rampling son los protagonistas de este drama amoroso dirigido por el indio Ritesh Batra y que adapta, o mejor dicho, se inspira en la novela homónima del escritor Julian Barnes, porque en cierto modo transforma algunos aspectos formales del texto original y también de las locaciones, para proporcionarle una coherencia narrativa adecuada a toda la película.
En «El Sentido de un Final» propuesto para el cine, el protagonista Tony Webster (Broadbent) es, al igual que en el libro, un jubilado que sigue vendiendo y reparando antiguas cámaras de fotos Leica en una pequeña y estrecha tienda que posee.
Pero llegado el momento en el que poco a poco, él tiene que asumir que ha llegado a esa edad en la que se le facilita el retiro y el descanso, se entera de que la madre de una chica con la que salió durante su etapa universitaria, le dejó algo.
Y es que la progenitora de Verónica cedió a Tony en su testamento un diario escrito por su mejor amigo, un ex-compañero que acabó saliendo con su hija en sustitución del protagonista.
La cuestión es que Tony se ve en la necesidad de indagar en su pasado, tratando de recordar cosas que por el tiempo que ha transcurrido, permanecen algo difusas en su mente, con lo cual todo esto reaviva sentimientos suyos que probablemente ya tenía relegados a un segundo término.
A diferencia de la novela, la película no recurre a una narración en primera persona del protagonista, sino que se extiende algo más en los motivos y puntos de vista de los otros personajes. Esto hace que las contradicciones y lagunas mentales de Tony queden más contrastadas y que la sensación sea algo distinta. No quiere decir que sea mejor o peor, sino que la impresión general del filme es muy diferente con respecto a la del libro, aunque ambos estén sin duda hablando de la misma historia.
Por supuesto que Ritesh Batra tuvo que crear una ambientación diferente para cada una de las dos épocas a las que se refiere el relato, en una película que nos habla acerca de la nostalgia de aquel primer amor, lo que pueden influir los recuerdos lejanos en la actualidad, las relaciones entre padres e hijos, el papel tan secundario de la mujer en décadas anteriores, o las expectativas frustradas de aquella antigua relación amorosa cuya evocación le lleva a Tony a adoptar algunas actitudes que son totalmente inadecuadas.
Esa necesidad de aceptar su pasado, que está ahí y que no se puede cambiar, unida a cómo le gustaría a él contarse a sí mismo su vida una vez que ha llegado a la vejez, llevaron a Julian Barnes a provocar que el lector, o en este caso el espectador, cuestione la incapacidad de Tony para dejar que las cosas fluyan por sí mismas, al tiempo que consiga liberar aquellos miedos que ha ido acumulando a lo largo de toda su vida.
©José Luis García/Cinestel.com