«Train to Busan», filme de zombies acompañado de crítica social

Estreno en España el 4 de enero de 2017 en el Ciclo Sitges Tour
Sang-ho Yeon (The Fake) remueve los cimientos del género de terror dedicado a los zombies al presentar una película que trasciende esos límites. No es de extrañar entonces que este drama de suspense y de acción lo hayamos podido ver reflejado en algunas pantallas de festivales de cine que normalmente no suelen incluir historias de género entre su habitual programación.
El motivo está claro, pues es una película orientada a criticar el egoísmo y la insolidaridad de las personas, que guarda similitudes en su trasfondo argumental con películas como la conocida «La aventura del Poseidón» que rodara Ronald Neame en 1972, aunque en realidad su narrativa formal y visual poco o nada tenga que ver con aquélla. «Train to Busan» también se puede observar como una crítica al capitalismo.
El director coreano parece querer ponernos al corriente de sus intenciones en cuanto a ese subtexto, en una escena hacia el principio del film en la que el pretencioso revisor de pasajes del tren le dice a la niña protagonista, tras haberse fijado en un indigente que viaja en el mismo vagón, que «eso es lo que les pasa a los niños que no quieren estudiar».
La niña viaja con su padre desde Seúl hasta Busan para reunirse con su madre. El trayecto comienza con normalidad, hasta que muy pronto una joven viajera comienza a padecer síntomas extraños, que enseguida se relacionan con una epidemia zombie que asola todo ese área del territorio, pues inclusive se alcanza a ver algún edificio en llamas y así se lo confirman al protagonista, un gerente financiero, por teléfono móvil.
El resto del filme tiene un entretenido desarrollo, pues Sang-ho Yeon sostiene muy bien todo ese artificio que de alguna forma nos remite a lo que sucedía en «Rompenieves», la más reciente película de su compatriota Bong Joon-ho, relato que transcurría también en los vagones de un tren, donde igualmente se cuestionaba la estructura capitalista a través de dejar emerger el sistema de clases.
En el cine no hay acción entendible si no va acompañada de una progresión adecuada. Y eso es lo que consigue esta película coreana, que funciona con robustas metáforas como la de los túneles por donde no se puede ver, o ese afán de tener que destruir para poder construir. También está el hecho de que cuando todo parece que se ha arreglado, los problemas vuelven a empezar y el camino nunca se despeja, porque los inconvenientes siempre se van interponiendo una y otra vez.
En definitiva, «Train to Busan» acaba siendo una formidable parábola acerca de la deshumanización creciente en la sociedad globalizada, con una frenética exposición que será bien apreciada tanto entre los que siguen este género como en el caso de aquellos que no lo hacen habitualmente.
©José Luis García/Cinestel.com