«El Amante Doble», de François Ozon; la imaginación desbordante

Estrenada en España
François Ozon ha regresado en «El Amante Doble» a su cine de corte intimista, cuya más reciente manifestación se produjo en «Joven y Bonita», película en la que ya contó con la actriz Marine Vacth como protagonista. Aquí repite con ella, al igual que también lo hace con el actor Jérémie Renier, con quien ya trabajó en «Amantes criminales» y en «Potiche, mujeres al poder».
Los diez minutos iniciales del filme son esenciales como introducción al tono general en el que se desarrolla este relato lineal, una atmósfera centrada en la mente de la protagonista femenina y su correspondiente subjetividad, enfrentada al deseo, la fantasía, las relaciones de pareja y el sexo.
La química profesional entre el cineasta y sus actores funciona a la perfección en este peculiar juego que aquí se establece, dentro de un guion que procura aupar la imaginación hasta el mundo real, a través de la adaptación de una novela de Joyce Carol Oates.
Marine Vacth encarna a Chloé, una joven frágil y depresiva, enamorada de su psicoterapeuta, quien tras irse a vivir con él, va descubriendo algunas cosas relacionadas con la identidad de su amante que le desencadenan una gran confusión. Toda la película procura darle un significado a la imaginación desbordante de su protagonista, lo cual incluye asimismo referencias a un subconsciente que en ocasiones aquí se hace explícito, el influjo erótico de la atracción física, y esas neurosis emocionales que en cierta forma le están provocando a ella toda una serie de preocupaciones constantes, las cuales inevitablemente van a conducirle hacia una peligrosa deriva que culmina según avanza el filme, en aires de terror psicológico.
En el medio de todo eso, Ozon ha optado con audacia por hacer una separación de tonos en los decorados que reflejen la percepción de Chloé hacia los gemelos de la película, y denoten al mismo tiempo aquellas diferencias notables en el comportamiento de ambas personalidades. Y todo ello tratado con mucha sutileza, en una especie de angustia por la intimidad y de constantes cambios de los puntos de vista de los personajes principales.
Importante es también buscar en «El Amante Doble» lecturas paralelas en torno a aquellas mujeres con las que se relaciona Chloé (una de ellas interpretada por Jacqueline Bisset) y, sobre todo, a la simbología que emana de la constante presencia del gato en el relato, al igual que la vinculación de estos animales con su punto de vista particular respecto al futuro de su propia vida.
En definitiva, la clave de este drama de suspense erótico estaría en cómo aflorar y expresar aquellas fantasías que no se suelen comunicar a la pareja, por temor a las frustraciones o a una respuesta negativa de rechazo por su parte. Y claro, la imaginación a menudo sufre cambios, va mutando, y en este caso busca sostenerse en lo que le rodea, unas veces podría ser para bien y otras para mal. Ozon traza una historia que incluso sería válida para verla varias veces más y tratar de encontrarle nuevos recovecos ocultos a la mente de la protagonista, plasmados a través de sus propias contradicciones.
©José Luis García/Cinestel.com