«El Camino Soñado», de Angela Schanelec; buscando el equilibrio

7ª Mostra de Cinema Alemany Actual – 2018
Ella es una veterana actriz, guionista y directora alemana surgida de la Escuela de Berlín, y sus películas son conocidas por sus largas tomas estáticas con poca acción y contenido emocional ambiguo, hasta el punto de que sí que esta película exhibida en la Filmoteca de Catalunya fue la más desconcertante para la gente que siguió la Muestra de cine alemán actual.
«El Camino Soñado» (Der Traumhafte Weg) es un filme que no aspira a ser evidente de cara al público, sino que en realidad busca que sea el espectador quien sobreentienda las intenciones que la directora ha tenido en esa superposición de imágenes que no tienen un sentido aparente.
El relato comienza en el momento de la integración de Grecia en lo que entonces se llamaba Comunidad Económica Europea. Es el año 1980 y aquí pequeñas escenas ubicadas en un parque, se solapan.
El hecho de que los elementos que se muestran en cada una de las tomas iniciales no tengan una conexión mutua en este film de Angela Schanelec, ya nos anticipa cómo estará al menos estructurado el resto de la película. Pero no solo el cine que está formado por historias paralelas puede llegar a ser algo complejo para el espectador, sino que en este caso se le añade al relato la sobriedad y parquedad en el contenido, así como la gran austeridad que se ve en la decoración de las locaciones.
Además, la película posee dos puntos de partida distintos que asimismo tienen lugar en épocas y momentos muy diferentes entre sí. Por un lado vemos lo que les ocurre a una pareja que va cantando por las calles de Grecia para financiar sus viajes a lo largo y ancho del país; y por el otro el filme salta a Berlín treinta años más tarde con la historia de una actriz que se separa de su marido.
A «El Camino Soñado» se le pueden encontrar tratamientos aislados como son el nacionalismo o la necesidad económica, entre otros muchos, pero deja libertad a cada espectador para elegir aquello que considera que es más importante de lo que está viendo, porque en realidad todo lo que vemos puede ser relevante o superfluo.
Tal vez lo que Schanelec ha querido contar sea que en la vida de cada persona suele ser complicado discernir qué es transcendental o significativo y qué no lo es. Y eso es lo que ella ha querido trasladar al cine, en una película que según contaba algún lector del libro en el que se basa, está mucho más inteligible en ese texto, quizá porque el lenguaje cinematográfico da lugar a estas representaciones que pueden llegar a ser difíciles y tortuosas para el espectador.
©José Luis García/Cinestel.com