«Gernika», de Koldo Serra; las dificultades para contar lo que pasó

Estrenada en España
Los sucesos de Gernika, acaecidos en plena Guerra Civil española, fueron una de las peores matanzas de civiles que se conocen en este área del mundo. El bombardeo fue llevado a cabo por la Legión Cóndor del ejército alemán. Hay que reconocerle al director Koldo Serra la osadía de ser el primero en tratar este espinoso tema en el cine, aun cuando es sabido que con los datos que se tienen es difícil completar el escenario de los hechos.
Con esta ficción, Serra reinterpreta todo lo que allí pasó en las semanas previas hasta el momento del horrible ataque. Y lo hace a través de un polo central en el que ubica una progresiva historia de amor y todo lo demás que ocurre en ese entorno.
Es la relación de una chica que trabaja en la oficina de prensa con un periodista estadounidense en horas bajas. Ella está siendo cortejada por su jefe ruso y él se apasiona por ir contando lo ocurrido en todo ese contexto bélico que lo limita.
Precisamente esa limitación impuesta en las tareas periodísticas (se pensaba que habiendo censura se controlaba e impedía que el enemigo llegara a reconocer las debilidades del sistema) es uno de los aportes principales de «Gernika». Las dificultades para contar lo que pasaba eran muchas, mientras que el avance fascista seguía, con la intención de acabar con los defensores de la República y de la democracia formalmente constituida a través de las urnas.
La película destaca a su manera algo que es sabido y aceptado: que los seguidores del general Franco nunca podrían haber ganado esa contienda sin el apoyo logístico y aéreo de Italia y Alemania, y que fueron Francia e Inglaterra los primeros en reconocer al nuevo régimen dictatorial tras el triunfo de los sublevados.
No obstante lo mencionado, Koldo Serra ha preferido obviar el lenguaje que se empleaba en aquella época, eliminando por ejemplo casi todo tipo de consignas políticas, mostrando muy pocos carteles de los que sí que abundaban por las calles, y evitando una segura confrontación de banderas.
En ese aspecto, el filme se centra en las actividades de los protagonistas y su círculo, al tiempo que huye de maniqueísmos intentando repartir las maldades por ambos bandos.
Si bien la estructura dramática del film contiene ciertas lagunas difíciles de comprender y que costaría darles crédito, (deliberadamente inexacto e impreciso en su forma de hacer ficción), en el esfuerzo del equipo que ha encarado este proyecto, hay una trágica y desgraciada parte final correctamente aderezada con los efectos digitales de los que hoy dispone el cine. Buena técnica, pero a la que se suma una quimera cinematográfica sobre la que cuesta encajar algunos personajes.
©José Luis García/Cinestel.com