«La chica desconocida», de los hermanos Dardenne; la desazón

Estrenada en España
El disgusto por una acción inapropiada tomada a destiempo es el origen del drama con cierto aspecto de thriller que los hermanos Dardenne preestrenaron en la Filmoteca de Catalunya. La conocida actriz de «Les Combattants», Adèle Haenel, interpreta en «La chica desconocida» a una joven médico de familia, quien tras haber acabado su jornada de trabajo una noche, suena el timbre pero decide no abrir la puerta. Al día siguiente se confirma que la persona precisaba atención urgente en el centro de salud y que era una chica de origen africano que apareció muerta unas cuantas horas después.
El descubrimiento provoca en Jenny no pocos sentimientos de culpa, además de una enorme pesadumbre y una inquietud interior que la llevan a iniciar pesquisas por su cuenta para saber quién era esa chica desconocida del título.
Ambos cineastas siguen fieles al particular estilo de narrar su visión social.
«La chica desconocida» es una película profunda que busca constantemente los límites entre el mundo profesional y los detalles íntimos de una fallecida sobre quien incluso la policía conoce muy pocos datos. ¿Es el cumplimiento de un horario profesional compatible con el deber de asistencia que todo médico tiene y que ninguno de ellos puede omitir? Con gran sencillez, los Dardenne proponen en la pantalla este debate cuya respuesta a priori la mayoría de médicos incluido ella ya la tiene clara y como consecuencia, genera en Jenny un fuerte cargo de conciencia.
Es así como la protagonista del filme se convierte en una activa, firme y constante investigadora sobre el terreno, de los posibles testimonios que pudieron ver a la chica en la calle esa noche. De este modo, Jenny pretende encontrar pistas que ayuden a identificar a esa persona que acudió a su consultorio con el objeto de ser atendida urgentemente.
Es cierto que los Dardenne recurren a esquemas ya conocidos en su cine. Si nos fijamos en su anteriores películas «El niño de la bicicleta» (2011) y en «Dos días y una noche» (2014), seguro que vamos a encontrar bastantes similitudes formales con ésta. Sin embargo, aquí nos hallamos ante otro caso completamente distinto, con argumento y personajes diferentes que ratifican a los hermanos belgas como principales antídotos contra ciertas lagunas que existen en el cine contemporáneo a la hora de representar las diferencias entre las clases sociales.
Una característica esencial de su cine es que acostumbra a estar centrado en las acciones y en las decisiones arriesgadas que deben tomar sus personajes, siendo éstas muy, pero que muy posibles en la realidad. En este filme no veremos subtramas o personajes superfluos que nos separen demasiado de la cuestión principal. De hecho, otro acierto de la cinta es que nos presenta a su protagonista como otra «chica desconocida» más, pues el relato evita contar o mostrar siquiera un mínimo apunte acerca de su vida personal, lo cual acentúa esa mirada profunda hacia el conflicto que se está representando.
Del mismo modo, Jenny es un personaje que no precisa trabajar sólo las intuiciones, sino que necesita imperiosamente también llegar hasta las certezas, aunque sin mostrarse como una heroína, sino más bien como una profesional altamente preocupada.
«La chica desconocida» ofrece asimismo un retrato desolador del entorno social, tanto entre los pacientes que acuden a la consulta por otros motivos (la médico continúa trabajando en toda la película), como entre los personajes externos que quizá pudieran ayudar a despejar la incógnita principal que envuelve esta historia tan realista y bien elaborada.
©José Luis García/Cinestel.com