«Las Inocentes» de Anne Fontaine; materialismo y espiritualidad

Estreno en España
Anne Fontaine es una actriz y directora francesa a quien le preocupa el acabado de sus filmes, viendo los últimos estrenos que ha llevado a la gran pantalla en los que, o bien adapta un texto literario como hizo en las películas anteriores, o toma un relato a partir de hechos que sucedieron en la realidad.
«Las Inocentes» es el traslado al cine de ficción de unos sucesos vergonzosos ocurridos en los conventos católicos de Polonia al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados invasores soviéticos violaban a las monjas, dejando embarazadas a algunas de ellas. Esta maternidad forzada creaba gravísimos inconvenientes a la hora de tratar de ocultarlo, en un país que ya era del área comunista en un contexto de política de bloques.
Fontaine se adentra en ese terrible universo a través de una joven médico francesa de la Cruz Roja, quien tras conocer el caso se apresta a ayudar.
La película es un acercamiento al horror de estas mujeres a través de la mirada de la profesional sanitaria, que en casi todo momento del film está presente en la pantalla. Se rodó en un convento abandonado de Polonia, y el uso de filtros cromáticos en la imagen le confiere al relato una textura de imagen sobria y adecuada a la tensa situación que plantea.
Austera en cuanto a música, no lo es en lo que tiene que ver con el ritmo, y eso sorprende y favorece el entendimiento de la directora con su público.
Tal vez quienes somos poco eruditos en el tema, podamos imaginar a las madres superioras como más mayores en edad que la que aquí aparece, pero eso en absoluto es un inconveniente, más bien al contrario, ya que parece que la realizadora sabe encontrar las mejores opciones de cara a quienes han de interpretar el guion ante la cámara. En este caso, la aparición previa de Agatha Kulesza en «Ida» parece que fue determinante para elegir a la abadesa.
La protagonista es la actriz Lou de Laâge en su primer papel cinematográfico como adulta. También aparece el actor Vincent Macaigne y diversas actrices polacas, una de ellas con dominio del idioma francés, predominante durante la narración, aunque también hay pequeñas partes rodadas en el idioma local.
Materialismo, atrocidad y espiritualidad son algunos conceptos genéricos que aquí se confrontan en un relato elaborado con maestría, porque Fontaine sabe equilibrar con armonía la contención ante la angustiosa presión y el ritmo lógico que ha de tener una obra cinematográfica de estas características.
©José Luis García/Cinestel.com