«Lazzaro Feliz», la bondad que no está reñida con la tragedia

Estrenada en España
La directora de «El país de las maravillas», Alice Rohrwacher, vuelve al panorama cinéfilo con un extraordinario trabajo de guion y dirección efectuado en «Lazzaro Feliz» (Lazzaro Felice), que está acompañado por la solvente camarógrafa francesa Hélène Louvart y además rodado en película Kodak tradicional, usando film de 16mm.
Con un relato centrado en la figura de un joven campesino que no entiende otra forma de relacionarse con la vida que la de desprender bondad, este tercer largometraje de ficción de la realizadora florentina nos retorna a mejores épocas en el cine italiano, pues desborda estilos que son propios del neorrealismo en su conjunto.
La historia parece estar sucediendo en los años 90 del siglo pasado, aunque se inspira en unos sucesos ocurridos en Italia una década antes, cuando una marquesa fue detenida acusada de mantener en régimen de esclavitud a un grupo de campesinos.
«Lazzaro Feliz» es una película que se fundamenta en la mirada de sus numerosos personajes, a partir de una aldea en la que sus habitantes trabajan todo el día en el campo y cobran una miseria de la propietaria de los terrenos, una marquesa que manda a un mensajero a distribuir las migajas, osea, el poco dinero que se les da a esos pobres trabajadores con el que apenas pueden sobrevivir.
La historia prosigue con la amistad que el protagonista, Lazzaro, que en todo el filme es visto por los demás como un robot debido a su buenismo crónico y su poco don de la palabra, entabla con Tancredi, el hijo de la marquesa, un personaje acomplejado que mantiene una salud delicada y constantes tensiones con su progenitora. Esto no le saca a Lazzaro de la explotación laboral, pero tras un hecho muy relevante, la película hace un amplio salto hacia adelante en el tiempo, que transforma el relato y nos introduce en una especie de realismo mágico.
Es justamente todo ese espacio de tiempo que Rohrwacher no ha querido mostrar en pantalla, el que lleva implícito uno de los temas más importantes de la película: el éxodo masivo de personas hacia la gran ciudad y el fin de la vida rural como se había visto durante siglos y siglos, con la cultura del agro y la ganadería como banderas.
La última parte del film no sólo sigue tratando el tema de la pobreza, sino que también modos de vida y conceptos. Y entre todas las reflexiones que hace «Lazzaro Feliz» encontramos desde las supersticiones de la gente, pasando por la influencia de la espiritualidad y llegando hasta la resignación de personas que aceptan esa denigrante subasta inversa que aparece, sin ni siquiera revelarse.
¿Cómo recordamos a nuestros muertos? Como eran físicamente cuando fallecieron o como serían ahora mismo con el tiempo que ha pasado. ¿Y en qué grado todos o algunos de los personajes del film pudieran convertirse en una parodia de sí mismos? Son preguntas que nos puede sugerir esta acertadísima y memorable película italiana.
©José Luis García/Cinestel.com