«Los Nadie», de Juan Sebastián Mesa; amistad, sueños y esperanza

Hay submundos que son inaccesibles para mucha gente del común de la población en cualquier país. La ópera prima del director colombiano Juan Sebastián Mesa muestra uno de ellos. «Los Nadie» es una película que fue premiada con el premio del público en la Mostra de Venecia. Sus cinco protagonistas son personas que han encontrado distintas coincidencias entre sí y que se estiman en una sincera y leal amistad.
Una de esas sincronías tiene relación con su estética punk, pero se pueden encontrar muchas más que tienen que ver con cómo miran el mundo, los intentos de identificar las búsquedas que necesitan, y la esperanza de que más allá del sombrío panorama que hay ante sus ojos, siempre es posible una salida digna para cada persona.
«Los Nadie» es una amplia comedia dramática cuyas aspiraciones emanan del amor propio.
Camilo, Mechas, Manu, Ana y Pipas son los cinco amigos protagonistas de esta historia en la que comparten muchas cosas entre sí. Una de ella es su pasión por hacer malabares en los cruces viarios de Medellín, la ciudad en la que viven y que les provoca sentimientos encontrados de asombro, ternura y rabia contenida al mismo tiempo. Les atrae, pero al mismo tiempo les excluye, en esa disyuntiva de buenas palabras pero escasos hechos en la práctica.
Cada uno de los cinco o están abandonando la adolescencia o ya lo acaban de hacer. Están en ese punto intermedio en el que se cuestionan bastantes asuntos, entre ellos el de la influencia de los mayores, tanto en la política como en el caso de los padres. Con letra contestataria, la música es quizá el mayor exponente de esa rebeldía, como contrapeso formalizado a todo ese cierto nivel de insatisfacción en términos generales.
Lo más notable de «Los Nadie» es el relieve que le da el guion a la amistad, los sueños y las esperanzas. Tampoco es que sea una película muy complaciente en ese sentido, porque las grietas sociales siempre andan volteando y aquí van reapareciendo. Este relato comenzó siendo pensado como un corto, pero el equipo se encontró con que había tantas cosas que contar en este tema, que se animaron a buscar lo necesario para convertirlo en un largometraje.
Fragmentación urbana y viaje acaban formando un cóctel que será decisivo en la parte final de un filme en blanco y negro muy bien hecho, (por gente joven, además), que trata temas como el del desplazamiento desde el lugar de nacimiento, el papel actual de la mujer, esa unión que hace la fuerza, la espiritualidad, y la poesía. De hecho, el título remite a uno de los poemas de Eduardo Galeano.
©José Luis García/Cinestel.com