«Mi último fracaso»; impresiones de mujeres coreanas en Argentina

Estreno 7 de enero Malba Cine Buenos Aires
Los hijos de inmigrantes a las grandes urbes o adonde sea, tienen siempre con mucha facilidad sentimientos encontrados que derivan de la pertenencia al lugar donde viven y trabajan, combinada con un pasado genealógico familiar forjado en otras tierras más o menos lejanas. Y es que el fenómeno migratorio ha sido y es una fuente de inspiración para contar historias en el cine.
La realizadora debutante argentina Cecilia Kang establece su mirada en torno a las mujeres de su familia y amistades en «Mi último fracaso», película documental que nos sumerge en la historia de vida de su propia hermana, quien logró superar una grave enfermedad. Está narrada desde la sencillez. Por tanto, sin complejidad alguna nos transmite desde todos esos contrastes, la necesidad de hallar un camino propio y satisfactorio para enfrentar los temores y las dificultades de cara al futuro.
El filme es un recorrido por las inquietudes de estas personas, y tal vez haya sido abordado desde un trasfondo femenino porque las mujeres tienen mucha mejor capacidad y predisposición que los hombres a exteriorizar más vivamente sus emociones más interiores.
Por un lado, aquí nos encontramos con la historia de Hi Young, su hermana mayor que llegó a la Argentina cuando tenía ocho años, prácticamente para conocer a su padre. Por otro, sus amigas descendientes coreanas aparecen divirtiéndose en un karaoke porteño, mientras que en otros momentos de la película aprovechan para sincerarse delante de la cámara y expresar algunos de sus fracasos y sus deseos.
En ese sentido, «Mi último fracaso» es un documental campechano y afable que contiene imágenes rodadas en Corea y Buenos Aires, y que en una mayor parte de su metraje es testimonial con personas que hablan sobre sí mismas.
El filme parece nacido bajo la pretensión de nutrirse de cómo cuentan sus percepciones estos personajes, con su necesidad de redefinir el rol de los hombres, o mostrar la riqueza del bilingüismo y de comer pescado en Buenos Aires, (una ciudad que es mucho más carnívora). ¿Novio argentino o coreano? es una pregunta que surge espontáneamente durante sus conversaciones.
La película toma su título de un conocido tema del Trío Los Panchos, en una historia que explora las conexiones entre las emociones y la identidad. Dos culturas para compartir con un buen sentimiento y respeto hacia la diferencia.
©José Luis García/Cinestel.com