«Personal Shopper», con Kristen Stewart; los fantasmas y la realidad

Estreno en España el viernes 19 de mayo
El cineasta francés Olivier Assayas sigue en «Personal Shopper», película que fue programada en el D’A de Barcelona, con esas muestras de eclecticismo en su cine que a menudo nos remiten a las obras del gran maestro Robert Bresson, bajo historias en las que la confusión de sus protagonistas parece estar siendo guiada por el destino sin que conozcamos las razones o los ocultos motivos de su extraña actitud.
Kristen Stewart vuelve a trabajar con el director tras «Clouds of Sils Maria», y en esta ocasión encarna a una joven cuya profesión consiste en adquirir vestuario para una mujer famosa a quien nunca veremos en pantalla.
Maureen posee una habilidad extraordinaria para elegir la ropa adecuada para cada momento. Sin embargo, la afición por desarrollar poderes psíquicos que comparte con un hermano gemelo fallecido, nos introduce en una primera parte en la que el extrañamiento se adueña de nuestros sentidos.
Esta vez, Assayas nos sumerge en un thriller que combina con algunas bases de terror e inclusive con ligeras capas de efectos especiales que nos dan idea sobre las secuelas de ese estado psicológico de la protagonista, cuyo origen desconocemos.
La filosofía intrínseca de este personaje principal arranca a partir de la cuestionable convicción de que no hay deseo si no está prohibido. Cierto fetichismo hacia las prendas o algunos mensajes que constantemente recibe en el teléfono móvil dan fe con respecto a esa manera de pensar que tiene Maureen, con ese afán de querer trasgredir lo razonablemente permisible y la necesidad del realizador de hacer evidentes las contradicciones de la llamada «parapsicología».
«Personal Shopper» es una película en la que lo que importa es aquello que está oculto, con sus alegorías y reflejos metafísicos, mientras que continuamente la protagonista está buscando fórmulas para huir de la realidad. La confusión que toda esa situación puede llegar a generar en el espectador es claramente la intención principal que tuvo el director a la hora de acometer el proyecto de la película.
Así pues, Assayas es un profesional que arriesga e intenta romper moldes, con todos los pros y los contras que eso pueda conllevar. Al fin y al cabo, los buenos cineastas muchas veces también experimentan y se lanzan al vacío a ver qué pasa después y cómo reacciona el público.
©José Luis García/Cinestel.com