«Suave el aliento», de Augusto Sandino; las relaciones familiares

Trabajando con aspectos que parecen derivar de lo cotidiano, el director colombiano Augusto Sandino ofrece en su ópera prima en largometraje la representación de varias experiencias humanas contradictorias en lo que tiene que ver con las relaciones familiares.
«Suave el aliento» es una película que se inmiscuye con bastante realismo en cosas tan personales como el deseo, la madurez, la familia, la soledad, el amor, la maternidad, el machismo e igualmente los contrastes generacionales, que aquí aparecen a través de historias que se cruzan a lo largo de todo el metraje. Esperanza y afecto son los dos puntales sobre los que se sostiene este filme, con una carga que se asocia rápidamente a lo común y habitual, puesto que en el devenir de cada cual son asuntos que se reproducen constantemente, alrededor de cualquiera o en uno mismo. La experiencia previa de Sandino en el audiovisual, se hace notar en el film.
Ya desde un inicio, la película trata de definir el panorama social mediante lo que los personajes perciben a través de los medios de comunicación de masas, con un salario mínimo insuficiente y la postura de algunos jóvenes como la protagonista, que no piensa en trabajar porque dice que no le pagarían bien.
En esa tesitura, el filme va girando alrededor de varias historias paralelas que se complementan. Hay un hombre enfermo que quiere darle sentido a su existencia, una anciana que lucha por defender su libertad, la quinceañera que se muere porque le regalen un celular, -mientras que su novio la trata bajo el paradigma de la mujer objeto-, y también están las restantes personas con las que ellos se relacionan.
El primer largo de Sandino es un relato ideal para intentar comprender a unas personas que tienen miedo a moverse de lo que ya está establecido, al tiempo que esta historia rezuma cierta nostalgia hacia un pasado en el que el romanticismo tal vez era entendido de otra manera, seguramente mucho más ingenua. La mayoría de los personajes son egoístas, al tiempo que hacen lo que pueden por pasarlo bien, aun viviendo en un ambiente difícil. Bajo esa premisa, es fácil adivinar que la amenaza de la infidelidad tiene mucha presencia en sus relaciones cotidianas.
La decisión del realizador de mostrar la película en blanco y negro se revela como muy acertada, puesto que contribuye de manera decisiva a concentrar la mirada del espectador en ese trasfondo común que tienen todos los protagonistas en torno a las relaciones afectivas y amorosas.
Este Augusto César Sandino colombiano estudió cine en Los Ángeles y en San Antonio de los Baños (Cuba) y tiene un extenso recorrido, no sólo como cortometrajista sino también como productor de los trabajos de otros a través de su propia compañía. Igualmente, dirige en Colombia el bianual Simposio Internacional de Cine de Autor. Ha sido docente y catedrático universitario. Y realizó el especial documental para televisión «El oficio del cineasta» (2014) con Carlos Reygadas, Lisandro Alonso, Pedro Aguilera y Amat Escalante.
©José Luis García/Cinestel.com