«Tres días en Quiberon»; la estrella que tropezó con grandes obstáculos

7ª Mostra de Cinema Alemany Actual – 2018
La actriz austríaco-alemana Romy Schneider tuvo una vida bastante convulsa y es muy probable que por ese motivo falleciera a la temprana edad de 43 años. Como era una mujer carismática y con una gran proyección internacional, los medios que titubean con cuestiones particulares de los famosos la tuvieron bastante acosada.
Y ese es precisamente uno de los motivos por los cuales la memorable integrante del elenco en algunos filmes de Luchino Visconti, Orson Welles, Otto Preminger, Richard Harris, Claude Chabrol o Costa-Gravras, entre otros directores, decide en el año 1981 tomarse tres días de descanso absoluto.
Pero poco le durará ese tiempo de reposo, puesto que un reportero y un fotógrafo acudieron al lugar con la finalidad de hacerle una entrevista, que por otro lado es probablemente una de las últimas que pudo conceder en su agitada vida.
«Tres días en Quiberon» es una película filmada en blanco y negro por la realizadora alemana Emily Atef, quien aquí efectúa una revisión sobre cómo transcurrieron aquellos días, el tipo de entrevista que se hizo y el contenido de la misma, así como la presencia de su mejor amiga Hilde procurando darle todo su apoyo.
Para ello se sirve de una ficción protagonizada por la actriz Marie Bäumer, quien resalta por su increíble parecido físico con la fallecida, y sobre la que se ha publicado que recibió y rechazó otras ofertas para representarla en otros filmes, aceptando esta película por su rigurosidad y concreción. También es notorio que la Warner Bros pretendió contratar en 2009 a otra actriz alemana, Yvonne Catterfeld, para filmar una especie de biopic sobre la estrella, pero que el proyecto no logró la financiación necesaria ni tampoco que les cedieran los derechos legales que se requerían para acometer el rodaje.
Lo que la película deja entrever es que si la entrevista periodística que se desarrolló a lo largo de aquellos pocos días fue todo un éxito, eso es gracias al feedback que Schneider mantenía con el fotógrafo, consiguiendo unas imágenes de la actriz de lo más sinceras y sugerentes, pese a encontrarse en un estado anímico deplorable, pues no hay que olvidar que su ex-esposo se había suicidado meses antes, al margen de que su hijo de 14 años fallecería muy poco tiempo después como consecuencia de un desafortunado accidente.
Y es justamente esa depresión uno de los temas principales que aborda «Tres días en Quiberon», con una entrevista que si bien mantuvo puntos de conflicto con la prensa rosa sobre los que no quería hablar (como el de su relación con Alain Delon), en términos generales fue muy interesante.
El filme concluye subrayando ese estado depresivo en el que se encontraba, mostrando algunas consecuencias de sus abusos con el tabaco, el alcohol y los barbitúricos. La historia de Atef nos aproxima a ese momento caótico en la vida de la popular actriz que, por otro lado, también tenía nacionalidad francesa.
©José Luis García/Cinestel.com