«Una novia de Shanghai», de Mauro Andrizzi; sinfonía callejera china

Estreno en Buenos Aires
Mauro Andrizzi es un cineasta argentino sumamente innovador, al que le gusta arriesgar con estilos y fórmulas diferentes, pero siempre bajo el prisma de que la historia que está contando pueda tener el suficiente interés como para que una posible mayoría de los espectadores admiren y se sientan atraídos por su obra. En 2008 impactó en el cine con aquella «Iraqi Short Films» y más adelante ha recibido elogios internacionales por «En el futuro» y «Accidentes gloriosos». Con «Una novia de Shanghai» vuelve a las salas y ratifica su mérito y profesionalidad.
La película es una comedia melancólica que mezcla algún ritual muy oculto en la sociedad china con las aventuras callejeras de un par de perdedores intentando sobrevivir el paso de los días.
Ambos van a tener algunos problemas cuando un fantasma los contrate para cruzar la ciudad cargando un ataúd robado de un cementerio. Un filme muy distinto a los previos, con protagonistas chinos.
Aunque se le podría encontrar semejanzas con otras películas al tratarse de la historia de dos pícaros, Andrizzi sabe escapar de esas comparaciones componiendo un relato con trasfondo local que en realidad nos está hablando de algo más reconocible a nivel mundial: la utopía del amor eterno, aquí señalada con insistencia y acierto en esa percepción colectiva de la cultura social china que está pidiendo que los amantes sean enterrados juntos en secreto, aun en el caso de que el finado, tanto si es hombre o mujer, hubiera estado casado con una tercera persona.
Espiritualidad y romanticismo se agregan en «Una novia de Shanghai» a la consciente idealización que se extiende incluso a considerar que son paraísos algunas tierras tan lejanas como un México «sudamericano», a tono con esta puesta en escena que tiene una sutil tendencia hacia lo absurdo.
La música netamente brasilera de Moreno Veloso y Daniel Melingo, le acaban proporcionando a la narración un matiz extrañamente exótico. Y precisamente, es ese concepto de exotismo lo que Andrizzi transporta de vuelta, como respuesta quizá a la conocida idealización occidental acerca de los países orientales.
Con su ya reconocida agilidad y los contrastes que muestra, el director de «Iraqi Shorts Films» compone una historia muy recomendable para ver.
©José Luis García/Cinestel.com