“Vitalina Varela”, un relato con la firma inconfundible de Pedro Costa

Estrenada en España
Hoy en día es difícil aproximarse a la originalidad dentro del mundo del cine. Personas como el portugués Pedro Costa no abundan tanto entre los estrenos porque hacerse valedor de un reconocimiento por tener un estilo muy propio y único es un privilegio al que otros muchos que seguramente también lo merecerían no han podido acceder.
Bajo ese prisma, este realizador siempre enfoca sus relatos a través de personajes poco expresivos e inclusive silenciosos. Esa sobriedad y austeridad narrativa viene acompañada de una potente fotografía, otra de las partes muy a destacar de este director. Y ese tipo de imágenes es, tal cual aquí se muestran, realmente inusual en el cine de nuestra época.
“Vitalina Varela” es la historia ficcionada del duelo contenido de una mujer caboverdiana que acaba de perder a su marido, pero que a su vez llega tarde al funeral y al entierro que tuvo lugar en Lisboa.
Es precisamente la opacidad de esta propuesta fílmica lo que la hace interesante. Representar la carga del pasado en el presente o el duelo silencioso por la pérdida de un ser querido es una tarea compleja para cualquier cineasta, pero Costa sale airoso de esta experiencia que fue premiada en el Festival de Locarno.
Vitalina es una mujer parca y a la vez virtuosa a quien en el barrio lisboeta de Cova da Moura se le van a ir apareciendo otros personajes solitarios y callados, algunos de ellos con argumentos claramente ambivalentes. Ella, que ha sido campesina toda su vida, decide quedarse en el domicilio de su difunto esposo situado en una de las capitales europeas, accediendo así por vez primera a un ambiente urbano.
El no-reencuentro es una pesadilla para ella y, para su sorpresa, irá desgranando algunos detalles que Joaquim, su pareja fallecida, le mantenía ocultos.
Los elementos distintivos del cine de Pedro Costa obligan con frecuencia a regresar a sus películas para intentar encontrarle relecturas a esos personajes tan reservados y enigmáticos, pues por ejemplo aquí jamás sabremos por qué esta mujer decide quedarse a vivir en ese lugar al que acaba de llegar. Tal vez sea para apaciguar su desesperación, tras ese duelo y despedida desde la distancia.
©José Luis García/Cinestel.com