«Blue Boy», de Manuel Abramovich, el cineasta explorador de universos

Sin que exista una conexión real y evidente en cuanto a la temática entre sus distintas películas (tanto en corto como en largometraje), no hay ninguna duda de que el director argentino Manuel Abramovich es un explorador de universos que se muestra muy preciso en aquello que desea contar en sus obras.
La representación de lo cotidiano es uno de sus puntos más fuertes, pues sus filmes nos muestran aspectos que integran nuestros espacios comunes como sociedad organizada o caótica y que muchas veces desconocemos, por lo menos desde el enfoque que su filmografía nos presenta.
Y eso es precisamente lo que sucede con su nuevo cortometraje «Blue Boy», rodado íntegramente en Alemania y premiado con el Oso de Plata tras haber participado en la Berlinale Shorts Competition.
Ese hecho y la gratificación del público que lo pueda ver, es un gran paso para cualquier realizador.
«Blue Boy» es una mirada delicada y frágil hacia unos chicos que en un bar de Berlín se dedican a flirtear con otros clientes (o viceversa) para tratar de conseguir que éstos contraten sus servicios sexuales. Los siete que aquí aparecen son unos rumanos que un día decidieron emigrar desde su país para intentar mejorar su economía.
Abramovich los sitúa delante de una cámara fija escuchándose a sí mismos, mientras que su rostro habla más que sus propias palabras. Igualmente, el filme pone el énfasis en las múltiples diferencias que hay entre ellos, siempre ligadas a las motivaciones, las intenciones y el trasfondo real.
Con una impecable dirección de sonido (inclusive el de los mosquitos) y un único escenario en el cual se alternan esos «actores», aquí la observación queda reducida a una variada y breve gestualidad mezclada con el contenido de sus respectivas palabras, lo cual nos obliga a tratar de equilibrar las parcelas de satisfacción con las de insatisfacción en su vertiente más íntima entre cada uno de los casos.
Afortunadamente, el trabajo del realizador de esta película no se detiene en este cortometraje sobre el trabajo sexual, la vida nocturna y la lucha por el día a día de unos jóvenes emigrados, sino que Manuel Abramovich ya se encuentra inmerso en nuevos proyectos como el de la coproducción con México «Pornomelancolía», ficción con estilo documental que será un híbrido entre «Brokeback Mountain» y el tono habitual de la telenovela mexicana donde, sin necesidad de que haya una sola escena de sexo explícito, interpelará al espectador sobre el uso del porno como espectáculo de exhibición.
©José Luis García/Cinestel.com