«Fauve», de Jérémy Comte; amistad y solidaridad en suelo enrevesado

El sonido de un moscardón rondando las inmediaciones de un tren abandonado en una vía muerta por estar viejo, da inicio a un cortometraje que fue presentado y premiado en Sundance 2018. Está realizado por el quebequés Jérémy Comte en lo que significa su segundo trabajo de dirección en cine, tras su debut ocho años atrás con aquel «Fill the Hill», que le fue sobre ruedas (el skateboard se hacía notar allí) a la edad de 18 años.
«Fauve» es una película protagonizada por un par de amigos casi adolescentes que están dando una vuelta juntos en lo que parece ser la superficie de una mina. Las bromas entre ellos (algunas un poco pesadas) y el concepto de solidaridad, son los temas principales de este corto pero intenso relato.
Esos juegos que surgen espontáneamente durante la infancia, y que después perduran, unidos a un entorno industrial complejo en un área inhóspita e impredecible, acompañan toda esta historia que está basada en la amistad.
El Quebec es una zona mayoritariamente francófona dentro de Canadá, en la que además muchos de sus habitantes tienen un marcado sentimiento de arraigo y de pertenencia a ese territorio con tantos elementos propios diferenciales. Ése es el motivo por el que Jérémy Comte con mucha audacia ha buscado a dos chicos que proceden de Stratford, una localidad anglosajona de la vecina región de Ontario, para ser los protagonistas de este corto habiendo sido ellos dos, partícipes en su vida real de una inmersión lingüística.
«Fauve» muestra el modo de convivencia mutua de estos chicos, mientras caminan y tratan de explorar espacios que no pertenecen a su vida cotidiana. Estamos viendo un cortometraje en el que también destacan las improntas de la acción, el misterio y el movimiento en paisajes tal vez poéticos, así como lo que puede ser la solidaridad dubitativa en momentos de desconcierto.
©José Luis García/Cinestel.com