«El Paso», de Everardo González; las trabas al periodismo en México

El trabajo periodístico ha sido acosado en muchos momentos en el México actual. Everardo González refleja en su nuevo documental «El Paso», la situación personal, íntima y familiar de dos reporteros que tuvieron que huir con lo puesto a los Estados Unidos para intentar pedir asilo político. Una situación a todas luces inesperada, habida cuenta de que se encontraban ejerciendo su profesión con normalidad cuando fueron amenazados y a uno de los dos le mataron a sus sobrinos. Ambos son casos diferentes, pero están unidos por la gravedad de tener que haber abandonado el país que los vio nacer para emprender una nueva vida en un nuevo lugar desconocido para ellos. El periodista es un testigo de la actualidad, los ojos y la voz con los que el pueblo se informa, pero en México algunos de ellos han tenido que exiliarse para escapar de una muerte segura sin que necesariamente sus rostros sean conocidos por el público.
Precisamente se da la paradoja de que los informadores de grandes medios que son famosos y reconocibles, son los que menos han padecido estas injusticias al estar en un entorno protegido. Según cifras de ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, en 2014 unos catorce mil mexicanos demandaron asilo político en los Estados Unidos, un país que a su vez es bastante reticente y pone todo tipo de trabas para concederlo.
Entre 2009 y 2010 arribaron a Texas los periodistas Ricardo Chávez Aldana, amenazado en Ciudad Juárez por cubrir una nota periodística acerca del Cártel de Sinaloa, el Gobierno Federal y el Operativo Conjunto Chihuahua, tras la cual asesinaron a sus pequeños sobrinos; y Alejandro Hernández Pacheco, quien fuera trabajador de Televisa y que fue secuestrado para obligar a la empresa a difundir unos vídeos con amenazas a otro cártel. La televisora no accedió a tal chantaje y lo que sigue después es una enorme historia de despropósitos, según los explica él mismo en el documental con algunas imágenes de archivo incluidas.
«El Paso» es una película que fue galardonada en el Festival de Morelia con el Premio Especial Ambulante. La intención de Everardo González al haberla dirigido parece ser la de testimoniar estos casos para que los espectadores puedan extrapolarlos a una problemática más amplia en la que, aunque parece haber algunos profesionales que callan por miedo, las cifras oficiales aquí expuestas indican que en 2014 fueron registradas 326 agresiones a periodistas, «un 56 por ciento de ellas atribuidas al Estado». Extendidas en un periodo anual, puede decirse que según esas lamentables estadísticas, una vez cada 26,7 horas un periodista es agredido en México.
El documental cuenta con la participación del abogado mexicano residente en los Estados Unidos, Carlos Spector, quien se encarga de perfilar algunos de los tramos más esenciales para que el espectador logre comprender los motivos que han llevado a los periodistas y a las familias a vivir en esas circunstancias tan distintas a su vida anterior, teniendo incluso que aceptar empleos que para nada tienen que ver con su actividad habitual. Y lo peor de todo es el limbo jurídico en el que se hallan como inmigrantes mexicanos, sobre todo a la hora de tener que probar que fueron dos reporteros perseguidos por estar haciendo su trabajo.
Según exponen en la película, el terror y la impunidad tendrían su germen en la negligencia del Estado mexicano. La valentía de ambos reporteros a la hora de mostrar su rostro y el de sus familiares es aquí notable, si tenemos en cuenta que ellos dos son víctimas de las circunstancias de tener la obligación profesional de informar en sus respectivos medios de comunicación. Un periodista es siempre un notario de la actualidad que tiene que dar su visión de los hechos. Ése es simplemente su trabajo.
«El Paso» es un filme sobre el renacimiento de sus protagonistas en otro país, mientras todavía tienen a México en el alma, han frustrado su carrera profesional y se están preguntando por ejemplo, cómo puede ser que una madre no pueda ver las actas de defunción de sus hijos pequeños. Everardo González sigue demostrando que sabe explicar historias que sirven para el conocimiento de unos hechos espinosos y su posterior reflexión.
©José Luis García/Cinestel.com