«El silencio es un cuerpo que cae»; cintas de vídeo y secretos familiares

Estreno en Buenos Aires
25 Festival l’Alternativa
Unas cintas de vídeo grabadas en el ámbito familiar entre finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado, sirven para que la realizadora cordobesa (Argentina) debutante, Agustina Comedi, cuente en su ópera prima en largometraje documental la paradójica historia de Jaime, su padre, un hombre cuya vida se movió entre el activismo político y sus preferencias sexuales no acordes a la imagen pública que él tenía que dar.
La técnica de reunir imágenes de archivo es muy laboriosa porque implica el visionado de cientos de horas grabadas y su posterior selección con el fin de lograr una correcta coherencia narrativa.
La base de «El silencio es un cuerpo que cae» está conformada por los secretos familiares, a priori inconfesables pero que poco a poco van a ir saliendo a la luz a medida que pasa el tiempo.
El padre de la realizadora tenía la afición de grabar en cintas de VHS distintos aspectos y encuentros de la vida familiar, motivo por el cual este filme, exhibido en un formato prácticamente cuadrado de pantalla, nos transporta a una época, la de los años 80, en la que por desgracia los homosexuales todavía tenían que ocultarse si no querían tener problemas antes tantas influencias homofóbicas.
El documental explica la progresión de la historia personal de Jaime. Pocas veces la directora lo menciona como papá o padre, como sí hace con su madre. En su voz en off siempre se refiere a él por su nombre de pila, en un relato totalmente concebido desde el montaje, tratando de afrontar con coraje una realidad que en aquel entonces estaba escondida.
Militante de la Vanguardia Comunista, Jaime había convivido con Néstor, el gran amor de su vida, antes de casarse con la madre de la realizadora. «El silencio es un cuerpo que cae» desentraña punto por punto los distintos pasos que dio su personaje principal a lo largo de su corta vida, ya que falleció de un accidente en los primeros años de la década de los 90.
Tal vez estamos ante uno de los trabajos en cine más interesantes en torno a la paradoja que se daba de tener que ocultar la identidad sexual y mentir, ya no solo ante el mundo en general, sino que sobre todo ante los círculos más íntimos de amistades y familia.
©José Luis García/Cinestel.com